Entrevista | David Gago Candidato del PSOE a la Alcaldía de Zamora

"El envejecimiento es una oportunidad para crear riqueza y generar empleo"

"Atraer empresas es difícil si no se apunta de forma correcta; hay que ir a buscar en sectores asociados al turismo y en el cuidado de mayores"

David Gago, candidato del PSOE a la Alcaldía de Zamora.

David Gago, candidato del PSOE a la Alcaldía de Zamora. / Jose Luis Fernández

Luis Garrido

Luis Garrido

David Gago ha pasado los últimos cuatro años proponiendo medidas para mejorar la ciudad desde su trabajo como portavoz del grupo municipal socialista. Más de una treinta de iniciativas que no han pasado el corte, pero que han sentado las bases del programa con el que aspira a gobernar la ciudad pasado el 28 de mayo. Bajo su prisma, Zamora necesita modernizarse, aprovechar las circunstancias del envejecimiento para generar empleo y servirse de los fondos europeos para realizar una profunda transformación.

—Su partido ha sido el que más iniciativas ha elevado ante el Pleno durante el presente mandato. ¿Es esa su carta de presentación ante el ciudadano?

—Es lo que teníamos que hacer. Uno no puede aparecer de la nada. Los ciudadanos nos eligieron para estar cuatro años en la oposición haciendo un trabajo serio, riguroso, responsable y constructivo. Hemos presentado más de treinta iniciativas al Pleno, más el trabajo ordinario de las comisiones y las reuniones con los barrios y con la gente de la calle. El mejor aval de este grupo y de este candidato es el trabajo realizado en estos años.

—Sin embargo, sus propuestas no han pasado el filtro de Izquierda Unida.

—No es algo que nos guste. Yo entiendo el Ayuntamiento de otra manera, como un lugar para ir a debatir el futuro de la ciudad. Todos los partidos representados deben acudir con propuestas y los gobiernos tienen que saber detectar qué es bueno para la ciudad y admitir que los grupos de oposición presentan propuestas para mejorar. Por lo tanto, podían aprobarlas. O, al menos, favorecer el debate; porque aquí el problema es que no se llegaban a debatir. No es agradable ver cómo todo nuestro trabajo ha chocado contra la mayoría absoluta.

—Hace dos años advertía usted de que Zamora no estaba preparada, administrativamente, para la llegada de fondos europeos. ¿Cómo lo ve ahora?

—El tiempo nos ha dado la razón. Nosotros sabíamos que iba a llegar mucho dinero para la renovación, impulso y transformación de las ciudades. Y le dijimos al equipo de Gobierno que creara un grupo de trabajo, que moviera a los funcionarios, que se implicara todo el departamento de captación de fondos de la Oficina Municipal de Desarrollo. Pues lo que ocurrió fue que nos dormimos en los laureles. Nos han concedido 6,7 millones de euros para proyectos. A Benavente, por ejemplo, le han dado 6,3 millones. Segovia va por 15 millones y Valladolid se acerca a los 100 millones. Esto es sintomático.

—¿De qué?

—No se han hecho las cosas como se tenían que haber hecho. Es por una situación de estancamiento dentro del equipo de Gobierno que tiene que ver más con una actitud de falta de ganas, de que se les ha ido acabando la gasolina. Nuestra oposición no es a Guarido o a Izquierda Unida, sino a la falta de ideas y de iniciativa. Nos duele que no se esté actuando y avanzando todo lo que se podía avanzar.

—Su partido es el único de los grandes que no presenta la creación de un parque empresarial.

—Lo que ocurre es que, cuando hablamos de parque tecnológico con las empresas del sector, nos dicen que las dinámicas han cambiado radicalmente. La gente está teletrabajando y quienes vinieron a Zamora y alquilaron grandes espacios, ahora se les han quedado grandes. Nos tenemos que fijar más en las personas que vienen a Zamora deslocalizadas por sus empresas que en traer a las empresas. El mundo está cambiando y con ello cambia Zamora. Además, si apostamos por empresas de nuevas tecnologías, igual sería mejor intentar ocupar inmuebles en el Casco Histórico y no sacar a las empresas de la ciudad. Respecto a los polígonos al uso, ahí está el de La Hiniesta, con mucho todavía por desarrollar.

—Apuesta, entonces, por buscar a la gente en lugar de buscar a la industria.

—Apostamos por generar el clima adecuado, lo que incluye ir a buscar a la gente e ir a buscar a la industria. Es cierto que atraer industria es mucho más complicado, sobre todo si no se apunta correctamente. Aquí, en principio, no van a venir grandes empresas de la noche a la mañana. Ojalá, pero no es la previsión. Lo que sí puede ser es que vengan pequeñas y medianas empresas de los sectores tecnológicos. Generemos el clima. Cuando hablamos de revitalizar el Casco Histórico, hablamos de orientar el sistema productivo de la ciudad hacia el turismo, el comercio, la hostelería y las empresas destinadas a un sector servicios generador de productos turísticos. Generemos el clima. Cuando hablamos de intentar desarrollar y trabajar en torno al sector sociosanitario, es la misma línea: empresas de cuidado a mayores, desarrollo de la enfermería, cuidado asistencial… Todo eso es empleo.

—El Partido Socialista ve el envejecimiento como una oportunidad.

—El grupo de edad que está entre los 55 y los 65 años se encamina hacia la jubilación y esto se puede ver como un problema o como una oportunidad. Yo veo la oportunidad, en el momento en que hay que ofrecer una serie de servicios. La sociedad ha cambiado y esa gente no quiere hacer lo que hacían nuestros bisabuelos. Es gente activa que quiere mantener su actividad. Y son generaciones que se enfrentan a problemas no conocidos, como la soledad no deseada. Aprovechemos el buen sistema que tenemos de ayuda a domicilio para reformarlo e incluir servicios de psicología, podología o fisioterapia. Cambiemos el concepto para que sea más ayuda asistencial y menos ayuda a las tareas de la casa. E intentemos introducir programas de soledad no deseada. Para eso necesitamos estructura, anticiparnos y poner recursos, de cara a desarrollar un sistema de ayuda integral al mayor. Eso se hace con fondos, con iniciativa política y con ganas. Y generará empleo y riqueza.

—Propone usted crear la Concejalía de Mayores.

—Los talleres de envejecimiento activo están bien, pero se están quedando cortos. Y la gente no solo busca envejecimiento activo, sino una nueva juventud. Continuar con su vida con absoluta normalidad y que se le ofrezca servicios. Hay que cambiar el sistema residencial de la ciudad; no queremos las residencias al uso. Apostamos por residencias de alojamiento compartido donde cada familia tiene un apartamento y luego tiene servicios comunes, cocina, asistencia social, asistencia sanitaria y zonas de ocio. Eso es lo que tiene que promover el Ayuntamiento. Y se nos están quedando cortos los centros sociales para jubilados. Tenemos pocos y hay que estudiar dónde y cómo implantamos nuevos centros. Necesitamos un sistema eficiente de centros de día para mayores. Todo eso pertenecería a la Concejalía de Mayores, que debería ser diferente a la de Servicios Sociales, puesto que esta se encargaría de ofrecer recursos a las familias que menos tienen.

—¿Qué receta tiene para la recuperación del Casco Histórico?

—No tenemos la varita mágica, pero podemos trabajar en acciones. Hemos propuesto la creación de una concejalía concreta para este espacio, que desahogue a la de Urbanismo y que intente facilitar el desarrollo del Plan Especial del Casco Histórico. También puede trabajar en la implantación de ayudas al arreglo de fachadas o en las conexiones a Internet, problema ahora medio solucionado gracias al Gobierno de España. Si no somos capaces de traer trabajo y población al Casco Histórico, entonces el Casco Histórico no tiene sentido. Podemos hacerlo, por ejemplo, dando espacio a servicios municipales que hoy en día están saturados en otras partes de la ciudad. Hay inmuebles vacíos y con espacio, donde se puede negociar con los propietarios. Son los casos del convento de las Marinas o la Casa de Ejercicios.

—En los últimos años ha emprendido una cruzada con los pintamonas y hace escasos días aludían a usted con una pintada en San José Obrero. ¿Se siente atacado?

—Nos deberíamos sentir atacados todos los zamoranos. Nadie tiene derecho a usar el espacio público, que es de todos, para poner lo que le venga en gana cuando le venga en gana. La acción que hicimos pretendía denunciar que estamos cansados de que los pintamonas ensucien lo que es de todos. No me he cansado de denunciar estos últimos cuatro años que hay gente que se dedica a estropear nuestras iglesias románicas, nuestro patrimonio como el palacio del Cordón o el de los Momos, o la fachada del Museo Etnográfico. Contra esa gente, que es una lacra para Zamora, debemos actuar. Necesitamos un plan integral de limpieza, vigilancia y formación. Y endurecer la normativa para que, quien pinte en un monumento protegido, tenga consecuencias.

—¿Qué debes tiene la ciudad en materia de movilidad?

—Hay que trabajar en un nuevo sistema de transporte público urbano y rediseñar toda la movilidad de la ciudad, porque ha cambiado. Hay que estudiar y analizar a dónde va la gente de Pinilla, de San José Obrero, de la Alberca, de San Frontis. Cómo se mueven los vecinos de los barrios nuevos como Vista alegre. Vamos a tener que pintar nuevas líneas y organizarnos mejor. Y tenemos que hacerlo con debate, escuchando a los técnicos, atendiendo a lo que digan los especialistas en movilidad urbana y contando con los vecinos. Hay que ser ambiciosos. Tenemos que intentar que el autobús gane espacio; nos la estamos jugando.

—¿Y respecto a la Zona de Bajas Emisiones?

—El problema es la falta de planificación y que es muy difícil implantar un espacio así de la noche a la mañana sin diseñar previamente dónde vas a meter las plazas de aparcamiento que vas a quitar. Dicen que se ha puesto una plataforma única, pero no lo es; han puesto unos bolardos que están causando problemas a los vecinos; han puesto más aparcamientos en Puerta Nueva obstaculizando la visión de la muralla y también en la Puerta de la Feria quitando un carril. No hay planificación.

—¿Dónde se ve pasado el 28M?

Donde digan los ciudadanos. Si me dicen que tengo que ser alcalde, allí estaré. Si me dicen que tengo que estar en otro lugar, allí estaré. Yo tengo mi trabajo en las aulas y allí volveré si los vecinos no dicen lo contrario. Me lo tomo con mucha tranquilidad y mucha perspectiva.

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