La victoria electoral de Mañueco cumple un año marcado por la tensión entre el PP y Vox

El Gobierno de la Junta vivió momentos de zozobra en enero ante las diferencias exhibidas entre los partidos por la polémica del aborto

Gallardo y Mañueco, tras aprobar los presupuestos en diciembre. |

Gallardo y Mañueco, tras aprobar los presupuestos en diciembre. | / Ical

El Partido Popular de Alfonso Fernández Mañueco ganó las elecciones autonómicas anticipadas el pasado 13 de febrero del año 2022. Este lunes se cumplirá el aniversario de aquella cita con las urnas que situó al dirigente salmantino ante la posibilidad de repetir al mando del Gobierno regional, pero también frente a la certeza de que, para lograrlo, estaba obligado a pactar con Vox. Por si quedaba alguna duda, el propio líder nacional de ese partido, Santiago Abascal, se encargó esa misma noche de subrayar "la cara de vicepresidente" que se le había quedado a su hombre fuerte en Castilla y León, Juan García-Gallardo.

Todo parecía orientado a un pacto por la derecha que se concretó algunas semanas después. Mañueco se vio como responsable de un nuevo Gobierno de coalición en el que ya no estaban Ciudadanos ni su portavoz, Francisco Igea, pero al que habían accedido tres consejeros de Vox y el ya citado vicepresidente García-Gallardo. El mandatario popular se quitó de encima un problema, pero se vio envuelto en otro, al convertirse en el primer y único presidente autonómico de su partido que gobernaba merced a un acuerdo con la formación de Santiago Abascal.

La mayoría absoluta de Moreno

Cuatro meses después, la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno en Andalucía despejó la posibilidad de que Mañueco encontrara compañía en este formato de coalición que alcanzará las autonómicas de mayo sin más ejemplos que el de Castilla y León y con un buen puñado de polémicas en la mochila, principalmente la que puso en tela de juicio la continuidad del pacto a comienzos de este año.

Ese lío formado en torno a las medidas anunciadas por Vox sobre el protocolo de la interrupción voluntaria del embarazo condujo al Gobierno de coalición a unas tensiones internas que pusieron en riesgo el pacto y la estabilidad que parecían haber alcanzado los socios tras aprobar los presupuestos para 2023 apenas unas semanas antes. Las declaraciones contradictorias, las posiciones encontradas y la implicación del Ejecutivo central llevaron el debate al centro de la escena nacional y dejaron en aprietos a Mañueco y a Gallardo, que tuvieron que lidiar con el tema durante varios días hasta que la atención se desvió hacia otros focos de interés.

Coalición en pie, pero con daños

La coalición se mantuvo en pie, aunque está por ver si los daños causados por el enfrentamiento tienen consecuencias a medio o largo plazo. Lo que ha quedado bastante claro es que el Partido Popular tendrá que convivir con un socio dispuesto a defender su relato hasta las últimas consecuencias y capaz de tensar la cuerda sin soltarla. Vox muestra firmeza a la hora de dar la batalla ideológica, pero aguanta dentro del Gobierno sin dar señales de tener intención alguna de abandonarlo voluntariamente. Al menos, de momento.

Del otro lado, el Partido Popular parece haber pasado página públicamente tras la grave crisis del mes anterior, aunque la puerta de salida de mayo continúa abierta. A nadie se le escapa que la cita con las urnas de los municipios y del grueso de las autonomías sería una buena oportunidad para adelantar nuevamente las elecciones, si Mañueco y los suyos entienden que les conviene o si su presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, estima que puede resultar favorable para los intereses de la marca.

Mientras tanto, la actividad rutinaria de la Junta sigue en marcha más allá de los sobresaltos causados por las polémicas del aborto, de la "hipersexualización" que, según Gallardo, favorece la despoblación o de otras cuestiones más prácticas, como el futuro del Serla. El Partido Popular y Vox tratan de mantenerse unidos en las votaciones e intentan transmitir cierta sensación de cohesión, al menos mientras no haya noticias sobre un posible cambio de estrategia de alguna de las partes que implique otro paso por las urnas.

Un Ejecutivo sin cambios a la vista, más allá de lo que suceda con Jesús Julio Carnero

El Gobierno de la Junta de Castilla y León mantiene una gran estabilidad en lo que a los responsables de las consejerías se refiere. Durante este año, no se han producido novedades en ese sentido, y tampoco está previsto que haya demasiados cambios próximamente, más allá de lo que pueda suceder con Jesús Julio Carnero a partir de mayo. El consejero de la Presidencia ha sido nombrado candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Valladolid, por lo que podría dejar su cargo durante esta primavera para enfocarse hacia sus nuevas responsabilidades de índole municipal.

Sin embargo, cuando ha sido cuestionado por el momento de dejar la Consejería para centrarse exclusivamente en la campaña electoral del mes de mayo, Jesús Julio Carnero ha recordado que "hasta la toma de posesión como concejal" puede seguir en su cargo actual. "Voy a continuar al servicio del Gobierno regional", aseveró el dirigente autonómico en una visita reciente a Zamora. La cuestión tiene cierto interés para la provincia, principalmente porque Carnero es el encargado en estos momentos de gestionar los asuntos de cooperación transfronteriza con Portugal.

El 3 de abril, fecha clave si se produjera un adelanto de los comicios

La posibilidad de un adelanto electoral sobrevuela Castilla y León desde la polémica con el aborto. Es cierto que ambas partes han expresado públicamente su voluntad de mantener vivo el pacto, pero esa misma intención era la que transmitía Alfonso Fernández Mañueco solo unos días antes de apretar el botón en diciembre del 2021, echar a Ciudadanos del Gobierno y citar a los electores con las urnas el 13 de febrero del año pasado.

En el escenario actual, la cuestión de la fecha no es baladí y es que todo apunta a que, si el PP está pensando en adelantar de nuevo las elecciones, la fecha escogida será el 28 de mayo, cuando se celebrarán los comicios para los ayuntamientos y para un buen puñado de comunidades autónomas españolas. Para hacer coincidir los días, Mañueco tendría que firmar el decreto de disolución de las Cortes el día 3 de abril, por lo que esa fecha será clave para saber si el Gobierno de Castilla y León aguanta o si, por el contrario, la primera experiencia autonómica del Partido Popular y Vox dura finalmente poco más de un año.

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