Sucesos en Zamora

Una joven camarera: "Mi jefe esperó a que se vaciara el bar para tocarme y besarme"

La empleada tenía 18 años cuando denunció los abusos sexuales que relató a una amiga y a la psicóloga, que contó que "lloró muchísimo"

El imputado durante la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal.

El imputado durante la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal. / S. A.

Tenía 18 años cuando su jefe "de casi 65 años" se abalanzó sobre ella para realizarle tocamientos y besarle en la boca en el almacén del bar en el que trabajaba, pasada la media noche cuando la gente se había ido, explicó la joven zamorana que denunció "lo que hoy sería una agresión sexual", subrayó su abogada que exigió 2 años y medio de prisión para el acusado, de iniciales P.R.D. y vecino de Fermoselle, que se declaró inocente en el Juzgado de lo Penal.

La joven volvió a detallar en el juicio celebrado ayer los hechos ocurridos en abril de 2022 con los mismos detalles que relató ante la Guardia Civil de Zamora, en el Juzgado de Instrucción, lo que da absoluta "credibilidad" a la existencia del delito sexual que asegura haber sufrido el día 25 de ese mes y con posterioridad a "roces detrás de la barra", conducta que el imputado achacó al poco espacio que había.

Frente a esta explicación y el trato cercano por la confianza que describió el dueño del establecimiento hostelero, la Fiscalía de Zamora, que exige un año de cárcel para el procesado, hizo especial hincapié en las características de la versión que ofrece la joven -que pidió declarar oculta detrás de un biombo para no tener que volver a ver al individuo- que afirma que aprovechó que "el bar se había vaciado, me abrazó, toqueteó, me besó en el cuello, en la cara, la frente y en la boca".

El imputado no tardó ni dos meses en abordar a la joven cuando se hallaba sola en el almacén colocando cajas hacia las 00.30 horas, cuando ya no había clientes en el establecimiento.

El relato de la empleada cumple con las condiciones que la jurisprudencia establece para dar por válida la versión de la víctima, ya que el abuso sexual, por lo general, es un delito que ocurre en la intimidad, sin testigos que puedan corroborarlo, es decir, "coherencia, verosimilitud y persistencia en el tiempo", subrayaron el Ministerio Fiscal y la acusación particular.

La psicóloga: "Lloró muchísimo, estaba muy alterada cuando me contó la agresión sexual"

La psicóloga que venía atendiendo a la denunciante por episodios de ansiedad desde 2021 "porque perdió a su madre siendo niña", a quien la paciente la llamó "muy alterada y me contó que había sufrido una agresión sexual por parte de su jefe la noche anterior en el trabajo. Lloró muchísimo, estaba nerviosa y muy, muy afectada. Tuve que calmarla".

A raíz de esa madrugada de 25 de abril de 2022, la joven era "muy confiada, era muy ingenua, a nivel emocional era mucho más joven" de lo que le correspondía por edad, concretó la especialista, después de lo que le contó que había vivido "se volvió más desconfiada", concretó la profesional que compareció como perito de la acusación particular.

La psicóloga aseguró que se trata de una niña que "no fábula y que ha mantenido su versión siempre", que "es reservada, muy, muy discreta, no le gusta llamar la atención. Lleva mal que le puedan mirar o hablar de ella", expuso para despejar cualquier duda que pueda indicar que quisiera llamar la atención de alguna manera.

La experta en psicología contó que "retrocedimos muchísimo" en la terapia que llevaban, "tenía mucha ansiedad" y esa exoperiencia traumática "repercutió en toda su vida, en la laboral, ese verano ya no pudo trabajar". La investigación la inició el Equipo Mujer Menor (EMUME) de la Guardia Civil y el juzgado de instrucción.

La única testigo de referencia es la amiga a la que la joven envió audios por el WhatsApp la madrugada en la que se ha fijado la agresión, aportados por la acusación particular como prueba, en los que se escucha a la camarera "muy alterada, nerviosa" y angustiada, se indicó en el juicio celebrado ayer.

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La abogada de la defensa puso en duda la versión de la denunciante al situarse el bar en "un pueblo pequeño", tener las puertas abiertas, "nadie oyó los gritos", apuntó para subrayar que un cliente estaba jugando en la máquina tragaperras y tampoco escucha a la víctima que estaba en el almacén anexo al local mientras el dueño del negocio presuntamente cometía el abuso sexual.

"Creemos que el estado de ánimo que sufría, la ansiedad y frustración, es lo que le lleva a pensar que mi cliente quería abusar de ella, a denunciar una agresión sexual que solo está en su mente". Y, aunque la joven no pide una indemnización, "quiere que le caiga todo el peso de la Ley". El hombre tomó la última palabra para exculparse diciendo que llevaba 40 años en el negocio y que había tenido muchos camareros y muchas camareras, pero ningún incidente. "Cometí un error porque nunca creí que iba a pasar esto", concluyó.

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