Túpers contra el desperdicio alimentario en Zamora

Bares y tiendas de la ciudad se suman al movimiento para poder dar salida al excedente de producción y que no acabe en la basura

La camarera del Café Loft sirve en un recipiente una ración de paella.

La camarera del Café Loft sirve en un recipiente una ración de paella. / Alba Prieto

¿Qué pasa con la comida que sobra en un bar cuando llega el momento de bajar la verja? Se regala, la consumen los propios dueños o trabajadores o, muchas veces, se tira. Un despilfarro de productos contra el que hay una solución que cada vez tiene mayor aceptación en Zamora. Se trata de la aplicación Too Good To Go, una herramienta que lucha contra el desperdicio de alimentos sirviendo de mediadora entre consumidores y establecimientos.

El funcionamiento es muy sencillo y totalmente gratuito para todos. El usuario se descarga la aplicación y ya puede descubrir todos los establecimientos cercanos que forman parte del movimiento. Bares, restaurantes, fruterías, supermercados, cafeterías... son algunos de los que se pueden localizar en la ciudad y que ofrecen sus "packs sorpresa" con el excedente de productos para que puedan ser "salvados" y no acaben en el contenedor.

Esa es la idea: encontrar una amplia gama de productos elaborados o alimentos frescos que no se haya vendido y que tenga una fecha de consumo próxima.

"Los paquetes los vendemos a un precio de entre 3,95 y 5,95 euros cuando su valor real es de entre 12 y 18 euros", explica Jorge Luis Robles, gerente del Café Loft, Ocellum Tap Station y Bar Merlú. Tres establecimientos que forman parte de la aplicación y que ofrecen diariamente paquetes que siempre son sorpresa ya que el usuario nunca sabe qué es lo que llevan, puesto que depende de lo que se haya vendido durante la jornada.

¿Cómo funciona?

"La gente compra el pack sorpresa y lo paga a través de la aplicación, después vienen a por él en el horario que se marca de recogida, poco antes del cierre, y les entregamos los túpers", añade. El local siempre proporciona el recipiente con la comida, aunque se recomienda al usuario que lleve su bolsa para poder transportarlo con mayor facilidad haciendo que sea más sostenible el intercambio. En este caso, las bolsas incluyen comida que no se puede conservar para el día siguiente. "Por ejemplo, una tapa de tortilla, una ración de arroz, una porción de tarta...", comenta. "Los clientes no saben lo que les entra, es sorpresa, pero sí que tiene un precio de más valor del que han pagado, ya que es algo que se refleja en el propio anuncio de la herramienta".

Un servicio valioso y también sin ningún coste para los dueños. "Me parece muy buena idea la iniciativa porque cuando llega el momento del cierre siempre hay algo que sobra. No son productos malos, pero ya no se pueden poner a la venta al día siguiente", dice Jorge.

Una fórmula que también ha enganchado a Manuel Herrero, gerente de Frutas Duero. "Llevamos muy poco tiempo con ello, desde el verano, ya que era un sistema que desconocíamos, pero estamos bastante satisfechos porque no nos cuesta nada y podemos dar salida a productos que se iban a desperdiciar", relata.

Todo facilidades, tanto para el consumidor como para el propietario del negocio. "Hace un momento se han llevado un paquete sorpresa con una porción de empanada, zanahorias, piezas de fruta... La verdad que se está usando más de lo que yo pensaba y hay mucha gente de fuera de Zamora que ya conoce el mecanismo y cuando vienen a la ciudad hacen uso de la aplicación", cuenta Manuel.

Contra el despilfarro

En su caso, es una forma de no tener que tirar fruta o poder vender, aunque sea a un precio menor, piezas con "desperfectos en su apariencia" ya que siempre son "productos buenos" y, en ningún caso están caducados, pero puede que tengan "mal aspecto por fuera y es una manera de dar salida a todo ese producto perecedero", añade.

Un buena alternativa contra el despilfarro de comida de la que ya hacen uso personas de todo tipo en la ciudad de Zamora. "Me ha sorprendido que se use tanto. En mi caso, sobre todo, se trata de gente joven la que usa la app y viene a por las fiambreras sorpresa. Eso sí, suelen repetir", declara el propietario de la tienda de la calle Doctor Villalobos.

Algo en lo que también coincide el dueño del Loft, aunque en su caso el perfil de cliente es más variado. "Ayer vino una mujer de unos sesenta años y también un joven de veintitantos. Hay variedad, pero, por norma general, son personas que lo piden con asiduidad", señala.

Clientes que han conocido la aplicación Too Good To Go, principalmente por medio del boca a boca y que se han animado para "aprovechar el chollo". Consumidores con experiencias variadas, ya que, a veces, lo que se les incluye en el recipiente es algo que no es de su gusto, aunque el misterio es una de las señas de identidad del proceso, pero, a la vez, satisfechos con el funcionamiento y poder contribuir a luchar contra el desperdicio alimentario.

Una experiencia mayoritaria positiva, ya que los consumidores se benefician de la oferta al adquirir productos por un tercio de su valor y los gerentes dan una salida a la producción. "El negocio es que se vacíe la vitrina y que no acabe en el contenedor de basura. Es una pena que no haya más establecimientos grandes que formen parte de este sistema porque se tira mucha comida y es una verdadera pena", opina Jorge.

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