Ribadelago recuerda con el alma a sus 144 vecinos fallecidos en la tragedia

El tiempo se paró en el pequeño pueblo de Sanabria, cuando la rotura de la presa de Vega de Tera se llevó por delante la vida de tantos

Ribadelago no se olvida de sus 144 vecinos fallecidos hace 65 años

Araceli Saavedra

Ribadelago no se olvida de sus 144 vecinos fallecidos hace hoy 65 años. A las 00.24 horas del 9 de enero de 1959, el tiempo se paró en el pequeño pueblo de Sanabria, cuando la rotura de la presa de Vega de Tera se llevó por delante la vida de tantos.

Los vecinos de la localidad se han congregado en el templo de San Andrés, donde el párroco Miguel Ángel Rodríguez Orduña ha tenido palabras de recuerdo para los fallecidos. Con ausencias de los más mayores que vivieron la catástrofe se recuerda la pérdida. A la misa han asistido el alcalde de Galende, José Manuel Chimeno Lois; el concejal Martín Lope Román; el concejal popular de Zamora, Jesús María Prada Saavedra; y el impulsor de ejecutar la obra de museo, dejando atrás tres lustros de incumplimiento del compromiso suscrito por Confederación Hidrográfica, la Junta de Castilla y León de desagraviar por el abandono al pueblo superviviente con un museo a su memoria.

Tras la misa, los asistentes hicieron una emotiva ofrenda de rosas blancas y rojas de manos de la cartera de Ribadelago, Eloina Fernández San Román, ante el monumento del pueblo Viejo.

VÍDEO | Memoria en blanco y negro del drama de Ribadelago

R. G.

La tragedia

«Catástrofe en Sanabria». Con estas tres palabrasportadas de periódicos y crónicas de emisoras de radio y cadenas de televisiónresumieron la magnitud de una tragedia que, 65 años después, sigue viva en la memoria del pueblo de Ribadelago. A las 0.24 horas del 9 de enero de 1959, el tiempo se paró en el pequeño pueblo de SanabriaLa presa de Vega de Tera acababa de reventar. En pocos minutos, un torrente de ocho millones de metros cúbicos engulló Ribadelago, provocando la muerte de 144 de sus 532 vecinos.

Al parecer, la cadena británica BBC fue el primer medio de comunicación que divulgó detalles del suceso, aunque el periódico «EL CORREO DE ZAMORA» ya dedicó su portada del viernes 9 de enero de 1959 a la tragedia.

En plena era analógica, la primera crónica de alcance editada por el diario zamorano confirmó que todo el pueblo de Ribadelago había sido arrasado «por una terrible inundación», tras la rotura de la presa construida por la hidroeléctrica Moncabril. Esa primera portada también advertía de que se desconocía el número de víctimas, aunque se temía que «fuera muy elevado», y detallaba las primeras muestras de solidaridad con los supervivientes.

En su esperada edición del 10 de enero«EL CORREO DE ZAMORA» aportó a sus ávidos lectores nuevos datos sobre «el desbordamiento de la presa», de la visita de «Ministros y Autoridades» o del gesto heroico de un vecino de 33 años de edad, Antonio Fernández, que «se lanzó al agua y, con grave riesgo para su vida ante la impetuosa violencia de la corriente, logró salvar a dos familias». La portada fue ilustrada con una fotografía capturada pocas horas después del suceso, que recreaba los trabajos de desescombro de los restos del pueblo que «continuaban bajo el agua».

La crónica proseguía en las páginas interiores, con líneas dedicadas al entierro de 18 víctimas, la «condolencia pública del Gobierno», las primeras donaciones económicas, el «cargamento de ropa y queso enviado por Cáritas Española», o el «refugio» de 86 supervivientes acogidos en «centros benéficos» de la capital.

Primera página del diario zamorano publicada cuatro días después del suceso

Primera página del diario zamorano publicada cuatro días después del suceso / LOZ

Las muestras de generosidad con el pueblo de Sanabria devastado por el agua se sucedieron a lo largo y ancho de la provincia y de la geografía nacional. «España entera se ha unido a Zamora ante el dolor de la catástrofe de Ribadelago», fue uno de los titulares de los periódicos en jornadas posteriores al suceso, que también destacaron la solidaridad de la cadena de emisoras de la SER en favor del pueblo o «la extraordinaria importancia» de donaciones llegadas desde Estados Unidos en forma de colchones, mantas o productos, especialmente de leche en polvo, para alimentar a los niños de Ribadelago que sobrevivieron a la riada.

Un partido benéfico de fútbol en el Santiago Bernabeú entre un combinado del Real Madrid o Atlético de Madrid contra el Fortuna de Dusseldorf; el gesto del matador zamorano Lorenzo Pascual «Belmonteño», que se ofreció a «torear una corrida» en favor de los damnificados, o un donativo de 25.000 pesetas de la Marquesa de Villachica, fueron noticias destacadas en la prensa en sus tiradas posteriores a la tragedia.

Cinco días después del 9 de enero los diarios confirmaron que el Gobierno trabajaba en un «plan» para la reconstrucción de Ribadelago y para conceder ayudas a los vecinos damnificados y «Libertad» llegó a publicar que «El pueblo ha sido adoptado por el Caudillo».

Aquellas crónicas históricas fueron ilustradas con imágenes de fotógrafos como Quintas o Heptener que, además de dar la vuelta al mundo, pusieron de relieve la magnitud de una tragedia que los vecinos de Ribadelago no olvidan, porque un desgarrador dolor les impide cerrar la página más negra de su historia.

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