Entrevista |

"No veo posible una fusión de municipios, la gente quiere mantener su identidad"

"Es necesario reformar el modelo de financiación, el actual solo favorece a aquellas provincias en las que hay grandes núcleos de población"

José María Barrios, vicepresidente de la Diputación.

José María Barrios, vicepresidente de la Diputación. / Sara Parra

José María Barrios, vicepresidente de la Diputación de Zamora y representante de la FEMP de la Diputación, estará presente en el evento organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, “Municipalismos: Ayuntamientos al servicio de la ciudadanía”, donde se abordarán los retos y desafíos a los que se enfrentan las comarcas y territorios de la provincia.

–¿Qué importancia cree que tiene la administración local en el actual Estado poliédrico que es España?

–La importancia de la administración local es absoluta. Cuando un ciudadano tiene un problema, sobre todo en los pueblos, al primer sitio que acude es al ayuntamiento, o a figuras como el alcalde o los concejales para intentar resolverlo, sea competencia del consistorio, o no. Muchas veces los ayuntamientos pequeños tramitan o llevan a cabo acciones que no son de su competencia por esa cercanía que tienen con los vecinos. Por tanto, no se entendería España sin la administración local.

–¿Qué papel juega la Diputación Provincial en la asistencia a los municipios de menor tamaño?

–En provincias como Zamora es fundamental. No todas son iguales, hay provincias cuyas poblaciones son de más de 20.000 habitantes, donde las diputaciones no tienen competencias. Pero, en la nuestra, a excepción de la capital, sí que compete a la Diputación. Lo que hace es apoyar a los ayuntamientos, de muchas maneras, con asistencia técnica, económica, social, con cuestiones como los planes provinciales, la red de carreteras de casi 1.600 kilómetros que comunican todos los pueblos de la provincia, asegurando el suministro de agua con una nueva depuradora, otro pozo, o lo que haga falta, ayudas culturales, etc. Hay pueblos en los que, como indican sus alcaldes, sería inviable realizar sus labores sin el apoyo de la Diputación. Por tanto, la Diputación es indispensable para que los municipios, sobre todo los más pequeños, puedan funcionar dentro de la normalidad.

–Como representante de la Federación Española de Municipios y Provincias, ¿qué medidas ve necesario implantar?

–Hay algo en lo que estamos trabajando en la Federación desde hace mucho tiempo, que a la vez que se hable de la financiación autonómica, se dialogue también sobre la financiación local. Es fundamental porque los municipios siguen teniendo los mismos gastos y tienen menos ingresos debido a la despoblación. Pero, aunque haya menos contribuyentes, hay gastos que no se pueden reducir, no se pueden apagar las farolas, por ejemplo, o el tema del agua, el consumo puede ser menor, pero el sistema hay que mantenerlo igual, lo mismo con la limpieza de calles o el mantenimiento de jardines. Es un problema que tenemos en toda España, la despoblación no es exclusiva de Zamora, aunque aquí se produce a mayor ritmo.

–Además de la despoblación, ¿qué otros retos están afrontando los municipios? ¿han cambiado a lo largo de los años?

–La financiación es uno de los retos, aunque, en gran medida, también viene generado por la despoblación. Para la despoblación todavía no hay nadie que haya dado con la tecla mágica, se han ido haciendo cosas, pero seguimos perdiendo población, aunque si es cierto que se está frenando el éxodo en lo que se refiere al número de personas que salen y entran en la provincia, incluso en algunos momentos es superior el número de personas que entra. En la misma línea, hay un problema de natalidad. La gente fallece y no hay nacimientos y mientras esto no se compense el problema seguirá. En los últimos 30 o 40 años los municipios han cambiado muchísimo. Por ejemplo, hace unas décadas, lo que querían y necesitaban era tener servicios básicos, como el agua corriente, el alcantarillado o tener las calles pavimentadas. En este momento, esos retos han cambiado, esos servicios existen y se ha pasado a otros nuevos, como la comunicación, el acceso a Internet, algo en lo que se está avanzando, pero sigue habiendo zonas en las que hay que mejorar. Por otra parte, el envejecimiento de la población es otro problema, aunque se está aprovechando para generar empleo de ayuda a domicilio y cuidados a los mayores.

Las diputaciones venimos pidiendo una reforma de la legislación electoral para que los diputados sean elegidos por los ciudadanos

–Hace unos días estuvo en la última sesión de la Comisión de Diputaciones, Cabildos y Consejos Insulares, celebrada en el Senado, ¿qué conclusiones extrae?

–Este año, yo creo que, con gran acierto, el presidente de la Comisión, que es el presidente de la Diputación de Jaén, propuso que no se celebrara siempre en Madrid, que fuera por distintos puntos de España y así lo hemos hecho, aunque, la última se celebró en la capital, en el Senado. Allí se tratan temas de mucho interés, pero quiero destacar uno en concreto. Las diputaciones venimos pidiendo una reforma de la Ley Electoral para que los diputados sean elegidos directamente por los votantes, porque ahora mismo los diputados provinciales los eligen entre alcaldes y concejales y queremos que sean los ciudadanos los que decidan para que haya una mayor legitimidad y visibilidad. Tal y como está ahora, el ciudadano vota a su alcalde y, a partir de ahí, pierde el contacto, creemos que debería tener la opción de votar también a los diputados y estos se sentirían más respaldados. Es algo en lo que se está trabajando y en lo que creo que todos los grupos políticos estamos de acuerdo.

Hay que reformar el sistema de financiación, con la pérdida de población e ingresos habrá ayuntamientos que no podrán seguir gestionándose

–¿Cree necesario que se reforme en España el modelo de financiación municipal?

–Sí, hay que reformar el sistema de financiación porque a medida que perdemos población perdemos ingresos también y llegará un momento en el que algunos ayuntamientos no podrán seguir gestionándose. Algunos consistorios están poniendo medidas como el cambio de bombillas a led o la instalación de placas solares para poder ahorrar, pero va a llegar un momento en el que no se va a poder hacer más si no cambia el modelo. No es lo mismo alumbrar una calle donde viven 200 personas que donde viven 20, el coste se multiplica por diez y eso es lo que se debe tener en cuenta en los Presupuesto del Estado.

–¿Cómo le afecta a la Diputación la forma en la que se estructura la provincia de cara a la financiación?

–El dinero que hay para las diputaciones se reparte por la población total que hay en la provincia, algunos no estamos de acuerdo con eso y pensamos que lo más lógico sería repartirlo en función de la población atendida, porque en Zamora, de la atención de la Diputación solo queda fuera la capital al tener una población superior a 20.000 habitantes, por lo que atendemos al resto de la provincia. Vamos a suponer, si en la provincia hubiera tres núcleos de 25.000-30.000 habitantes, atenderíamos a la mitad de la población, pero con el mismo dinero, por tanto, las provincias que tienen núcleos grandes se ven favorecidas por este reparto frente a las provincias de núcleos pequeños.

–¿Qué futuro le aguarda al municipalismo? ¿Cree que pasará por la fusión de municipios?

–El municipalismo tiene unas raíces muy profundas. Si hablamos de las Diputaciones, llevamos más de 200 años funcionando, no digo nada de lo que son los municipios. A corto plazo no veo posible una fusión de municipios, la gente quiere mantener su identidad. Es verdad que ha habido algún caso de fusión voluntaria, pero muy contados. Independientemente de que pueda ser posible más adelante, o no, lo que hay que hacer es cambiar un poco el sistema, hay que potenciar las diputaciones, se han modernizado mucho, pero hay que seguir impulsándolas para que puedan ofrecer más servicios. En Zamora, si tuviéramos los recursos adecuados podríamos dar, por ejemplo, un servicio de alumbrado a toda la provincia, o de abastecimiento de agua. Servicios que muchas veces traen de cabeza a los alcaldes por el coste y los problemas que tienen y, quizá, contratando a mayor escala se reducirían mucho los costes. Es algo que vemos en el tratamiento de basuras, que gestionamos desde al año 2000 y funciona perfectamente, a través de las mancomunidades se recogen las basuras y la gestión de los residuos lo hace un consorcio que, fundamentalmente, lo gestiona la Diputación. Hay que ir avanzando en esas cuestiones, con ese tipo de gestión se ahorra dinero y a los alcaldes se le quita un problema de encima. En definitiva, la fusión de municipios sobre el papel puede sonar bien, pero en la práctica no tanto, hay que verlo sobre el territorio, porque si desaparecen los municipios de menos de 5.000 habitantes, serían todos menos Zamora, Benavente y Toro. Estas cosas no se pueden pensar desde un despacho en Madrid, hay que sentarse con los alcaldes, concejales y la gente que viven en el territorio y preguntarles cómo podría solucionarse esto, porque todos pueden transmitir ideas muy positivas para la provincia.