Zamoranos caminando bajo el sol de la solidaridad

Tres mil personas completan en una soleada jornada la Marcha de Asprosub, decana entre las citas que mezclan deporte y altruismo

Participantes en la XXXVIII Marcha de Asprosub.

Participantes en la XXXVIII Marcha de Asprosub. / JOSE LUIS FERNANDEZ

Alberto Ferreras

La jornada soleada animó a la participación y contribuyó al éxito de la trigésimo octava Marcha de Asprosub, una prueba solidaria y no competitiva que ciclistas y patinadores realizaron en tiempos de entre una y dos horas y que el grueso de los andarines tardó tres horas en recorrer, lo que hizo que a alguno se le hiciese algo cuesta arriba el tramo final, cuando el calor empezaba a apretar en un día plenamente veraniego.

Participanes en la XXXVIII Marcha de Asprosub. | José Luis Fernández

Participanes en la XXXVIII Marcha de Asprosub. | José Luis Fernández / Alberto Ferreras

Como otros años, la que es la decana de las pruebas deportivas solidarias de la ciudad, partió de la plaza de la Marina para llegar al centro de la Fundación Personas de Morales del Vino.

Isabel Blanco y Patricio Santana, en la marcha. | J. L. F.

Isabel Blanco y Patricio Santana, en la marcha. | J. L. F. / Alberto Ferreras

En ese punto intermedio a siete kilómetros de la salida fueron muchos los que se despojaron de la manga larga y guardaron la sudadera en la bolsa de tela que recibieron como obsequio junto al clásico llavero. Allí, los participantes también pudieron conocer de cerca las instalaciones construidas con los pasos solidarios dados a lo largo de 38 años, descansar unos minutos y reponer fuerzas antes de emprender la vuelta hasta Zamora.

Una empanada, una manzana y un refresco sirvieron de avituallamiento. En ese pequeño descanso también hubo tiempo de divertirse e inmortalizar el momento con un selfi con unas plantillas de zapatillas identificativas de la marcha elaboradas para la ocasión por usuarios del centro de Morales del Vino.

Participantes en la Marcha de Asprosub.

Participantes en la Marcha de Asprosub. / JOSE LUIS FERNANDEZ

En el regreso, con algo más de calor, fueron excepción los que solicitaron asistencia para completar el trayecto en autobús o una de las furgonetas de la organización. La gran mayoría llegaron, por su propio pie o sus propias pedaladas, hasta la meta del parque de León Felipe.

Allí les esperaba a los participantes un último obsequio en forma de flor.

La planta elegida fue una viola, debido a que es de exterior y aguanta bien el frío invernal, aunque por el momento bien hubieran servido también las otras plantas que cultivan en el centro especial de empleo de Asprosub de Morales del Vino en esta época del año: flores de Pascua, crisantemos, pensamientos y ciclamen.

El ingeniero agrícola de ese vivero que da trabajo y contribuye a integrar también socialmente a personas con discapacidad, Juan Vaquero, encargado de que nadie se quedara sin su maceta, recordó que generan una veintena de empleos de los que 18 son para personas con discapacidad.

A lo largo del año, en esas instalaciones a las que se acercaron los participantes de la marcha, crecen medio millón de plantas que se venden entre el 60 y el 70% en la provincia, un 20% en Portugal y el resto en Salamanca, Valladolid y León, fundamentalmente. Ese centro laboral representa uno de los logros conseguidos en parte con los fondos provenientes de los patrocinios de la Marcha de Asprosub, que tras 38 años no ha perdido su potencial. "Se nota que sigue calando el mensaje", declaró el gerente de la Fundación Personas de Zamora, Isidro Deza, que indicó que los tres mil participantes de esta edición representan "una afluencia histórica" que permitirá seguir adelante con los proyectos de integración y apoyo a las familias de la antigua Asprosub.

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