Sucesos en Zamora

El zamorano que abrió la cabeza a un vecino con un martillo admite el delito y sale de Topas

El imputado acaba de ser condenado a dos años y medio de prisión por la lesión grave a una víctima y por romper un dedo a otra

El juez sustituto del Juzgado de lo Penal durante el juicio.

El juez sustituto del Juzgado de lo Penal durante el juicio. / S. A.

El arrepentimiento y el reconocer que fue quien abrió la cabeza de un martillazo a uno de sus vecinos de la localidad de Muga de Sayago la madrugada del 16 de junio de 2022 ha permitido al acusado abandonar la prisión provisional que estaba cumpliendo en Topas. A pesar de ser condenado a dos años de reclusión por estas lesiones graves y a otros seis meses por atizar a otro vecino, el juez accedió a suspender el cumplimiento de ambas penas en la cárcel.

La sentencia condenatoria incluye esa suspensión de la reclusión en Topas del imputado, de iniciales E.J.A.G., a condición de que no vuelva a delinquir en ese tiempo gracias al acuerdo entre la abogada con la Fiscalía de Zamora para aplicarle atenuantes.

La víctima a la que se fue con el "arma peligrosa" en primer lugar, la persona peor parada por la agresión, recibirá una indemnización 2.120 euros por las heridas y secuelas sufridas, según la sentencia del Juzgado de lo Penal.

Otros heridos

El hombre que entró en acción para tratar de calmar a su vecino terminó con un dedo roto cuando trataba de proteger al herido que esta estaba ya tendido en el suelo e indefenso tras el golpe sufrido en la frente. Y es que el atacante y ahora condenado continuaba martillazos al hombre por todo el cuerpo, al que también había causado un traumatismo en el costado izquierdo del tórax donde el martillo le quedó marcado.

En ese forcejeó, el intermediario que intentaba apaciguar al agresor terminó con un traumatismo en el quinto metacarpiano de la mano derecha, que requirió la inmovilización de la extremidad durante 62 días con férula, de acuerdo con el informe forense. A este herido, que tuvo también una contusión en la mano, tendrá que pagarle como indemnización 3.720 euros, condena que incluye el pago de 120 euros de multa al Ministerio de Justicia.

Desacato a los guardias civiles

La lesión que provocó el procesado a uno de los dos guardias civiles que intervinieron para reducirle e impedir que continuará lanzando el martillo a diestro y siniestro, le supondrá el pago de multas mínimas. Respecto de este comportamiento violento con los agentes, el juez le condena por dos delitos de atentado contra la autoridad y le condena a abonar 120 euros por cada una de esas dos infracciones.

Deberá pagar a uno de los guardias civiles la camisa y el reloj que le rompió, valorados en 138 euros. Una tercera persona que acudió en ayuda del vecino sufrió lesiones de menor importancia.

Hechos reconocidos

El suceso tuvo lugar en plaza mayor de Muga, las 3.30 horas, cuando la víctima peor parada abandonaba un bar y fue sorprendido por el agresor que, blandiendo el martillo, se dirigió en su dirección de forma sorpresiva y le lanzó un golpe que frenó en el lado izquierdo de la frente. Mientras el herido iba cayendo al suelo, el agresor no dejaba de pegarle con la herramienta por todo el cuerpo, según manifestaron los testigos y admitió el acusado. El traumatismo craneal que acababa de sufrir le fue dejando inconsciente y sin posibilidad de defenderse.

Las agresiones continuaron respecto a los dos ciudadanos que trataron de detener al imputado y de los guardias civiles de paisano que intervinieron para reducirle.

El agresor terminó detenido con un auto de prisión provisional hasta que se levantó el día del juicio tras el acuerdo alcanzado por las partes y sin que llegara a celebrarse la vista oral. La Fiscalía solicitaba una condena a tres años de prisión por las graves lesiones causadas a la víctima a la que estuvo a punto de causarle la muerte, y a seis meses de reclusión por las heridas que sufrió uno de los vecinos que acudió a socorrer al vecino que quedó en tendido en la plaza mayor por la agresión.

La Fiscalía pedía otro año y medio de cárcel por delitos de atentado a la autoridad por su comportamiento con los guardias civiles que estaban esa madrugada vestidos de paisano porque estaban de descanso, en la terraza de otro bar en la plaza mayor. La gravedad del comportamiento de E.J.A.G. estuvo a punto de costarle su permanencia en prisión hasta cumplir una tercera parte, al menos, de los cuatro años y medio que exigía el Ministerio Público.

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