La ola de calor de agosto, la más mortífera del verano en Zamora, con cuatro fallecidos

El sistema de vigilancia de las temperaturas elevadas no detecta incremento por otra causa

Los chavales juegan con pistolas de agua.

Los chavales juegan con pistolas de agua. / ANA BURRIEZA

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

La ola de calor de agosto ha provocado cuatro muertes atribuibles a las temperaturas elevadas, según el sistema de monitorización del Instituto de Salud Carlos III. Las muertes atribuibles al calor corresponden a los días 10, 11, 12 y 13 de agosto, el último día monitorizado, cuando Zamora registraba temperaturas elevadas. El día 9 llegó a los 39,3 grados de máxima y casi 20 (19,5) de mínima. En sucesivos días las máximas fueron de 36,4 grados, 37,2, el día 12 34,6, el 13 de 35,2 y el lunes y el martes pasados de 33,7 y 32,3 grados. Las mínimas del 10 al 15 de agosto superaron casi todas las jornadas los 17 grados, con 20,2 el día 12 y 18,8 la jornada precedente.

A pesar de estos datos el sistema no detecta un incremento de la mortalidad general por las altas temperaturas. De hecho en lo que llevamos de agosto sólo ha habido una muerte más de las esperadas, e incluso en plena ola de calor la mortalidad general ha bajado. Mientras, en julio y junio hubo 27 y 42 fallecimientos menos de los previsibles para estas épocas del año en la provincia de Zamora.

En cuanto a muertes atribuibles a la temperatura en lo que va de verano en Zamora se habrían producido cinco, las cuatro de agosto y una más en julio.

En todo caso parece que las olas de calor del verano pasado, 2022, tuvieron un mayor efecto negativo sobre la salud que las de éste.

Alteración de las funciones vitales

La exposición a temperaturas elevadas puede provocar en las personas una alteración de las funciones vitales repercutiendo en su nivel de salud. Esta circunstancia se ve favorecida entre otros determinantes por la edad, la existencia de determinadas patologías o la actividad laboral o lúdica.

Desde el año 2004 la Consejería de Sanidad de Castilla y León establece durante los meses de junio a septiembre el denominado "Sistema de vigilancia de las repercusiones sobre la salud de las temperaturas elevadas" con el objetivo de conocer las consecuencias en la salud de la población de este fenómeno.

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