Si alguna vez llegamos a creernos que el oficio de agricultor y ganadero es el más digno del mundo porque alumbra alimentos en estado puro y ya si conseguimos dar a conocer esta condición como propia y le prestamos una pátina de singularidad, entonces, entonces nos habremos salvado y salvaremos a esta provincia de su desaparición como entidad administrativa.
Es verdad, los zamoranos somos campesinos y pastores, estamos orgullosos de serlo, pero necesitamos ser los mejores, los más preparados ante un futuro exigente y caótico que nos empuja antes de ser y nos pide, sobre todo, capacidad para vender y demostrar que somos los mejores.
La feria Ovinnova, que hoy abre su segunda edición en el recinto ferial de Ifeza, representa ese plus de esfuerzo que supone iniciar el camino con la bandera ondeada a todo trapo. Este certamen, que se prolonga durante tres días, es el primer salón monográfico sobre ganadería ovina de carne y leche de España, la “trasterminancia” que sirve de espejo para mostrar que aquí las cosas se hacen bien y que el sector ovino no se ha parado, sino que está empapado en porvenir.
Y, y esto es trascendental, que animen a nuestros jóvenes a tomar el relevo, que jubilen a sus padres y abuelos y apuesten por una actividad que nos define, que es el emblema más visible de esta provincia.
Zamora está a la cabeza de España en producción de leche de oveja y en calidad quesera, eso el sector nacional lo sabe, pero es imprescindible rentabilizar esa condición con beneficios que refuercen las granjas y las queserías. Y, y esto es trascendental, que animen a nuestros jóvenes a tomar el relevo, que jubilen a sus padres y abuelos y apuesten por una actividad que nos define, que es el emblema más visible de esta provincia.
Es imprescindible que los zamoranos apoyen a Ovinnova como han hecho con la reciente Fromago. Es un certamen, ideado por Ovigen, que supone una apuesta decidida por el futuro y que pone a Zamora en el campanario de los avances tecnológicos. Ganaderos y queseros son ejemplo de adaptación a los nuevos tiempos, no demasiado amables, por cierto, y que exigen especialización y profesionalización sin freno.
Fromago y Ovinnova son dos de los pilares sobre los que asentar la Escuela Interprofesional Láctea de Zamora, centro con carácter nacional e internacional que tiene que servir de referente para formar a especialistas y convertir esta provincia en faro de la ganadería y el sector quesero para los jóvenes, justo lo que necesitamos para revivir y agarrarnos a lo que está por venir.
