La incertidumbre de los ganaderos zamoranos con la EHE: "Aquí nadie dice nada y otro año no aguantamos"

Los productores se enfrentan a una primavera incierta, sin vacunas, con ayudas "irrisorias" y animales que no levantan cabeza

"Hay vacas que no andan porque se les están soltando los cascos y no hay manera de que coman"

"Las cuantías de las subvenciones son totalmente insuficientes e injustas"

Vacas de campo de la ganadería de Ángel Corrales, ayer en la finca de Fuentesaúco. | A. C.

Vacas de campo de la ganadería de Ángel Corrales, ayer en la finca de Fuentesaúco. | A. C. / Irene Gómez

Tras una titánica batalla contra la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica que se ha llevado por delante seis vacas, además de decenas de animales enfermos, María Mulas y su familia han finiquitado la explotación de vacuno intensivo que criaba en una finca de Villanueva de Campeán.

La finalización del contrato de arrendamiento de la dehesa, sumado a los estragos de la enfermedad que no les ha dejado levantar cabeza desde que empezó a atacar en el verano, han empujado a la dolorosa decisión de vender las vacas.

"Hemos dejado tres para mantener el código de la explotación. Pensamos volver, pero ahora mismo la situación es complicada y no ves el fin de la enfermedad; al contrario, son todo incertidumbres" afirma María Mulas, una de las ganaderas que ha vivido en primera persona, dejándose la piel por el ganado. ¿Las ayudas?. "Una risión. No me han llegado ni para pagar las medicinas" expresa la también farmacéutica de Sanzoles.

Desde Fuentesaúco, Ángel Corrales, uno de los primeros ganaderos afectados por la expansión de la EHE a las explotaciones de Zamora, describe un panorama confuso para las ganaderías de vacuno. En su caso, todavía "no he visto un duro" de las ayudas de la Junta. "Es un desbarajuste; me aprueban una ayuda para el cebadero, donde no he tenido ningún problema, y me la deniegan en la explotación de vida, donde está la avería".

Corrales lamenta la "falta de respuesta" a las reclamaciones y llamadas a la Junta para que le sea reconocida la ayuda en la explotación afectada por la enfermedad. "Lo último es la contestación es de un señor que dice que hay seiscientas reclamaciones más y que siga insistiendo. Y así llevamos dos meses".

Este ganadero saucano contabiliza 11 animales muertos –"y los que queden"–, entre ellos un flamante semental por el que, si las ayudas llegan a buen puerto, recibirá 500 euros, lo mismo que por una becerra. "¿Es eso normal; cómo va a valer un ternero igual que un toro?. Tenían que haber hecho un seguimiento de las explotaciones y valorar a los animales".

La opinión de los ganaderos

La opinión de los ganaderos / LOZ

Mientras espera una contestación a su reclamación, Corrales observa día a día cómo el ganado sigue sufriendo las consecuencias de la enfermedad. "Hay vacas que no andan porque se les están soltando los cascos y no hay manera de que coman, no tienen fuerzas para nada. Todo es a base de ayudarlas con pienso. Hay animales que se van agotando y los abortos, ni te cuento". Denuncia el ganadero que "aquí no se está moviendo nadie. Se nos mete la primavera y nadie dice nada. De la vacuna nada. Y las vacas siguen cayendo. Las que se vieron afectadas en el intestino lo están pasando mal, se llenan de úlceras por dentro. Y si se salva alguna, tendrá que ir directa al matadero porque están tan tocadas que ya no valen para criar".

En esta situación "post-EHE" se dan casuísticas variopintas, como la de José Manuel del Arco, ganadero de Moraleja de Sayago que no cobrará la indemnización de todas las vacas muertas porque está fuera del plazo subvencionable. "Se me murieron antes del 28 de agosto y me quedo fuera". Y como él, otros ganaderos sayagueses sorprendidos por la enfermedad.

Ayer el presidente de la Junta, Fernández Mañueco, anunciaba ayudas para las explotaciones que no entran en el plazo aprobado en el primer paquete de subvenciones, del 28 de agosto y el 16 de octubre.

José Ramón Tejedor, ganadero de Almeida de Sayago, perdía la última vaca hace tres días. "Cuando vino el perito, lo único que vio fueron unas úlceras en el abomaso. Y era una de las vacas que habían estado enfermas, pero aparentemente estaba bien". Tras el periodo más crítico de la enfermedad, los ganaderos ahora se enfrentan a una "incertidumbre total".

Este ganadero sí tiene aprobadas las ayudas de acuerdo con los criterios aprobados. Otra cosa son las cuantías "totalmente insuficientes e injustas" valora. En su caso apenas le llega para pagar la medicación, "no cuenta nuestro trabajo, el valor de las vacas o la situación en la que quedan. Muchas están cojas porque se les desprenden los casos y además están muy débiles. Algunas ni para el matadero".

Pero lo que verdaderamente acobarda al sector es el futuro más inmediato. La llegada del calor sin la defensa de una vacuna. "Aquí nadie dice nada, estamos indefensos y lo que está claro es que un año como el que hemos pasado no se va a poder aguantar" advierte José Ramón Tejedor.

En la granja de vacas de leche de la familia Rosón, en El Piñero, nada ha vuelto a ser igual desde que el mosquito provocó el desastre. Unos cuarenta animales muertos y muchas de las vacas enfermas que han sobrevivido siguen sin recuperar la producción de leche en niveles normales. "De las novillas que van pariendo, que se quedaron preñadas en la época más dura, los terneros nacen bastante débiles. Es como si también tuvieran la enfermedad, presentan los mismos síntomas" describe Soraya Rosón.

La huella de la EHE es patente, coinciden en apuntar los ganaderos, para quienes la enfermedad sigue siendo altamente preocupante. "Algunas vacas que se quedaron ciegas van recuperando la vista, pero tienen las patas fatal, sin fuerza. Tienen que empezar a recuperar la carne, pero la leche es más a largo plazo". Esta joven ganadera no es optimista con la evolución de la enfermedad. "Dicen que las vacas que lo han pasado tienen la inmunidad, pero hemos visto cómo algunas se han recuperado y se han vuelto a poner mal. Me temo que va a volver".

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