Guarido y Gago: de la discusión plenaria a la necesidad de conformar un gobierno

El Partido Socialista espera una llamada mientras en IU exploran todas las vías antes de tomar una decisión sobre su futuro en la Alcaldía

Francisco Guarido frente a la sede municipal del PSOE, donde cuelga un cartel de David Gago.

Francisco Guarido frente a la sede municipal del PSOE, donde cuelga un cartel de David Gago. / Emilio Fraile

Luis Garrido

Luis Garrido

Izquierda Unida y Partido Socialista parecen condenados a entenderse. Limitadas son las opciones de que Francisco Guarido pueda formar un gobierno sólido con tan solo diez concejales, a pesar de su anuncio durante la noche electoral de explorar tanto la vía del pacto como la de continuar en solitario. Con un bloque de centroderecha que suma doce concejales, sacar su programa de gobierno adelante sin el apoyo de los de David Gago puede resultar realmente dificultoso. Este último ha repetido por activa y por pasiva durante la campaña que el papel de su partido tendrá que ser decisivo para influir en las políticas de la ciudad. Y existen precedentes de acuerdo, tras el alcanzado en el año 2015 entre ambas formaciones para dar un cambio de rumbo al Ayuntamiento de Zamora.

Una fugaz visita de Antidio Fagúndez e Iñaki Gómez a la sede de Izquierda Unida en la noche electoral para felicitar los resultados ha sido, hasta la fecha, la única toma de contacto entre ambas formaciones tras el paso por las urnas. En el seno de la asamblea que dirige Miguel Ángel Viñas, existen voces discordantes sobre el rumbo a seguir de cara al futuro, aunque los números dictan que la solución más práctica pasa por abordar un pacto con el Partido Socialista para poder desarrollar la labor de gobierno durante los próximos cuatro años sin sobresaltos. En la casa del puño y la rosa, de hecho, están a la espera de esa llamada para que Zamora pueda seguir teniendo un gobierno de izquierdas.

Los últimos cuatro años han sido tensos en el salón de plenos de la Casa de las Panaderas durante los debates que han enfrentado a miembros del equipo de Gobierno, especialmente el propio Francisco Guarido, con David Gago. Pese a todo, los concejales socialistas no han dejado de apoyar las iniciativas de Izquierda Unida mediante sus votos, distanciándose del bloque de la derecha encarnado hasta la fecha por Partido Popular y Ciudadanos, al que se unirán en el próximo mandato Vox y Zamora Sí.

La distancia entre IU y PSOE no es kilométrica, pero sí que existen ciertos puntos de fricción que pueden condicionar un posible pacto. En los últimos ejercicios, David Gago ha insistido en reiteradas ocasiones sobre la conveniencia de abordar una municipalización del agua que ha sido rechazada de plano por Izquierda Unida. También hay ideas distintas acerca del Museo de Baltasar Lobo, de la gestión de los fondos europeos o de la revisión del servicio municipal de transporte. Asuntos que habrán de ponerse encima de la mesa si ambas formaciones quieren llegar a un entendimiento para gobernar en coalición durante los próximos cuatro años.

David Gago, a la derecha, en una concentración por el Museo de Baltasar Lobo.

David Gago, a la derecha, en una concentración por el Museo de Baltasar Lobo. / Luis Garrido

Cinco ediles con área se quedan fuera de la nueva Corporación

La pérdida de cuatro concejales en las urnas por parte de Izquierda Unida acarrea que otras tantas áreas municipales se hayan quedado sin edil que se encargue de ellas. Carmen Turiel, hasta ahora delegada del área de Salud Pública, se ha quedado fuera de la Corporación Municipal tras figurar en un insuficiente número 11 de la lista. Un puesto por detrás aparecía Sergio López, concejal de Juventud y Fiestas. En el número 14 estaba Concha Rosales, responsable de Protección al Ciudadano, mientras que en el puesto 15 se encontraba Carmen Álvarez, concejala de Igualdad. También dejará de pertenecer al equipo de Gobierno uno de los pesos pesados, como es Romualdo Fernández, responsable de Urbanismo, Obras y Medio Ambiente.

Todo parece indicar que estas últimas competencias, de las más fuertes del organigrama municipal, serán retenidas por Izquierda Unida, mientras que las otras sí que podrían entrar en una posible negociación con el Partido Socialista. En el año 2015, de hecho, los socialistas obtuvieron las concejalías de Juventud y de Protección al Ciudadano, además de Hacienda. Ahora, esta última área está cubierta por Diego Bernardo, por lo que será complicado que se pueda transaccionar con ella. Además, la formación capitaneada por Francisco Guarido deberá dar responsabilidades a Ana Belén González, que se incorpora al equipo como número seis.

El Museo de Baltasar Lobo y la gestión de los fondos europeos, puntos clave de fricción

Si ha habido un elemento de discordia entre Izquierda Unida y Partido Socialista durante la última campaña electoral, ese ha sido el futuro del Museo de Baltasar Lobo. Se trata de una auténtica línea roja para los de David Gago, que ven insuficiente el proyecto ideado por Francisco Guarido para instalar parte de la obra del escultor de Cerecinos de Campos en el Ayuntamiento Viejo. En no pocas ocasiones ha señalado el concejal socialista que no es adecuado ni preceptivo. Además, ha presentado su propio proyecto, que pasa por retomar aquella iniciativa de los primeros dosmiles para trasladar el legado del artista al Castillo de Zamora.

Pero, no solo el Museo Lobo es un punto de fricción entre ambas formaciones. Tal y como han dejado entrever durante los últimos ejercicios, la gestión de los fondos europeos también será motivo de discusión en el momento en que PSOE e IU se sienten a hablar para formar un posible gobierno. Hace un par de años que David Gago advirtió que no le gustaba la forma en que el Ayuntamiento de Zamora se estaba preparando para la recepción de los Next Generation y en esta campaña lo ha vuelto a recordar. Los servicios sociales, por último, serán también un lugar para el debate. El PSOE ha insistido en que no sirve el "conformismo" de aportar más dinero y que es necesario apostar por ofrecer cada vez más servicios de asistencia a los mayores, además de promover la construcción de nuevos modelos de residencia que favorezcan la independencia de este colectivo con cierto punto de control profesional.

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