La EHE avanza en Zamora: ahora las vacas de leche

Dos meses después de los primeros casos de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en Zamora, con 570 animales muertos y 7.000 enfermos, los ganaderos no ven la luz y temen consecuencias

Vacas afectadas por la EHE en la provincia de Zamora.

Vacas afectadas por la EHE en la provincia de Zamora. / José Luis Fernández

Empezó de forma incipiente, pero se confirma lo peor. La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) no perdona y avanza por las granjas de vacas de leche a una velocidad "muy preocupante". Lo confirma Jorge Rodríguez, responsable de vacuno de leche de COAG. "Están saliendo cada vez más vacas y con una casuística bastante grave que en las de campo" apunta este ganadero de Monfarracinos sin ocultar la preocupación ante el nuevo varapalo para un sector muy vapuleado por los altos costes de producción y la bajada de la leche.

"Las vacas de leche presentan unas hemorragias tremendas, ataca al estómago de forma exagerada y ya hay vacas con unas pérdidas de producción de hasta 10 litros diarios" apunta Jorge Rodríguez. "Y ya veremos las consecuencias en el futuro por la reabsorción embrionaria, partos prematuros. Nos tememos que ataque con mucha más mortalidad", describe el ganadero zamorano tras recibir noticias de compañeros de otras comunidades con granjas de raza bovina frisona.

"Puede ser un palo muy gordo" incide el representante de COAG ante este nuevo episodio de una enfermedad que, dos meses después del que se manifestara en ganaderías de extensivo de Zamora (el 18 de agosto saltaron los primeros casos), se ha llevado por delante casi 570 animales, cerca de 7.000 enfermos y casi 380 explotaciones bajo vigilancia.

María Mulas, ganadera de Sanzoles, empieza a respirar después de casi dos meses de "auténtica locura", pero sin lanzar las campanas al vuelo porque "siguen saliendo casos. Parece que está queriendo volver" advierte sobre los síntomas que aprecia en algunas reses.

La incertidumbre cunde en un sector al que la EHE le pilló completamente indefenso y sin saber cómo actuar. "Hay que seguir trabajando, pensamos hacer ecografías para ver si se quedan preñadas las vacas" apunta María Mulas, con una explotación familiar extensiva en Villanueva de Campeán. "Después de todo el esfuerzo, el sacrificio personal, los animales muertos, los gastos… No podemos bajar la guardia".

"Esta enfermedad me ha descolocado. Porque cada animal tiene un comportamiento distinto, no ves un patrón que unifique"

José Ramón Tejedor, productor sayagués de vacas en régimen extensivo, confiesa que con toda su experiencia como ganadero: "Esta enfermedad me ha descolocado. Porque cada animal tiene un comportamiento distinto, no ves un patrón que unifique".

Una vez "superada" (entre comillas) la crisis, late la incertidumbre sobre la recuperación de los animales que han sobrevivido a la enfermedad. "Aunque en la zona la incidencia ha bajado bastante, queda todavía mucha clínica y cuidados, porque los animales han quedado muy tocados y no acuden bien al pienso. Hay que ayudarles" apunta José Ramón Tejedor.

El manejo de la cabaña ha sido un auténtico quebradero de cabeza para los ganaderos. Muchas horas de cuidados, una dedicación continuada; "a los animales enfermos los echaban los otras vacas de la manada, dejaban de comer, no bebían. Si dejabas de prestarles atención se te iban" relata este ganadero de Almeida. "Las vacas enfermas no eran capaces de comer a ritmo de las demás" describe sobre una episodio para olvidar.

"Esto tiene toda la pinta de que ha venido para quedarse. Hay que pedir que llegue pronto la vacuna porque más años como éste y nos empuja directamente a dejarlo".

¿Y las Administraciones? "De momento palabras, pero de ayudas nada" coinciden en destacar ganaderos afectados y obligados a soportar unos gastos a día de hoy no compensados en esta grave epidemia que puede ser la puntilla para a un sector estratégico.

Esta enfermedad no supone problema en el movimiento o consumo de los productos animales, de modo que se puede consumir o comerciar con su carne, leche o piel sin que suponga ningún problema

Para no ahondar más en la llaga, no por repetirlo deja de ser necesario. Hay que dejar muy claro que esta enfermedad no supone problema en el movimiento o consumo de los productos animales, de modo que se puede consumir o comerciar con su carne, leche o piel sin que suponga ningún menoscabo a la excelente calidad de los productos derivados del ganado vacuno en Zamora.

Respecto al origen, de la EHE en Zamora y en España desde que el año pasado entró por la provincia de Cádiz, se sospecha que la enfermedad sigue la misma ruta que la Lengua Azul, con el transporte por el viento de vectores infectados a través del mar Mediterráneo desde países del norte de África donde la enfermedad está presente desde 2006, habiendo circulado ampliamente en la zona; Túnez ha estado declarando casos desde finales de 2021 y a lo largo de 2022. Los casos de Italia en las islas de Cerdeña y Sicilia respaldan esta vía.

Los últimos datos hechos públicos esta semana por Ministerio de Agricultura, procedentes del Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) de Algete, laboratorio nacional de referencia para esta enfermedad, confirman casos de EHE en nueve nuevas comarcas. De ellos, ocho se han detectado en explotaciones de bovino en las comarcas de: Terra Cha Vilalba (Lugo); Cabezón de la Sal (Cantabria); Logroño (La Rioja); Valencia de don Juan (León); San Leonardo de Yagüe (Soria); Pallars Sobira (Sort) y Vall d’Aran (Vielha) (Lleida); Órgiva (Alpujarra/Valle de Lecrín) (Granada). Asimismo, se ha detectado 1 caso en ciervo en la comarca de Jaca (Huesca).

Según los datos disponibles hasta la fecha, se confirma una mayor afectación clínica en animales mayores a 24 meses, machos, de razas no rústicas (por ejemplo: Limousine, Blonde d’Aquitaine y sus cruces) y en sistema de producción extensivo. Pero, de nuevo, las informaciones oficiales pueden irse al traste con el avance de la EHE en granjas de animales estabulados, donde se presumía que estaban más protegidas del mosquito de la discordia.

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