Barandales de Honor póstumo en la Semana Santa de Zamora

El escultor Ricardo Flecha se convierte en la primera persona fallecida que recibe la máxima distinción de la Junta de Cofradías por su labor artística y personal

Ricardo Flecha, el año que dio el pregón de Semana Santa.

Ricardo Flecha, el año que dio el pregón de Semana Santa. / J. F. (Archivo)

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Causó sorpresa la decisión de la Junta pro Semana Santa de Zamora de otorgar un doble Barandales de Honor en la presente edición, pero la verdad es que a lo largo de la historia del galardón el número nunca ha sido un problema. Se ha reconocido en un solo año a cinco personas o entidades, cuatro, tres, dos, una e incluso ninguna, cuando no se encontró candidato adecuado o lo impidió la pandemia.

Lo que es más raro es el hecho de que se conceda a una persona fallecida. No se incumple ninguna norma, aunque sí una tradición, argumentan algunas voces de la Semana Santa, que se oponen no a la figura de Flecha, que es incontestable, sino al hecho de que se haya reconocido con el Barandales de Honor a título póstumo.

Pros y contras

Según esta argumentación se estaría abriendo un precedente en contra de la misma línea del premio. "Si se puede conceder a personas fallecidas, ¿por qué no un Barandales de Honor a Ramón Álvarez?". La postura contraria de la viuda es otro factor a tener en cuenta.

Desde la otra postura, se reconoce que quizá el año anterior habría sido mejor momento para otorgar el Barandales de Honor a Ricardo Flecha, ya que era conocida entonces su enfermedad. Pero también Flecha se merece el galardón, no sólo por su faceta artística sino también porque responde perfectamente al perfil para el que se crearon los premios, "a las personas o instituciones que han trabajado por y para la Semana Santa de Zamora, entre las diferentes opciones que presentan las Cofradías y Hermandades al Consejo Rector". Es decir, se cumpliría la letra y también el espíritu de los premios, ya que el sentir mayoritario de las cofradías era que Flecha debía tener ese Barandales de Honor, merecido por su trayectoria: arte, obra en la Semana Santa, asesoramiento, reparaciones, donaciones, labor de apoyo institucional a la Junta pro Semana Santa y las cofradías y en general una disposición total a las necesidades de la Pasión de Zamora.

Evolución de los premios

Los premios Barandales de Honor siguen su camino iniciado en 1986 cuando lo recibieron Obispado, Cámara de Comercio, Diputación, Ayuntamiento, Caja Zamora y Julio Rivera Alonso. En 1985 se apuntó alto: Reina Doña. Sofía, Nuncio de su Santidad en España, Casa de Zamora en Madrid y en Vigo y Eusebio Monforte Francia.

En 1990 se retoman los galardones con Carlos Pinilla, el Patronato de Turismo, el Instituto de Estudios Zamoranos y la Policía Municipal de Zamora. En 1991 se le da al obispo, Eduardo Poveda, en el 92 al abad del Señor Sepultado de Santo Domingo (Guatemala).

A partir de ahí la línea se enfoca más a personajes semansanteros locales y en el 93 se otorga a Agustín Lorenzo, en 1996 a Luis Felipe Delgado, y en 1998 a Eduardo Pedrero. En 1999 es doble, a Casimiro Lorenzo y Jerónimo Aguado, en 2001 a José Luis González Vallvé en 2002 a Dionisio Alba Marcos, en 2003 aVirgilio Pedrero, en 2004 a Protección Civil, en 2005 a Antonio Vázquez, en 2006 a Antonio Pedrero, en 2007 a Antonio Prieto Rodríguez, en 2008 a Manuel Bueno, en 2009 a la Banda de Música de Zamora, en 2010 a la de Cornetas y Tambores "Ciudad de Zamora" y en 2011 a María José Salgueiro.

En 2012, otro doble, a Andrés Luis Calvo y Luis Cid, en 2013 a Robustiano "Chano" Lorenzo Sevillano, en 2014 a José Fernández Nieto, en 2015 a Caja Rural de Zamora, en 2016 a Coomonte, en 2017 a la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Nazareno, en 2018 a la Guardia Civil, en 2019 a la Policía Nacional, en 2020 a la Banda de Nacor Blanco (Entregado en 2022), en 2022 a Miguel Manzano y en 2023 a Francisco Gustavo Cuesta de Reyna, Conde de Oricaín.

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