Las últimas lluvias ponen a los embalses en el nivel más alto desde hace diez años

La reserva hídrica de la provincia supera el 55%, cuando en esta época del año lo normal es nadar en torno a un 49% de su capacidad

Embalse de Ricobayo, esta semana

Embalse de Ricobayo, esta semana / Emilio Fraile

Luis Garrido

Luis Garrido

Los embalses de la cuenca del Duero en la provincia respiran tras las lluvias registradas durante las últimas semanas. La reserva hídrica de Zamora se encuentra al 56% de su capacidad, lo que se traduce en un incremento del 25% respecto a la situación que presentaba en las mismas fechas del pasado año. La buena salud de Ricobayo, principal nutriente de agua del territorio, contribuye al alivio de la preocupante situación que se vivía en el inicio del verano, con unas precipitaciones que habían brillado por su ausencia hasta tal momento. No en vano, este pantano acumula 600 hectómetros cúbicos de los 988 que se contabilizan en conjunto. Cernadilla, Valparaíso y Villalcampo también han subido de nivel, favoreciendo así la tendencia al alza y ofreciendo buenas noticias para el futuro del campo.

El nivel de agua embalsada en los pantanos zamoranos supera con diferencia la media registrada durante la última década, de acuerdo con los últimos datos proporcionados por el Ministerio para la Transición Ecológica. Ahora mismo, en los ocho embalses existentes en la provincia se guardan 988 hectómetros cúbicos, que suponen el 56% de la capacidad total de almacenamiento. En la comparativa de los últimos diez años, se aprecia cómo la media se ha situado en 881 hectómetros cúbicos, que son aproximadamente un 50% de las posibilidades de reserva. Y también sale ganando la situación presente respecto a la existente hace un año, cuando apenas se acumulaban 597 hectómetros cúbicos de agua, un 33% del total posible.

Ricobayo es el embalse que sostiene este buen momento de la reserva hídrica de la provincia

Ricobayo es el embalse que sostiene este buen momento de la reserva hídrica de la provincia. El pantano con mayor capacidad de cuantos se reparten por el territorio mantiene ahora 600 hectómetros cúbicos de agua embalsada, que hacen el 52% de la capacidad total. Conviene recordar cómo, el pasado año, el nivel apenas sobrepasaba el 28% de capacidad, con 331 hectómetros cúbicos de agua acumulada. En este sentido, las cifras actuales van más en consonancia con la media de la década, que habla de un volumen por encima de los 520 hectómetros cúbicos para un 45% del total de posibilidades de almacenamiento.

El embalse de Cernadilla es el segundo en cuanto a capacidad máxima de la provincia de Zamora, con posibilidad de guardar hasta 255 hectómetros cúbicos de agua. Sin embargo, actualmente tan solo se registran 81 hectómetros cúbicos, que es un 31% de lo permitido. En comparación con el año pasado por estas fechas, la realidad es que la situación ha mejorado y mucho. Por aquel entonces, este pantano del Tera situado en plena comarca de Sanabria apenas acumulaba 25 hectómetros cúbicos, lo que se traduce en poco más de un 9% de lo que podría llevar.

Todos por encima de la media

La mejora se ha dejado notar también en el embalse de Valparaíso, que supera el 91% de su capacidad con hasta 154 hectómetros cúbicos de agua embalsada sobre los 169 que puede mantener. El ejercicio anterior, por el mes de septiembre, el nivel estaba en un 60%, lo que ejemplifica a la perfección el incremento generalizado de la reserva hídrica en los pantanos de la provincia de Zamora. En la misma situación se encuentran Castro, Nuestra Señora de Agavanzal, Puente Porto, San Sebastián o Villalcampo. Todos ellos han contribuido a elevar por encima de la media el almacenamiento de agua para lo que suele ser normal en esta época del año.

Han sido dos años muy duros en los que los vecinos de los pueblos ribereños de los embalses, especialmente los de Ricobayo, han visto cómo un auténtico medio de vida se perdía hasta dejar el suelo a la vista. Una situación que se ha recuperado de un año para otro fruto unas condiciones meteorológicas más favorables y una política de desembalses distinta a la ejecutada con anterioridad. Las precipitaciones registradas en la provincia durante las últimas semanas han servido para llenar estos espacios, que afrontan el otoño en unas condiciones muy distintas a las que presentaban en el comienzo de esta estación hace ahora mismo un año.

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