Toro, entre dos aguas

El calor obliga a reforzar medidas para afrontar el mayor consumo de agua embotellada hasta que acabe la obra de la planta de tratamiento

Dos vecinos llenan garrafas en una de las plantas potabilizadoras portátiles instaladas en la ciudad. | M. J. C.

Dos vecinos llenan garrafas en una de las plantas potabilizadoras portátiles instaladas en la ciudad. | M. J. C. / María Jesús Cachazo

El conflicto por el agua en Doñana o la sequía han puesto de relieve la importancia de preservar un recurso vital. Los toresanos han interiorizado ese mensaje después de que, hace más de cinco meses, el Ayuntamiento prohibiera el consumo de agua del grifo por un problema sobrevenido, que tiene su origen en la sobreexplotación del acuífero «Los Arenales», del que Toro capta agua y en el que se ha detectado un índice de arsénico superior al permitido por la ley: 10 microgramos por litro.

Aunque desde principios de diciembre los toresanos no pueden consumir el agua del grifo, el problema se ha agravado con el ascenso de las temperaturas que lleva aparejada una mayor ingesta, lo que obliga a comprar más agua mineral, a acudir con más frecuencia a las siete plantas potabilizadoras instaladas en distintos puntos de la ciudad para rellenar garrafas o a reforzar el servicio de reparto de botellas a personas de colectivos vulnerables.

El concejal de Medio Ambiente, José Luis Martín Arroyo, reconoció que, «con el calor», se incrementará la demanda de agua y, por este motivo, el Ayuntamiento ha reforzado algunas medidas que mantendrá hasta la entrada en funcionamiento de una planta modular de tratamiento, cuyas obras de adecuación ya están en marcha y en las que se invertirán 440.000 euros.

El Ayuntamiento ha garantizado la salubridad y calidad del agua que suministran las plantas portátiles

Así, hasta que pueda resolverse de una forma definitiva el problema de la contaminación del agua por arsénico, el Ayuntamiento ha reforzado el servicio de reparto de agua embotellada en domicilios en los que residen personas de colectivos vulnerables, que ha sido adjudicado a una empresa local.

No obstante, Martín Arroyo recordó que el servicio está dirigido a personas con movilidad reducida y a aquellas que «no tienen familiares directos en la ciudad» porque, como reconoció, algunos vecinos solicitan el suministro de agua a domicilio cuando «van a cavar al huerto en bicicleta».

En cuanto al funcionamiento del servicio, precisó que el Ayuntamiento se encarga de recoger las llamadas y, una vez elaborado el listado de personas que precisan suministro de agua, la empresa a la que se ha adjudicado el servicio procede a su reparto. Calcula el concejal que el servicio suministra agua a cerca de 150 familias de Toro, a las que hasta ahora se proporcionaban dos paquetes de seis botellas de agua de 1,5 litros cada una y con las que su abastecimiento se garantizaba durante dos o tres días.

Mayor consumo con el calor

Depósito junto al que se ejecuta la obra de la planta de tratamiento. | M.  J. C.

Depósito junto al que se ejecuta la obra de la planta de tratamiento. | M. J. C. / María Jesús Cachazo

Sin embargo, con el ascenso de las temperaturas y el mayor consumo, a partir de ahora en cada domicilio se entregarán tres paquetes de seis botellas cada uno con el objetivo de que los vecinos dispongan de mayor cantidad de agua. El ascenso de las temperaturas también está detrás de la decisión de instalar «puntos» de suministro de agua mineral en los cuatro colegios de la ciudad, en la guardería y en el centro de salud.

Los equipos docentes y las Ampas plantearon al Ayuntamiento la necesidad de garantizar el abastecimiento de agua de los escolares tras percatarse de que, con el calor, el consumo aumenta. Ante esta petición, el Ayuntamiento ha optado por instalar «puntos» de suministro de agua mineral en los centros educativos y la guardería, medida que también ha sido aplicada en el centro de salud de Toro.

A estas medidas temporales para solventar el problema del agua, Martín Arroyo añadió las siete plantas potabilizadoras portátiles instaladas en puntos «estratégicos» de la ciudad para que a «ningún vecino le queden más lejos de 500 metros de su casa». El Ayuntamiento ha garantizado la salubridad y calidad del agua que suministran las plantas portátiles, a las que muchos vecinos acuden en coche para transportar a la vez varias garrafas, especialmente familias numerosas o que conviven con animales, mientras que otros recurren a carros de la compra.

Aunque el consumo de agua embotellada se ha disparado en Toro, una empresa local, «Aguas El Barcial» apenas ha notado la mayor demanda.

Otros vecinos optan por comprar agua mineral y, especialmente los supermercados, prestan una especial atención a la hora de reponer las estanterías para que todos los clientes puedan elegir entre diferentes formatos, marcas y precios. No obstante, desde que se prohibiera el consumo del agua del grifo, los supermercados han detectado un incremento de ventas, especialmente de envases de mayor formato como garrafas de cinco, ocho o diez litros.

Este tipo de envase de mayor volumen es el más utilizado por los establecimientos hosteleros de la ciudad que, no solo tienen que conectar garrafas a la cafetera, sino que también tienen que emplear agua minera para elaborar las tapas o los platos de sus menús.

Precisamente, según un estudio elaborado por la CEOE, la hostelería es uno de los sectores más afectados por el problema, así como las panaderías, ya que su consumo medio ronda, de media, los 1.000 litros diarios de agua embotellada. Del mismo modo, industrias del sector de la agroalimentación tienen que hacer frente a un gasto extraordinario de agua y que varía en función de su actividad y de su volumen de producción.

Aunque el consumo de agua embotellada se ha disparado en Toro desde que se decretara la prohibición de ingerir la del grifo, una empresa local, «Aguas El Barcial» apenas ha notado la mayor demanda.

«Nadie es profeta en su tierra», asegura uno de los responsables de la empresa familiar, Francisco Javier Muñoz, quien lamenta que más toresanos o instituciones como el Ayuntamiento no adquieran agua mineral procedente de manantiales de la provincia. En este sentido, recordó que su empresa comercializa agua captada del manantial «El Barcial nº 12» situado en Peleagonzalo y considerado como una de las reservas naturales de agua mineral de mayor calidad del país.

Lineal de agua embotella de diferentes formatos en un supermercado de la ciudad. | M. J. C.

Lineal de agua embotella de diferentes formatos en un supermercado de la ciudad. | M. J. C. / María Jesús Cachazo

A pesar de la cercanía del manantial y de que la empresa ofrece una distribución de garrafas y bidones, así como de dispensadores acordes a las necesidades de clientes particulares o empresas, el problema de la contaminación por arsénico del agua en Toro no ha incidido en su volumen de negocio, que sí ha logrado expandir a Zamora y las provincias de Valladolid y Salamanca.

En opinión de Muñoz la contaminación del agua en Toro tiene su origen en la sobreexplotación del acuífero «Los Arenales» y que, el pasado año, se agravó con la sequía. En este sentido, precisó que ya entonces y ante la escasez de agua, se deberían haber adoptado medidas provisionales como cortar el suministro durante «tres o cuatro horas» al día para propiciar la «recuperación» del acuífero.

Del mismo modo, considera que «hace años» se tenían que haber puesto en marcha soluciones, tales como «hacer otro pozo» o instalar una planta de tratamiento como la que está previsto poner en funcionamiento junto al depósito de Santa Catalina. A la espera de que concluyan las obras de adecuación de la planta de tratamiento, los toresanos tendrán que seguir conviviendo con un problema que ha servido para que muchos valoren la importancia de no malgastar un recurso que es fuente de vida.

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