Ovigen, el centro de referencia genética y reproductiva de Zamora que afronta un futuro incierto

Construido hace dos décadas, atendiendo la demanda de ganaderos de ovino y caprino, el Centro de Selección y Mejora Genética reclama ayuda para asegurar su viabilidad

José Manuel Vázquez en una de las naves del centro donde se encuentran los machos hijos de las mejores ovejas

José Manuel Vázquez en una de las naves del centro donde se encuentran los machos hijos de las mejores ovejas / ANA BURRIEZA

Han pasado 21 años desde que la provincia se apuntara un notable logro como sede de un centro de referencia del ganado ovino y caprino en genética y reproducción, a nivel nacional y con proyección internacional.

La construcción del Centro de Selección y Mejora Genética del Ovino y Caprino situaba a Zamora en el mapa de la formación e investigación de razas estratégicas en Castilla y León. La Junta puso toda la carne en el asador atendiendo la demanda de asociaciones ganaderas y cooperativas que reclamaban una herramienta para desarrollar programas de mejora genética que aseguraran la viabilidad de las explotaciones.

Recipiente refrigerado para transportar dosis seminales

Recipiente refrigerado para transportar dosis seminales / ANA BURRIEZA

Y así es como nació Ovigen, un centro de inseminación artificial que ha venido prestando servicio a los ganaderos como pilar fundamental de un sector estratégico como el ovino. Desde su inauguración, en junio de 2002, se han testado por descendencia cerca de 1.500 machos de diferentes razas y se han elaborado más de un millón de dosis seminales, tanto refrigeradas como congeladas. A los proyectos de mejora genética se suma un reconocimiento internacional que acreditan las exportaciones de material genético a los cinco continentes o las visitas de cooperativas y ganaderos de distintos países interesados en copiar el modelo.

Machos en el Centro de Selección y Mejora Genética

Machos en el Centro de Selección y Mejora Genética / ANA BURRIEZA

Trayectoria que, como denuncian los gestores de Ovigen, contrasta con la "tibieza" mostrada en los últimos años por Consejería de Agricultura y Ganadería, impulsora y financiadora del proyecto.

"A nivel nacional tenemos el centro más importante de selección y mejora genética de ganado ovino y caprino en cuanto a elaboración de dosis seminales y capacidad de difusión de la genética, y a nivel europeo será de los más punteros" defiende Fernando Freire, gerente de Ovigen.

Desde su inauguración se han testado por descendencia cerca de 1.500 machos de diferentes razas y elaborado más de un millón de dosis seminales

"Hay que pensar que la mejora de las razas ganaderas no se consigue de un día para otro, tarda décadas y luego hay que mantenerla año tras año seleccionando los mejores ejemplares" precisa José Manuel Vázquez, responsable técnico del Centro de Selección y Mejora Genética del Ovino y Caprino.

Un profesor con estudiantes de Veterinaria de a Universidad de León

Un profesor con estudiantes de Veterinaria de a Universidad de León / ANA BURRIEZA

Los resultados son incontestables, defienden los gestores de Ovigen. "Las estadísticas de producción de leche en Castilla y León demuestran el incremento de producciones en las granjas y en gran medida es gracias al trabajo llevado a cabo en el centro. La mejora y conservación de recursos genéticos es un patrimonio muy valioso que no se puede perder, por eso hay que seguir trabajando" apunta José Manuel Vázquez sobre la trascendencia de un proyecto que se encuentra en la cuerda floja por "falta de apoyo de la Administración regional" afirman sin remilgos.

Después de los diez primeros años funcionando bajo el paraguas de la Consejería de Agricultura, la gestión pasó a manos de los ganaderos. Es cuando la Junta retiró buena parte del apoyo que hasta ese momento no había fallado. En su origen el presupuesto de la Consejería para la creación de Ovigen fue de 908.800 euros para construcción y 455.000 en equipamiento. En los años sucesivos la Administración regional aportó, a través de Tragsega (de 2004 a 2007), un total de 1.462.600 euros. Posteriormente, a través de convenios directos y del Itacyl (2008- 2011) un total de 900.000 más. Desde esa fecha las aportaciones se fueron reduciendo anualmente hasta desencadenar una "situación de deuda" que obligó a las asociaciones a tomar decisiones y poner en marcha un plan de viabilidad.

Fernando Freire, gerente, en una de las naves del centro

Fernando Freire, gerente, en una de las naves del centro / ANA BURRIEZA

"En los últimos años los gastos generales los soportan básicamente los ganaderos a través de los servicios que contratan con Ovigen". Esto es, la elaboración de dosis seminales para que las explotaciones cuenten con animales altamente productivos, inseminación artificial o valoración de machos. "Ahora mismo la mejora genética es la única herramienta que le queda al ganadero para aumenta la rentabilidad" apunta José Manuel Vázquez. "El ganadero ya gestiona muy bien las granjas, entonces el objetivo es disponer de los ejemplares más productivos, siempre respetando el bienestar animal, por supuesto".

"Quienes trabajamos en granjas sabemos que hay animales que, siendo hermanos y contemporáneos de otros, los doblan en producción. Se trata de que mayor número de ejemplares de la granja consiga un nivel alto de producción, y eso solo se logra con la genética. Nuestro referente es el vacuno porque están muy avanzados" apunta Vázquez.

"Es necesario un apoyo firme a la mejora genética ovina por parte de la Consejería, al igual que se hace en vacuno. Esto permitirá seguir disponiendo de un centro de referencia en el sector ovino y caprino a nivel nacional en genética y reproducción, en red con otros centros europeos. Castilla y León lo merece y la creciente profesionalización del sector lo demanda" incide Fernando Freire.

José Manuel Vázquez, director técnico, en el laboratorio de semen

José Manuel Vázquez, director técnico, en el laboratorio de semen / ANA BURRIEZA

"La genética vacuna y porcina se puede adquirir de empresas privadas, hay multinacionales que lo hacen, pero en el ovino, y sobre todo para la raza de mayor aptitud lechera como es la assaf, solo se puede obtener en Ovigen" precisa el director del centro. "Si desaparecemos se esfuma la posibilidad de realizar mejoras con nuestras razas en Castilla y León. Ahora mismo no hay otra alternativa".

Con una capacidad para 400 machos, que oscila en función de la época del año, el centro expide anualmente entre 53.000 y 55.000 dosis seminales, bajo pedido de los ganaderos. Otra serie de dosis de semen, alrededor de 30.000, se congelan como un recurso genético, porque "hay que guardar material genético de todas las razas", o para la exportación a los países que lo demandan. Desde Ovigen sale material genético hacia Estados Unidos, México, Rusia, Uzbequistán, Chipre, Turquía, Italia, Portugal, Bulgaria o Arabia Saudí, como refleja el mapa del mundo desplegado en una de las oficinas.

"Cuando vienen ganaderos del extranjero saben que están ante un centro que es eficiente porque hace subir la producción a las ganaderías y hay países que vienen a informarse para implantar allí el modelo. Que nos valoren más los de fuera que nuestras propias administraciones es un poco penoso" lamenta Fernando Freire.

Estudiantes de Veterinaria en un proyecto de análisis de fertilidad

Estudiantes de Veterinaria en un proyecto de análisis de fertilidad / ANA BURRIEZA

La raza assaf genera la principal fuente de trabajo. "Este es el núcleo más importante a nivel mundial de la raza lechera por excelencia" incide Freire. También se extrae semen de autóctonas como la castellana (negra y blanca), ojalada o churra. Razas foráneas como lacaune o de aptitud cárnica, a las que se prestan servicios puntuales de ganaderos muy especializados que llevan los ejemplares al centro para elaborar dosis seminales. En caprino actualmente trabajan con murciano-granadina y un proyecto para preservar semen y embriones de la cabra guisandesa, en peligro de extinción.

Razas foráneas

Razas foráneas / ANA BURRIEZA

Además, se está diseñando un proyecto de producción de embriones de ovino, "in vitro", que puede "multiplicar por diez la mejora genética que se consigue con la monta natural" precisa el responsable técnico. La tecnología de embriones en ovino, que está muy poco desarrollada a nivel comercial en España, abre un nuevo horizonte para el Centro de Selección y Mejora Genética. Una técnica bastante sofisticada que requiere de medios –Sara Cerezuela está al frente como embrióloga– y equipos muy costosos, pero que puede ser todo un avance en la medida que permitirá exportar genética en aquellos países donde no es posible enviar animales vivos, como Hispanoamérica o el Sudeste Asiático. ç

Carolina Cerezuela en el laboratorio de embriones

Carolina Cerezuela en el laboratorio de embriones / ANA BURRIEZA

La investigación es una pata fundamental del Centro de Selección y Mejora Genética del Ovino. Y para su impulso se ha creado una estructura que permita optar a la máxima financiación posible. Una labor que está en manos de Genovis, encargada de las relaciones comerciales, cursos de formación o solicitud de ayudas para proyectos de innovación, explica Montse Guerra.

Ovigen desarrolla en estos momentos dos proyectos, financiados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapama). Uno está basado en la implantación de un modelo integral para la selección, clasificación y comercialización de la lana. Y el otro plantea una plataforma de datos federados con capa de inteligencia artificial para la mejora genética y reproductiva del ovino lechero nacional.

Acciones dirigidas todas a la evolución y rentabilidad de un sector estratégico que tiene en Zamora una de las principales provincias productoras de España. La genética es valedora de este éxito y Ovigen quiere seguir prestando servicio al ganadero.

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