Sucesos en Zamora

La madre del hostelero tiroteado en el Bar Marta de Zamora: "Mi hijo volvió a nacer, la bala le pasó cerca del corazón"

María Giraldo relata que el hostelero le dijo: "Me he visto morir por un tiro, mamá, nunca más volveré a ir de caza", deporte que practicaba

VÍDEO | Tiroteo Bar Marta | "Mi hijo volvió a nacer, la bala le pasó cerca del corazón"

F. E.

"Cuando me lo dijeron, no podía ni andar. El frío no me lo quito de encima". María Giraldo Hernández tiene aún cara de sufrimiento, a pesar de que su hijo evoluciona favorablemente y "pronto creemos que estará en casa porque en el Hospital de Salamanca está más inquieto y los médicos dicen que estará aquí mejor", aunque tenga que estar con los drenajes "hasta que expulse toda la sangre que encharcó el pulmón atravesado por el proyectil, "pegadito al corazón. Mi hijo ha vuelto a nacer", declara la madre de la víctima del tiroteo del 11 de mayo, Óscar Blanco Giraldo, a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Tras la operación en el Complejo Asistencial charro, a donde fue trasladado desde el Hospital Virgen de la Concha de Zamora, "los médicos nos dijeron que hemos tenido una gran suerte, si la bala no llega a salir, mi hijo habría muerto". La familia que regenta tres negocios de hostelería en la capital, Bar Marta y El Quimera, entre otros, vive cerca de un centro de salud, lo que facilita que el hostelero de 45 años pueda recibir en breve el alta hospitalaria, "en el centro pueden hacerle las curas y controlar los drenajes que tiene en un costado", la madre del herido se señala la parte baja del pulmón izquierdo. "Óscar quiere venir a casa y nosotros también queremos que esté aquí".

En shock: "Cierra los ojos y revive el suceso"

Además, "allí, a Salamanca, van a llevar al otro para operarle, no quiero que se encuentren". Mari, como la conocen en Aliste y en Zamora, se refiere al tirador investigado, L.M.H.C, por un intento de homicidio, tenencia ilícita de armas y atentado contra la autoridad, de acuerdo con la acusación de la Fiscalía de Zamora

Su hijo, que tiene tres costillas rotas por el impacto de la bala, "todavía está en shock, cierra los ojos y vuelve a revivir la escena. Los especialistas dicen que tardará en olvidarlo y necesitará ayuda psicológica". Y repite una de las reflexiones de su hijo: "Me he visto morir por un disparo, nunca más volveré a matar a un animal".

El herido grave heredó la afición a la caza de su padre ya fallecido y conserva las armas del progenitor al que acompañaba a practicar este deporte del que no quiere volver a saber nada tras su traumática experiencia, según le ha manifestado a su madre.

Mari se emociona de nuevo al comentar que el investigado "pudo matar a mis dos hijos, también disparó a Alberto", de 41 años de edad, cuando estaba fuera del establecimiento, "pero la bala se quedó en la pata de una silla de la terraza".

Esta mujer fuerte aguanta el tirón y se repone, pero no deja de preguntarse "¿por qué?, si es que Óscar es un encanto, cariñoso, y Alberto también. Son muy buenas personas, nadie te hablará mal de ellos".

Una parabélum de 9 milímetros y tres cartuchos

Por eso no acierta a hallar una explicación a lo ocurrido la madrugada del 11 de mayo cuando el tirador, vecino de la capital zamorana, acudió borracho a pedir una copa, armado con una pistola parabélum de 9 milímetros y tres cartuchos, según testigos.

Los análisis practicados en el Virgen de la Concha arrojan una tasa de 2,8 gramos de alcohol por litro de sangre, un nivel muy superior al permitido para poder conducir sin cometer un delito, que se sitúa por debajo de los 0,5 gramos por litro de sangre.

Munición de 9 milímetros parabellum.

Munición de 9 milímetros parabellum. / Wikipedia

El acusado, que fue abatido por la Policía Municipal y permanece ingresado a la espera de ser operado de la mandíbula y que presenta cinco impactos de bala, se lió a tiros cuando se la negaron la bebida porque estaban ya fuera de horario. Salió del bar y disparó desde la ventana por la que se sirve a la terraza.

El hostelero: "Decid a mi madre que la quiero mucho"

"Podía haber ocurrido una desgracia mayor, había gente en la terraza y dos camareras". Lo piensa, "no entiendo cómo alguien puede hacer daño, ni yo ni mis hijos somos así". Mari acababa de irse del bar minutos antes del suceso, "me llamó la camarera, "han pegado un tiro a Óscar", me dijo, y me paralicé". La dueña del Marta se puso en lo peor. Su hijo, también: "decid a mi madre que la quiero mucho y que me perdone por discutir".

Esas fueron las últimas palabras de Óscar Blanco antes caer al suelo herido de gravedad a la entrada de la cocina, al final de la barra, y antes de quedarse inconsciente por la abundante pérdida de sangre que le provocó la herida que trataba de taponar con una chaqueta una de las camareras, "la pobre está fatal y la otra también, todos estamos muy mal", repite una y otra vez Mari.

Petardos que eran balas

Las dos empleadas estaben en el momento del disparo dentro del establecimiento de la calle de Villalpando, una en la cocina y otra en los baños, ya dando los últimos retoques para cerrar. "Oyeron como unos petardos", le contaron a la empresaria.

Resultaron ser balazos del cliente al que el hijo de Mari había negado la copa dentro del bar, "le dijo que si quería se la ponía en un vaso de plástico". Alberto no presenció cómo disparaban a su hermano, estaba fuera y se libró del balazo porque, al comprobar que L.M.H.C. estaba realmente disparando, se fue hacia los clientes que estaban en la terraza acabando ya sus consumiciones para pedirles que se fueran y se pusieran a salvo. Ese movimiento impidió que el proyectil alcanzara al tercer hijo del matrimonio Blanco Giraldo que también tiene una hija, "vive y trabaja en Madrid y en cuanto se enteró se presentó aquí".

El acusado, L.M.H.C., salió del bar pero no para abandonar la zona, como supusieron las personas presentes, sino para asomar la pistola por la ventana que da a la terraza y disparar tres veces hacia le interior del establecimiento. Un tiro fue a parar a la máquina del café, donde quedó la bala dentro del hueco que causó el impacto; otro fue el que perforó el pulmón de Óscar, proyectil que acabó incrustado en la nevera de la cocina; y el tercero que dirigió a su otro hijo, Alberto.

Agradecimiento a los jóvenes que alertaron

Mari se encoge y vuelve a "dar las gracias a los tres chavales que llamaron por teléfono a la policía" para contar que un hombre con una pistola se dirigía al Bar Marta. "Han sido unos valientes" y lograron salvar vidas. El aviso permitió movilizar a patrullas de la Municipal y de la Nacional que bloquearon la salida de la calle de Villalpando.

La Policía Municipal fue la primera en llegar al lugar, la que entró en acción para abatir al hombre que iba armado y acababa de protagonizar el tiroteo. Los agentes pidieron que tirara el arma, pero el acusado de intento de homicidio no obedecía, por lo que tuvieron que abrir fuego, lo que tampoco logró disuadirle.

Finalmente, los cuatro agentes de la Municipal se vieron obligados a dispararle en las piernas para abatirle y poder reducirle. El individuo, cayó sobre el capó de un vehículo estacionado enfrente del Bar Marta, según se puede observar en un vídeo que se ha difundido en redes sociales por una testigo, y los policías locales le desarmaron.

Las patrullas de la Policía Nacional llegaron cuando ya se había producido la intervención más complicada y lo hicieron por el lado contrario al que accedieron a esta vía pública los funcionarios de la Policía Municipal, de modo que los coches bloquearon los accesos.

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