El nuevo censo del lobo en Castilla y León detecta una treintena de manadas más

Los ataques a la ganadería se han incrementado cerca de un 20% y el presupuesto para indemnizaciones se ha duplicado hasta casi los cuatro millones anualmente tras la revisión de los baremos.

Dos ejemplares de lobo ibérico

Dos ejemplares de lobo ibérico / Europa Press

I. B.

La población del lobo en Castilla y León ha aumentado, según se desprende de los primeros datos del nuevo censo poblacional de la especie que la Junta de Castilla y León ha avanzado antes de que finalice la confección de este informe.

A pesar de que aún falten unos meses para finzalizar los trabajos, este nuevo censo del lobo en Castilla y León se está realizando desde el pasado 2022 y concluirá a finales de año. A pesar de ello, el estudio ya ha revelado que en la Comunidad hay una treintena de manadas más que en el anterior estudio de la población de la especie realizado hace diez años.

El dato lo ha avanzado este viernes en declaraciones a los periodistas el director general de Patrimonio Nacional y Política Forestal de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, quien ha indicado que el estudio de la población que se está terminando de elaborar detecta "hasta más de treinta manadas nuevas" sobre el censo anterior.

El trabajo de campo precedente anterior se realizó entre los años 2012 y 2014 y contabilizó en Castilla y León 179 manadas estables y otra docena que fluctuaban en territorio limítrofe con el de otras comunidades autónomas.

"Las primeras estimaciones son favorables en cuanto a la evolución del lobo", ha declarado Arranz, que se mantiene en la postura de la pasada semana durante la presentación del XII Symposium Internacional sobre "Nuevos retos para la gestión y conservación de las poblaciones de oso y lobo", cuando el director general reivindicó "el rigor" en el que se basan las políticas públicas respecto al lobo de la Junta de Castilla y León, a la vez que rechazaba las "informaciones poco rigurosas", que podrían generar parámetros "más sentimentales" a la hora de la gestión cinegética.

Los datos recabados en Castilla y León deben coordinarse ahora con los de Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Madrid y Castilla La Mancha para analizar a qué Comunidad se asignan las manadas limítrofes

El director general ha precisado que al tratarse de un censo nacional los datos recabados en Castilla y León deben coordinarse ahora con los de Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Madrid y Castilla La Mancha para analizar a qué Comunidad se asignan las manadas limítrofes.

Sobre los daños que causa el lobo, Arranz ha indicado que aunque los ataques a la ganadería se han incrementado cerca de un 20%, la revisión de los baremos de indemnización ha hecho que el dinero destinado a ellas casi se duplique al pasar de algo más de dos millones de euros a casi cuatro millones anualmente.

Este responsable de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León ha reclamado más flexibilidad en la gestión del lobo, frente a la decisión "unilateral" del Gobierno de España de incluir la especie desde hace dos años entre las de protección especial.

Frente a esa postura del Ejecutivo central, ha defendido que la gestión se base en datos técnicos y científicos que se exponen en congresos como el XII Symposium Internacional "Nuevos retos para la gestión y conservación de las poblaciones de oso y lobo", que se celebra en Zamora y en el marco del cual ha ofrecido los nuevos datos de manadas de lobo.

Arranz ha asegurado que la gestión administrativa del lobo está dando "muchos problemas" a causa de su inclusión en el listado Lespre mientras que en el caso del oso existe una estrategia coordinada entre las diferentes Administraciones que ha permitido recuperar la especie y abordar los problemas de cohabitación con el ser humano.

Por ello, ha mostrado su deseo de gestionar también "con responsabilidad" el lobo para conservar sus poblaciones y hacerlas compatibles con la ganadería extensiva.