Ortega Cano y Delgado de la Cámara hablan de toros, fe y valor en Zamora
Delgado de la Cámara: "Aunque Enrique Crespo haya salvado muchas cornadas mortales, una ayudita del de arriba nunca viene mal"
Como un "encuentro para poner en valor la tauromaquia y la fe", así como para reconocer la figura del capellán de plazas de toros, según el delegado en Castilla y León de la Asociación Internacional de Tauromaquia, Francisco Pérez. Así ha comenzado en Zamora el I Encuentro Internacional de Capellanes y Sacerdotes Taurinos con el coloquio titulado "Entre la fe y la fiesta".
El diestro José Ortega Cano y el crítico taurino Domingo Delgado de la Cámara han protagonizado un "mano a mano", tras la "caída del cartel" por un "imprevisto de última hora" de la torera Cristina Sánchez, en el que han disertado sobre la relación entre la fiesta de los toros y la fe católica bajo la moderación del periodista de raíces zamoranas David Casas.
La tauromaquia y la fe de la Iglesia son "dos pasiones sin las que no se puede entender la vida", ha afirmado Casas.
Ortega Cano ha expresado su deseo de "defender la fiesta de los toros porque los toreros nos jugamos la vida y eso es algo que hay que respetar", además, "hacemos arte".
Domingo Delgado de la Cámara se ha definido como un católico "practicante, fiel y devoto" y ha afirmado que en este encuentro se unen sus "dos religiones", la Católica y la pagana, a pesar de la "ola de destrucción" que están sufriendo ambas.
Delgado De la Cámara ha contado que, desde niño, siempre supo lo que era un capellán de plaza de toros porque su abuelo acompañó durante muchos años al de la plaza de Madrid, una figura que, antes, exigía el Reglamento taurino. El crítico taurino ha afirmado que hay que "reivindicar" la figura del capellán taurino porque, aunque, citando a Enrique Crespo, el doctor haya salvado muchas cornadas que antes eran "mortales de necesidad", "una ayudita del de arriba nunca viene mal". A lo que el cirujano zamorano ha respondido con un gesto de asentimiento de cabeza.
El crítico taurino también ha recordado cómo, en tiempos de Pepe Hillo, las corridas de toros constaban de 23 reses y se celebraban en Madrid los lunes para "no interferir" con la celebración de la liturgia.
Ortega Cano, por su parte, ha expresado su convicción de que el mundo del sacerdocio está "en buen alid" en el mundo de los toros y que dar el paso de que los sacerdotes vayan a los toros o a un tentadero hay que verlo "de manera normal, como la vida misma".
El torero ha recordado que ha tenido muchas cornadas a lo largo de su trayectoria, "dos mortales", ha puntualizado Delgado de la Cámara; de hecho, el diestro ha llegado a recibir tres veces la extrema unción. Ortega ha reconocido ser siempre "una persona de mucha fe", "el valor delante de un toro se supone y, si tienes algo que te apoye ese valor, mejor", ha dicho en referencia a sus visitas a la capilla antes de salir al ruedo. Ortega ha asegurado que tener fe le ha dado valor en su trayectoria, sobre todo, en los comienzos, y le ha "ayudado en muchos percances muy fuertes".
Dos cornadas mortales y tres veces a las puertas del cielo
El torero ha recordado que ha tenido muchas cornadas a lo largo de su trayectoria, "dos mortales", ha puntualizado Delgado de la Cámara; de hecho, el diestro ha llegado a recibir tres veces la extrema unción. Ortega ha reconocido ser siempre "una persona de mucha fe", "el valor delante de un toro se supone y, si tienes algo que te apoye ese valor, mejor", ha dicho en referencia a sus visitas a la capilla antes de salir al ruedo. Ortega ha asegurado que tener fe le ha dado valor en su trayectoria, sobre todo, en los comienzos, y le ha "ayudado en muchos percances muy fuertes".
Domingo Delgado de la Cámara le ha confesado al diestro que ha visto todas las corridas en las que ha toreado en Las Ventas y ha relatado algunos de sus triunfos y graves cornadas, como una en la que un toro de Baltasar Ibán le "sacó las tripas" por lo que, como los militares que se enfrentaban al enemigo, "tiene el valor probado", le ha dicho el crítico.
Haciendo un símil católico, Delgado de la Cámara ha indicado que "Joselito es Dios Padre, Belmonte; el Espíritu Santo; Chicuelo, el Ángel Caído, y Manolete, Jesucrito", ya que han sido, como ha explicado el crítico, los descubridores o perfeccionadores de la técnica del toreo moderno, quieto, en redondo, echando la pierna adelante y con valor.
Ortega Cano ha hablado de la dureza de la profesión, pero que "es muy bonita" y ha reconocido que, si volviera a nacer, volvería a ser torero. Y ha cerrado la mesa dando lances con un capote.
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