El Museo de la Memoria de Ribadelago tardará un año en "vestirse" con la exposición permanente

Diputación y Ayuntamiento firmarán dos nuevos convenios para impulsar la musealización del reconvertido edificio y su apertura al público en Ribadelago

Autoridades provinciales y locales junto a los técnicos posan delante del acceso al Museo de Ribadelago. | A. S.

Autoridades provinciales y locales junto a los técnicos posan delante del acceso al Museo de Ribadelago. | A. S. / Araceli Saavedra

La apertura del Museo de la Memoria de Ribadelago se prolongará todavía un año más, no antes del próximo verano, cumpliendo los plazos legales para redactar, aprobar, exponer y sacar a licitación en la Plataforma de Obras del Estado. Así lo reconocía el presidente de la Diputación Provincial, Javier Faúndez Domínguez, al alcalde de Galende José Manuel Chimeno Lois en el transcurso de la visita a las obras finalizadas de reconversión del antiguo Ayuntamiento de Ribadelago en Museo de la Memoria.

A la visita al edificio asistieron el diputado de Educación, Cultura y Turismo, Víctor López de la Parte; el diputado por la comarca de Sanabria y responsable de Fondos Europeos, Ramiro Silva Monterrubio; los concejales de Galende Paulino Villasante Josa y Martín López Román. A este acto no podía faltar el exdiputado por Sanabria, Jesús María de Prada Saavedra, el arquitecto Francisco Somoza y los responsables de la empresa Meraki.

El alcalde señaló que este acto "viene a poner fin a un sueño que tuvieron gente de este municipio que querían recordar y honrar a los desaparecidos en la catástrofe". Desde la Diputación "se pusieron en marcha y hoy estamos aquí inaugurando y recibiendo el edificio". A partir de ahora "tenemos de vestirlo" y depositó su confianza en la Diputación para que "todo funcione como tiene que funcionar".

Faúndez abre el camino al resto de autoridades en el acceso al edificio reconvertido. | A. S.

Faúndez abre el camino al resto de autoridades en el acceso al edificio reconvertido. | A. S. / Araceli Saavedra

Javier Faúndez evocó que este museo "es para conmemorar esa catástrofe humana y social que tuvimos con la rotura de la presa de Vega de Tera en la noche del 9 de enero de 1959". "Compromiso político y compromiso personal" esas han sido las claves para llegar a este momento. El presidente señaló al anterior Diputado de Cultura, Jesús María de Prada Saavedra, por su compromiso "como buen sanabrés" con este edificio. Señaló los problemas que ha sorteado la ejecución de la obra, desde 2021 al principio del anterior mandato, con una actuación de 280.000 euros y "una subida desproporcionada de los materiales de la noche a la mañana", que obligó a desistir y firmar un nuevo convenio en 2022 por la inversión final.

El siguiente paso es completar la musealización para que sea un atractivo turístico. El presidente no quiso pronunciarse sobre el incumplimiento de otras administraciones a la hora de cumplir los compromisos con el pueblo de Ribadelago, en el 50 aniversario en 2009.

El 100% de la inversión ha corrido a cargo de la Diputación provincial, 367.468 euros. Lo mismo que la reconversión del emblemático edificio se posibilitó con la firma del convenio entre Diputación y Ayuntamientos, la musealización y la apertura para su visita se realizarán con la firma de sendos convenios.

Somoza y Faúndez supervisan los trabajos realizados en el futuro Museo de Ribadelago. | A. S.

Somoza y Faúndez supervisan los trabajos realizados en el futuro Museo de Ribadelago. | A. S. / Araceli Saavedra

El presidente se comprometió a aportar 50.000 euros para la musealización a través del Patronato de Turismo mediante una modificación de crédito en loso presupuestos de este mismo año, aunque también llevará un trámite de aprobación en pleno de la Diputación. El arquitecto, Francisco Somoza, redactor del proyecto de reforma del edificio también agilizará el proyecto de musealización a instancias del Ayuntamiento.

Como responsable de la obra, el arquitecto zamorano presentó a los representantes de las instituciones la reforma del edificio, donde defendió la importancia de la arquitectura de los pueblos del "plan Badajoz" como es este caso y que en un principio este pueblo "blanco" fue del rechazo de los nuevos residentes porque no se adaptaba a las necesidades de sus moradores.

Esta arquitectura de mediados del siglo pasado se está valorando actualmente, máxime cuando uno de los arquitectos que diseñó este tipo de edificios finalmente trabajó en la construcción de Brasilia, la capital de Brasil. Escalera, pavimentos, lucernarios y la pintura mural que preside la sala principal del espacio expositivo se han respetado y realzado.

Los nuevos elementos como el ascensor circular y mamparas de cristal que cierran espacios como despachos se han amoldado a esas características, además de hacer accesible el edificio. En una de las estancias se han incorporado dos vitrinas a modo de ejemplo. Elementos de la vida cotidiana de esa época que se incorporarán a la muestra se inspiran en el Museo del Holocausto, aunque Somoza advirtió que "no es solo un mausoleo y un recuerdo del pasado" sino una "mirada al futuro" como desean los vecinos y supervivientes de Ribadelago.

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