Desde Toro, con la casa a cuestas por Europa

Lorena García y Alberto Vergel han dado la vuelta al continente en autocaravana y ahora preparan un nuevo viaje "sin destino"

Lorena García y Alberto Vergel saludan desde su autocaravana, «Ítaca». | Cedida

Lorena García y Alberto Vergel saludan desde su autocaravana, «Ítaca». | Cedida / Carmen Toro

Hace ahora dos años, comenzaron una aventura que los llevó a recorrer Europa en autocaravana. 30 países en nueve meses. La pareja formada por Alberto Vergel y Lorena García y la que cumple aquello de "no hay dos sin tres": Ítaca, la que es su casa sobre ruedas.

Estos toresanos son dos viajeros de raza, un dúo de ciudadanos del mundo a los que les corre la libertad por las venas. Después de aquella de la que cualquiera diría que debe de ser la aventura de sus vidas, ahora preparan un nuevo viaje. O, como ellos lo denominan, el "antiviaje". Y es que tienen la firme intención de volver a poner a rodar a Ítaca en dirección a Francia, pero, esta vez, sin un plan establecido, sin una ruta ni destino fijos y sin fecha de vuelta. "Queremos fluir", sonríe al decir él.

En la anterior ocasión, la idea de comprar una caravana venía rondándoles la cabeza desde hacía un tiempo, y la pandemia del Covid -19 les "empujó" a decidirse. "Ya habíamos viajado bastante por Europa, pero el típico viaje de varios días". Y así se decidieron a perseguir esta pasión por los viajes que ambos comparten.

Un requisito imprescindible, ya que ambos teletrabajan, era que la autocaravana tuviese espacio suficiente para poder sentirse "cómodos" y hacer vida sin demasiadas complicaciones más allá de las que, de por sí, tiene vivir en unos pocos metros cuadrados.

La pareja, durante su paso por Países Bajos. | Cedida

La pareja, durante su paso por Países Bajos. | Cedida / Carmen Toro

En pleno mes de abril de 2022, la guerra de Ucrania había estallado hacía poco más de un mes, pero eso no frenó sus planes. "Salimos un poco sin saber lo que iba a pasar", cuenta ella, aunque sí les hizo cambiar su itinerario y "dejarse por el camino" Rusia, Ucrania y Moldavia.

Lo que sí visitaron fue Francia, Italia, Suiza, Alemania, Eslovenia, Croacia, los países balcánicos, Grecia, Turquía, donde se encontraron con los padres de García, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Eslovaquia, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, atravesaron Finlandia y llegaron a Noruega, donde trataron de alcanzar el cabo Norte, considerado el punto más septentrional de Europa, pero la carretera estaba helada "y nos tiró la nieve y nos quedamos a una hora de llegar". Suecia, Dinamarca, PaísesBajos y Bélgica constituyeron la parte final del viaje.

Ambos coinciden en que, quizás ahora, darían esta vuelta a Europa en nueve meses en el sentido contrario porque "pasamos mucho calor en verano y mucho frío en invierno". En lo que no coinciden es en el lugar que más destacan. Para Lorena, es Bosnia y para Alberto, Noruega. El primero porque "nos sorprendió para bien porque la referencia que teníamos era la guerra", pero resaltan que se encontraron gente de diferentes religiones conviviendo y "un país tratando de abrirse al turismo"; por su parte, Noruega "es el paraíso de las autocaravanas, puedes dormir donde quieras y tienes un montón de servicios gratis".

Pero no todo fueron maravillas porque la pareja también tuvo varios percances a lo largo del viaje. En Turquía, dando marcha atrás para salir de un aparcamiento, derribaron una farola "que estaba medio suelta" y recuerdan cómo el policía que acudió los acompañó "amablemente" al cajero para que abonasen la multa. En otro momento en marcha, perdieron algunas bolsas con ropa o rompieron una de las ventanas de la autocaravana al darse un golpe contra un árbol mientras aparcaban. A pesar de todo, aseguran al unísono que mereció la pena.

Y es que también hay otras anécdotas inolvidables por bonitas: Alberto le pidió matrimonio a Lorena en Laponia, mientras observaban las auroras boreales. Y ella, claro, dijo "sí". "Si vas en pareja, esto o une más o te desune del todo". Desde luego, a ellos los unió para siempre.

Y muy unidos están también a la gran comunidad que han creado en Instagram, donde tienen más de 13.000 seguidores con los que, día a día, como si se tratase de un cuaderno de viaje, iban compartiendo todas estas anécdotas, descubrimientos y lugares. "Cuando creamos Pasaporte a Ítaca (el nombre de su perfil), quisimos contar nuestro viaje para acercar a la gente a los lugares que vemos, las curiosidades que nos encontramos, que puedan preguntarnos cosas y crear una comunidad", relata García.

Ahora, se preparan ya para su nueva aventura. "Esta vez vamos sin límite de tiempo, sin destino fijado y sólo viviendo lo que es el propio viaje. Vamos a viajar lento y disfrutándolo". Y es que sólo tienen seguro que visitarán el norte de Francia "y, a partir de ahí, decidiremos". Porque, como se desprende del poema de Kaváfis en el que se inspiraron para poner el nombre a su hogar rodante, "lo importante es disfrutar del camino y no tanto del destino en sí".

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