El villalpandino que atesora miles de corridas de toros

Carlos Alonso acumula más de 13.000 seguidores en redes sociales, en las que, bajo el nombre de usuario @coscovillal, comparte vídeos de faenas de antaño

Carlos Alonso durante una grabación del programa de televisión «A Toro Pasado». | Cedida

Carlos Alonso durante una grabación del programa de televisión «A Toro Pasado». | Cedida / Carmen Toro

Se da la importancia propia de la gente humilde: ninguna. Pero tiene una cabeza privilegiada y una memoria prodigiosa para albergar y recordar con detalle toros y faenas de época... y también de las que han pasado desapercibidas. Casi tanta memoria como la de los incalculables soportes digitales que alberga en su casa: ocho discos duros de 4 TB, unos 3.000 DVD’s, unas 400 cintas VHS sin digitalizar, aparte de las que ya ha digitalizado,.... más las colecciones de las revistas "Toros 92", "El Ruedo" o el "reto conseguido" de la colección completa de "6 Toros 6", entre otras reliquias taurinas. Ahora, está en "búsqueda y captura" de las de "Aplausos" y la de "Bous al carrer". "Todo esto, reflejado en horas, es muy difícil de calcular", asegura.

Los «trastos» de faena del villalpandino. | Cedida

Los «trastos» de faena del villalpandino. | Cedida / Carmen Toro

Y en espacio, también se trata de un cálculo harto difícil. Y es que sus archivos no se reducen a los meramente digitales, sino que, además de los vídeos en formato físico y las mencionadas colecciones de revistas, este aficionado a la tauromaquia custodia casi todo lo que cae en sus manos y tenga que ver con la ampliación de conocimientos taurinos.

Gracias a la digitalización, gran parte de esas obras están guardadas en los discos duros, pero "en casa de mis padres, en mi antigua habitación, las paredes están empapeladas con VHS, más algún cuadro, más el suelo, que está formado por baldosas que son cajas con revistas, estanterías con tarrinas de DVD’s,..". Por si esto fuera poco, encima del armario de otro cuarto tiene enrollados carteles y, en casa de sus abuelos, también hay un par de habitaciones completas dedicadas a albergar su enorme archivo documental.

Vivió junto a Andrés Vázquez dos ferias de San Isidro: "Según iban pasando los días, me llamaba o se sentaba conmigo"

Además, en su casa de Madrid, donde ahora reside, tiene un despacho pequeño, "pero se va quedando más pequeño todavía", por lo que asegura que una de sus intenciones es hacerse uno más grande en una de las plantas de una casa de Villapando, su pueblo. "Me gustaría hacer un despacho un poco más grande y serio, más ordenado, donde pueda encontrar las cosas con mayor rapidez y tener ese espacio para trabajar".

La pasión de Carlos Alonso Peláez por la tauromaquia empezó cuando era tan solo un niño. De su abuelo aprendería a amarla y de su padre, a "materializar" la sed de atender, aprender y entender todo ese conocimiento que hay alrededor del toro bravo y de la liturgia que se da en el ruedo y en la calle. También recuerda con cariño que fue con uno de sus primos con quien vio los primeros festejos mayores fuera de la provincia de Zamora. Haber nacido en Villalpando y haber sido coetáneo del eterno maestro Andrés Vázquez también fue de ayuda, no lo niega. Vio junto a "El Nono" las ferias de San Isidro de 2003 y 2004, quien un día se sentó junto a él y preguntó al pequeño Carlos cómo había visto la faena; al parecer, maestro y pupilo coincidieron en sus impresiones. "Fueron pasando los días y me llamaba o se sentaba conmigo". Definitivamente, este villalpandino se había enganchado para siempre al arte de Cúchares y al más imponente de los animales.

Aunque su acercamiento al toro empezó más por el festejo popular, del que también es buen conocedor y en el que se ha puesto delante del toro en ocasiones para "tratar de entender y sentir" los comportamientos, las reacciones, los porqués del cornúpeta,... y vaya si los entiende.

La "llamada definitiva" de la tauromaquia la sintió cuando contaba diez años. Para poder volver a ver y analizar vídeos en los que el toro fuese el protagonista, pidió a sus padres que le regalasen un reproductor de vídeo y la colección de "Tierra de Toros". Con esta tecnología, comenzó a grabar los encierros de San Fermín para que su padre pudiera verlos al volver del trabajo. Así de casualmente comenzó lo que ya se ha convertido en una gratificante labor. "Más que una tarea, es una forma de enternder y transmitir mi pasión por el mundo del toro y la tauromaquia en todas sus vertientes. Empezó como un mero trámite y, con el paso de los años, se ha convertido en un concepto y ya no sé desprenderme de ello".

Alonso suele dedicar alrededor de una hora a diario, entre semana, a buscar, descargar o digitalizar vídeos o "ver si algún profesional me ha pedido algún archivo en concreto". Porque, sí, hay toreros, novilleros o banderilleros que recurren a su vasta videoteca para acercarse a ciertas faenas antiguas a las que, de otro modo, no tendrían acceso.

Las jornadas de los fines de semana ya son otro cantar. Las horas en el despacho se multiplican y pueden llegar a equipararse a las jornadas laborales. Para toda esta labor, el apoyo y comprensión de su pareja, Vicky, es fundamental. "De todo esto, la base está en mi pareja y mis padres, son los que verdaderamente entienden, respetan, ayudan,... porque también han grabado lo suyo. Su ayuda y su forma de entenderme es plena; sin ellos, no sería posible". También les da reconocimiento a sus amigos: "si les dices que no puedes quedar porque tienes que ver una corrida; si no son muy amigos, no lo van a entender".

Y es que Alonso lo graba "absolutamente todo": desde los programas de toros autonómicos que pueda conseguir a través de internet o que alguien le grabe hasta las corridas que se retransmiten tanto en abierto como en privado. Eso, en lo que toca a la actualidad. Pero el principal foco de atención del villalpandino son esos festejos de antes que, "si no se recuperan ahora, cada día que pasa es una oportunidad menos para que sobrevivan".

Un fenómeno en las redes

¿Y qué hace con todas esas grabaciones de corridas de épocas pasadas? Buena parte de ellas las comparte con inusitada generosidad desde hace años en las redes sociales, en las que, bajo el nombre de usuario @coscovillal, acumula más de 13.000 seguidores que disfrutan a diario, gracias a su trabajo desinteresado y altruista, de toreros, toros y faenas a los que, de otra manera, les sería difícil acercarse.

A través de estas cuentas "para la difusión y conservación de la Tauromaquia. Intercambio y digitalización de vídeos", como él mismo las define en la "bio" de su perfil de Instagram, han llegado hasta él no sólo aficionados anónimos, sino profesionales que también beben de la pasión de @coscovillal para engrandecer su técnica y conocimientos taurinos. "Cada vez me contactan más toreros porque antes, a lo mejor, se atrevía el becerrista más modesto o el novillero que tenía un poco más de desparpajo para pedir, pero, al final, el boca a boca..." lo ha hecho grande.

Profesionales taurinos recurren a su archivo para conocer detalles de los encastes

También son muchos los banderilleros y ganaderos que se nutren de las grabaciones del villalpandino, pero, sobre todo, profesionales que están empezando en la profesión y matadores y novilleros "modestos". "Hay muchos casos de toreros que tienen una oportunidad para cambiar su carrera, aceptan el reto de estoquear la ganadería "X" y necesitan empaparse bien de los toros, sus reacciones, sus hechuras,...", relata Alonso.

Asegura que no lleva una calendarización sobre los vídeos que comparte en redes sociales. "Igual, un día me acuerdo de la faena de Andrés Vázquez a un toro de Sorando en Madrid, la busco, la edito,..." y de esa les toca disfrutar a sus seguidores esa jornada. Una acción que empezó de manera espontánea. "Creo que el primer vídeo lo publiqué en invierno de 2015 de una forma bastante rústica, grabando con el móvil la pantalla de mi tele, al darme cuenta de que Twitter permitía subir vídeos. Lo subí, tuve un montón de interacciones, seguidores, comentarios,... y la posibilidad de interactuar con otros aficionados y profesionales". Algo que, con el paso de los años, ha ido creciendo "por tratar de compartir lo que ha ido llegando a mis manos y la gente también tiene ese derecho a disfrutar". Además, Alonso asegura que le "preocupa que hay muchas generaciones, novilleros, matadores de toros,... que únicamente las conocerán (las faenas) de gente más veterana, pero no hay un sitio donde ir a recordar cómo era aquella faena o ir a aquella ganadería y eso también me motiva a hacerlo".

De hecho, asegura que le da "mucha rabia" que no haya una biblioteca nacional de la tauromaquia, "un archivo único donde se pueda beber y trabajar" por lo que su idea es que los alumnos de las escuelas de tauromaquia, matadores o banderilleros jóvenes "tengan un sitio donde acudir" .

Aumentando conocimientos

También impulsado por su pareja, que apoya incondicionalmente la necesidad de Alonso de mantenerse cerca y seguir empapándose de conocimientos del orbe taurino, Carlos cursó la promoción 2014-2015 del Curso de Periodismo Taurino de la Fundación Wellington, que se impartía en la universidad Complutense de Madrid. Aquella formación le permitió alimentar su "gusto por leer y escribir bien, observar, tener claros los conceptos y poder hablar con amplitud". También le abrió algunas puertas, como la de redactor de algunos artículos en la extinta revista sobre el festejo popular "La Talanquera" o la de colaborador en los programas de radio "Clarines y Timbales" o "El quinto de la tarde", en la revista "Aplausos" o en los portales web "Burladero" y "Fotos de Toros". En todos ellos, dejó capotazos de conocimientos y afición. "Eso luego se evaporó un poquito por tener que centrarme en otras cosas y, este año, sin buscarlo, sin llamar a ninguna puerta", como él mismo podría haber dicho, el toro está volviendo a ponerlo en su sitio.

Es comentarista esporádico en el pograma del canal privado OneToro "A Toro Pasado", cuya primera colaboración se ha emitido la semana pasada y el otro episodio que ya ha grabado se emitirá próximamente. Además, la Fundación Toro de Lidia lo ha "fichado" para desgranar en vídeos cortos que publican en sus perfiles de redes sociales bajo el nombre "Los apuntes de @coscovillal" las ganaderías que participan en los diferentes festejos de la presente edición de la Copa Chenel, que se celebra entre marzo y junio de este año. Alonso también participó en el programa de "La Encerrona" destinado a desvelar las 29 ganaderías que lidiarán en los festejos del certamen este año, un "examen" que aprobó con nota y maestría. Y ha sido, además, reciente protagonista de una entrevista publicada en la página web del Instituto Juan Belmonte, el centro de "pensamiento y reflexión" de la Fundación Toro de Lidia.

Presidente de Astauvi un lustro y jurado del bolsín "Tierras de Zamora"

Comprometido con el toro desde su juventud, con sólo 25 años, echó "la pata p’alante" y tomó las riendas de la Asociación Taurina de Villalpando "Astauvi", de la que fue presidente durante un lustro, entre 2014 y 2019. Algo que hizo como una forma de tratar de ayudar a su querido pueblo, "intentando mantener viva esa llama de la afición por los toros", además de servirle para intentar fomentar la tauromaquia y la afición por ella "y tratar de que Astauvi y el nombre de Villalpando y Zamora se expandan y divulguen de la mejor forma posible". Pone como ejemplo a María Luisa, miembro activa de la asociación y "gran aficionada" a los toros. "Me gustaría que la afición de Villalpando siga su ejemplo, que se mantenga la afición en la localidad como la tiene ella, es uno de los objetivos por los que he luchado en Astauvi".

Tiene palabras de recuerdo, además, para otro de sus paisanos, "un aficionado extraordinario que ya no está con nosotros", el que fuera presidente del Foro Taurino de Zamora, Miguel Ángel Toranzo, quien lo designó como miembro del jurado del bolsín taurino "Tierras de Zamora" en varias ediciones y del que Alonso llegó, incluso, a ser presidente. "Fue el que decidió apostar por mí, ponerme en valor y transmitirle a todos los socios que en su pueblo había un chico" al que tenían que "conocer y darle la oportunidad". "Es una etapa que creo que hay recuperar y de la que guardo un recuerdo genial", asegura Alonso.

Llevando siempre por bandera la integridad, la honestidad, la observación meticulosa y el gusto por el detalle, Carlos Alonso, @coscovillal, es un aficionado de los que quedan pocos. Él lo llama su "concepto" y se resume en el respeto máximo por el toro y por los que se ponen delante. Un aficionado zamorano, de Villalpando, ante el que desmonterarse.

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