Cubicularios, en la misa de Navidad de la Catedral de Zamora

Dos caballeros de la orden participan en la celebración desde el presbiterio al ser guardia de honor del obispo

El obispo Fernando Valera Sánchez durante la misa de Navidad en la Catedral de Zamora. | A. Burrieza

El obispo Fernando Valera Sánchez durante la misa de Navidad en la Catedral de Zamora. | A. Burrieza / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Dos caballeros cubicularios por primera vez en la historia han participado en una eucaristía en la Catedral del Zamora desde el presbiterio. Los dos hombres, revestidos con el hábito verde de la cofradía, accedieron a la zona del altar mayor en la procesión integrada por el obispo de Zamora, Fernando Valera Sánchez, y el Cabildo Catedralicio. Cada caballero se situó en un lateral, detrás de los canónigos, desde donde escucharon la celebración eucarística.

La asistencia en un lugar relevante de los integrantes de la Cofradía de los Caballeros Cubicularios obedece a su reciente nombramiento por parte del Obispado de Zamora como canónigos honorarios de la Catedral de Zamora y a ser guardia de honor del obispo de Zamora.

Tras las lecturas y el evangelio cantando, el obispo de Zamora en su homilía aludió a que "no puede haber lugar para la tristeza cuando acaba de nacer la vida" pues "hoy en el mundo los cielos destilan miel porque del cielo ha descendido la paz verdadera, el príncipe de la paz".

"El Dios trascendente, es totalmente otro, se hace humano. La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" remarcó Fernando Valera, quien ahondó en que Dios "adopta el inesperado gesto de acercarse a los hombres en las entrañas de una mujer sencilla de Nazaret".

El prelado también señaló que se celebran los 800 años del belén de Greccio, remarcó que Francisco en su carta apostólica del pasado año dijo que "el nacimiento constituye un evangelio vivo que nos hace ver y presenciar este acontecimiento único que ha cambiado el curso de la historia" y "es así como Dios mismo inicia la única revolución que da esperanza y dignidad a los marginados, la revolución del amor y de la ternura". Tras la bendición con indulgencia plenaria a los asistentes por parte del obispo de Zamora, monseñor Valera obsequió a los niños asistentes a la eucaristía de Navidad entregándole un pequeño niño Jesús.

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