La odisea del matrimonio zamorano que tardó cuatro días en abandonar las Azores

Un importante grupo de españoles continúa esperando poder salir del archipiélago

Españoles atrapados en el aeropuerto de las Azores, este martes.

Españoles atrapados en el aeropuerto de las Azores, este martes. / Cedida

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

"Mañana no vuelas". El vaticinio de los lugareños ha sido la mejor brújula para el matrimonio zamorano que se ha visto atrapado en las islas Azores ya que el mal tiempo impedía, un día sí y otro también, salir de la isla, mientras la lista de espera de los que necesitaban un pasaje para volver a España iba a aumentando hora tras hora. En la tarde de este martes, por fin, el matrimonio ha podido salir de la isla de Las Flores, con cuatro días de retraso, aunque un importante contingente de españoles se quedó en tierra en la terminal portuguesa a la espera de tener la misma suerte y conseguir este miércoles pasaje. De lo contrario, tendrán que esperar, al menos, hasta el sábado.

La odisea comenzaba el pasado Martes Santo cuando el matrimonio zamorano llegó a la isla de Flores, en el archipiélago portugués de las Azores. Se trata de un archipiélago de origen volcánico situado en el océano Atlántico, a unos 1.500 kilómetros al oeste de Lisboa, la capital portuguesa.

Los paisajes únicos y la riqueza de la biodiversidad son algunos de los principales atractivos de las Azores, donde se sitúan las montañas más altas de Portugal.

El de los zamoranos era un viaje de apenas tres días del que debían regresar el pasado Viernes Santo.

Sin embargo "por cuestiones climatológicas se suspendió el vuelo" y ese día no pudo salir el avión que debía llevarlos de vuelta a España. "Hemos tenido que pasar el día en el aeropuerto, pues nadie nos decía cuando se podría salir, teníamos que estar presentes en todos los momentos en que había un vuelo previsto (aunque las condiciones meteorológicas seguían siendo imposibles) puesto que no lo cancelan oficialmente hasta bastante después de la hora prevista", relataban los zamoranos, atrapados en una isla sin posibilidad de salir.

"El sábado y el domingo se presentaba una ventana en que se podría volar pero como esos aviones tenían ya los billetes vendidos a nosotros sólo nos pusieron en lista de espera con lo cual solo pudieron salir unas 10 personas. Ha vuelto el mal tiempo y siguen haciéndonos ir al aeropuerto aún a sabiendas de que no volaremos pero... por si acaso".

"Ya se sabe que habrá una pequeña posibilidad de volar el miércoles por la mañana pero pasará lo mismo, si no ponen aviones extra seguiremos estando "secuestrados" sin poder salir" se quejaba la pareja. El caso es que los mejores meteorólogos resultaban ser los lugareños, que decían a los zamoranos, nada más ver la situación meteorológica: "Mañana no voláis". Pero la compañía que opera los aviones, Sata, no se basa en predicciones meteorológicas, sino que apura hasta el último momento antes de dar por suspendido el vuelo.

Organización

Atrapados en la isla, los españoles acabaron por hacer piña y se organizaron con el fin de ver si moviendo hilos en la embajada y haciendo pública su situación en los medios de comunicación podían hacer la presión suficiente como para que la compañía aérea pudiera fletar un avión extra con el que evacuar a las personas retenidas. Porque el caso era que seguían llegando aviones llenos de turistas. Pero los que podían salir, en la ventana que dejaba el tiempo, tenían ya el pasaje prácticamente completo y quedaba apenas un puñado de asientos para la gente que estaba en lista de espera, más de un centenar de personas.

VIDEO | Españoles atrapados en las Azores por el temporal

La embajada sí les dio algunas buenas palabras y les dijo que haría lo que pudiera, pero no parece que las gestiones diplomáticas hayan hecho mella en la compañía aérea que tiene la exclusiva en las comunicaciones del continente con las islas Azores.

La prolongación de la estancia en la isla más allá de lo previsto supuso también un problema serio para muchos de los pasajeros afectados. Por fortuna para el matrimonio zamorano, su hotel estaba concertado con el aeropuerto, por lo que después de cada cancelación les daban un bono con el que prolongar la estancia sin tener, además, que adelantar ningún pago. Sin embargo otras personas se tuvieron que buscar otros hoteles y adelantar el importe del alojamiento, hasta que puedan reclamar a quien corresponda el sobrecoste.

Eso sí, tampoco había ocasión de prolongar los días de turismo en la islas, ya que tenían que estar pendientes de una posible plaza libre, por lo que la vida durante estas jornadas ha sido del hotel al aeropuerto y del aeropuerto al hotel.

Con la circunstancia añadida de que el aeropuerto de la isla de Flores no es precisamente el más cómodo del mundo, y se parece más a lo que se entiende por una terminal "tercermundista".

Vuelta a empezar

Y así se sintió durante varias jornadas este matrimonio zamorano y el resto de españoles, que, como ellos parecían vivir en el día de la marmota, con idas y venidas al aeropuerto sin que el avión pudiera salir y, en caso de poder hacerlo, sin sitio para ellos. A 1.500 kilómetros de tierra firme las posibilidades de salir estaban centradas en que la aerolínea pudiera reaccionar y pusiera algún avión más con el que poder aprovechar las ventanas que dejaba el tiempo.

Pero una y otra vez se daban de bruces con una realidad que les hacía sentirse literalmente atrapados.

Por fin este martes por la tarde, y después de casi haber perdido la esperanza de que ese día pudieran abandonar la isla, se hizo la luz. En una hora les decían si eran de los afortunados que podían coger el próximo vuelo de regreso al continente.

Y los buenos augurios se confirmaron, los zamoranos encontraron acomodo en uno de los vuelos que aún tenía plaza libre, porque les tocó el turno en la lista de espera.

Los zamoranos han sido afortunados, ya que otro grupo importante de españoles no ha podido encontrar asiento en este vuelo y tienen en la mañana de este miércoles su última oportunidad de escapar, ya que de no poder volar durante esta jornada, la estancia en las islas se tendrá que prolongar hasta el próximo sábado.

A la hora de cerrar esta edición los zamoranos habían abandonado la isla y esperaban llegar pronto a casa.

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