Sucesos en Zamora

Pelea en una residencia de Zamora: una anciana le rompe la pelvis y le retuerce la oreja a otra

La imputada "era consciente de lo que hacía", afirma el juez que la condena a tres meses de cárcel

"Aquí está la guapa y buena moza", el comentario de la víctima de 84 años desató la irá de su agresora

Una cuidadora coge de la mano a una anciana.

Una cuidadora coge de la mano a una anciana. / LOZ Archivo

"Aquí está la guapa y la buena moza". Fue pronunciar la frase y verse de bruces en el suelo y con la pelvis rota. Sus palabras no sentaron nada bien a la anciana que pasaba a su lado en el comedor de la residencia de ancianos de Villaralbo en la que ambas convivían. La reacción de la aludida fue inesperada y contundente: le retorció una oreja y le propinó un empujón a la mujer de 84 años. El resultado fue la fractura de la pelvis y casi dos meses en la cama inmovilizada.

La agresora, de iniciales J.A.L., acaba de ser condenada por el Juzgado de lo Penal a tres meses de prisión y a indemnizar a la víctima con 5.845 euros por las lesiones causadas el 13 de abril de 2022. La excusa de que la procesada tenía sus facultades mentales disminuidas no le ha servido para obtener una absolución por las lesiones causadas, es más, el juez considera que su comportamiento respondía a su "ánimo de menoscabar la integridad corporal" de su compañera de residencia.

La víctima: "Se ve que tenía mal día y lo pagó conmigo"

La víctima manifestó en el juicio que "no había ningún problema con esta persona, ni sabe cómo se llama", recoge la sentencia en el mismo párrafo en el que reproduce la declaración de esta anciana en el juicio en el que manifestó que "no se lleva mal con ella ni bien con nadie, que se ve que tenía mal día y lo pagó conmigo".

El empujón que le propinó la imputada por un delito de lesiones, según sostiene el juez en su sentencia. La imputada dejó postrada casi dos meses en la cama a la víctima, sin poder hacer una vida normal y con autonomía absoluta durante 106 días. La anciana de 84 años tuvo que someterse a rehabilitación con un fisioterapeuta y las graves lesiones le han dejado secuelas en la extremidad inferior y en la cadera con dolores constantes, según la sentencia del juez.

En el juicio manifestó que decidió abandonar esa residencia porque tenía y tiene miedo de J.A.L., lo que corroboró el hijo de la víctima, quien confirmó que su madre no conocía de nada a la mujer que ha terminado condenada por la agresión, identificada por la Guardia Civil tras el suceso.

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