Sucesos en Zamora

La muerte de un ciervo semental selecto lleva al banquillo a un cazador de Sayago

El furtivo entró en una dehesa de protección de especies salvajes, donde está prohibido el deporte, para cosechar un trofeo de oro

Un ciervo abatido y decapitado

Un ciervo abatido y decapitado / Cedida

Era época de berrea, noche cerrada, de luna de cuarto creciente, cuando dos disparos se llevaron por delante al ciervo "Ramiro" el 19 de septiembre de 2021. Los tiros fueron certeros: al corazón y al pulmón. El animal se hallaba en el coto privado de la Dehesa de Fontanillas, en Arcillo de Sayago, de régimen cinegético especial. El furtivo tenía bien estudiada la pieza: "Ramiro" era el semental de raza selecta de mayor tamaño de la finca, tenía ocho años y una genética depurada de gran calidad. Su peso era de 200 kilos.

El trofeo de este ciervo tiene una puntuación sobre 200, de los más valorados, considerado medalla de oro, por lo que el precio de su cornamenta es de 8.000 euros y el valor total, de 11.500 euros. Un valioso "premio" que no dudó en inmortalizar entre sus manos el furtivo para alardear en sus redes sociales de semejante hazaña. Una fotografía con la cabeza decapitada entre sus manos le delataba. Se trata de una prueba casi irrefutable que el representante de la sociedad Cinegética y Agropecuaria La Lomba, propietaria del animal y del recinto, se encontraría en Internet y aportaría en la denuncia contra el cazador, de iniciales A.M.F., representante entonces del club deportivo de caza Fadesa.

Por si estos indicios no fueran palmarios, A.M.F., vecino de Fadón, no perdió tiempo en colgar de una de las paredes de su casa el mismísimo cráneo del ciervo "Ramiro" que daban fe de su fechoría junto a "varias fotografías sujetando con sus manos ensangrentadas la cabeza del animal recién separada del cuerpo", detalla la Fiscalía de Zamoraen su escrito de acusación.

El vecino de Fadón, que poseía armas de fuego compatibles con las que usaron contra "Ramiro", se juega tres años de prohibición de practicar la caza y la pesca; una multa de 1.080 euros y un día de prisión por cada cuota impagada, así como los 11.500 euros, de acuerdo con la petición del Ministerio Fiscal.

El cuerpo del animal decapitado apareció, todavía caliente, en la finca de 805 hectáreas a las 10.00 horas de ese 19 de septiembre de 2021, un coto vallado en todo su perímetro, lo que no fue un obstáculo para que el cazador trepara justo en la zona en la que se hallaba el animal, el centro de la propiedad privada, un refugio de caza. Tal denominación implica la prohibición de la caza de forma permanente salvo por necesidades biológicas, técnicas o científicas según lo requieran el estado de las especies de la fauna a proteger.

La sociedad propietaria del animal pide directamente tres años y medios de cárcel por considerar que, además del delito contra la protección a la fauna, existe un robo con fuerza, puesto que asaltó una finca privada y cercada perfectamente, infracción penal que cometió "con escalonamiento de valla cinegética". Este es el delito más grave de los que le imputa la acusación particular, el que conlleva el ingreso en la cárcel.

Para que el Juzgado de lo Penal aplique la pena más elevada posible, el abogado de la sociedad solicita que se aplique al acusado la agravante de aprovechamiento de circunstancia favorables para cometer el delito. Como tales, el abogado apunta que A.M.F. esperó para matar al animal y robar el trofeo a que las circunstancias impidieran que fuera descubierto en plena faena. De modo que, programó su plan de madrugada, para no ser visto y aprovechar que "luna en cuarto creciente facilita la detección de la pieza", aduce la acusación particular.

El plan parecía perfecto para lograr la impunidad. El guarda de la finca estaba en su casa descansando a esa hora, una vivienda alejada del lugar, por tanto, la vigilancia de la dehesa era menor y el animal en plena berrea "distraído esperando a una hembra para aparearse", un momento perfecto para dispararle y llevarse el trofeo, describe la acusación particular.

La acusación particular exige que el procesado pague el valor del ciervo y del trofeo, así como una orden de alejamiento respecto de la zona donde se emplaza la finca para que no pueda acercarse a los denunciantes, a la Dehesa de Fontanillas en la que viven, al guarda de la finca, al representante de la sociedad Cinegética y Agropecuaria La Lomba ni a sus respectivas familias. Se alega para pedir esta medida de protección "el carácter violento del acusado y la posesión de armas de fuego de largo alcance", seis en concreto, dos escopetas de calibre 12; cuatro rifles que pueden usarse para la caza. Este vecino de Fadón reside a 6,70 kilómetros en línea recta de la dehesa.

La sociedad Cinegética y Agropecuaria La Lomba perdía una de sus joyas, un ejemplar adquirido cuando tenía tres años junto a otros animales de la misma especie selecta para usarlo como semental en el coto de la comarca de Sayago. En la finca, "Ramiro" convivía con otros ciervos, con gamos, con corzos y con jabalíes, además de con especies de caza menor como la perdiz, el conejo y la paloma torcaz.

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