Cuatro monjas de Mayorga se trasladarán a un monasterio de Toro

El cierre de su convento obliga a las hermanas a buscar una nueva "casa" en el Sancti Spíritus, con el que han tenido un primer contacto en Semana Santa

El cambio está previsto en octubre y las religiosas se despedirán de la localidad vallisoletana en la que la orden ha permanecido 630 años

Claustro interior del monasterio del Sancti Spiritus al que se trasladarán cuatro monjas de Mayorga.

Claustro interior del monasterio del Sancti Spiritus al que se trasladarán cuatro monjas de Mayorga. / M.J. C.

En una época en la que la falta de vocaciones y la secularización de la sociedad están vaciando los conventos, el del Sancti Spiritus acogerá con los brazos abiertos a cuatro religiosas que se trasladarán a Toro desde el de San Pedro Mártir de la localidad vallisoletana de Mayorga de Campos.

Aunque el traslado definitivo de las cuatro monjas no tendrá lugar hasta el mes de octubre, ya han establecido un primer contacto con el monasterio que se convertirá en su nueva "casa", al que se han desplazado en la presente Semana Santa para vivir en comunidad el Triduo Pascual o el Domingo de Resurrección.

Las leyes promulgadas por el Papa Francisco no permiten mantener abiertos aquellos monasterios que estén habitados por menos de seis monjas, norma que ha obligado a las cuatro hermanas del convento de San Pedro Mártir a abandonar Mayorga de Campos, municipio en el que la congregación ha convivido con sus vecinos durante 630 años de forma ininterrumpida.

Ante la imposibilidad de mantener abierto el convento fundado en Mayorga de Campos en 1394 por la reina Catalina de Lancaster con bula de Benedicto XIII, más conocido como Papa Luna, las cuatro religiosas se integrarán en la comunidad del Sancti Spíritus de Toro, monasterio que pasará a estar habitado a partir de octubre por once hermanas de la orden Dominica.

El monasterio toresano fue fundado por testamento otorgado en Valladolid en 1307 por la infanta portuguesa Teresa Gil, aunque su construcción no se inició hasta el 28 de agosto de 1316 con la colocación de la primera piedra por parte de la reina María de Molina.

Las hermanas dominicas que habitan el monasterio compaginan la oración con la elaboración de exquisitos dulces, aunque otros ingresos destinados a mantener el imponente edificio provienen de las visitas guiadas, durante las que los turistas pueden admirar algunas de las "joyas" que custodia en su interior como el sepulcro de alabastro de la reina Beatriz de Portugal, los artesonados de su iglesia, el claustro o su museo de arte sacro, al margen de una importante colección de sargas.

Toro mantiene abiertos cinco conventos y en los últimos años tan solo el de Santa Clara ha tenido que cerrar sus puertas por el reducido número de monjas que lo habitaban. En 2019 y tras más de ocho siglos de vinculación con Toro, el monasterio de Santa Clara tuvo que echar el cierre y las cuatro religiosas que convivían al amparo de sus muros fueron trasladadas a otro de la misma advocación en la capital zamorana.

No obstante, el recuerdo de las madres clarisas sigue muy presente en Toro, una ciudad a la que siguen vinculadas y con la que recientemente han tenido un nuevo gesto de generosidad. Y es que las hermanas han cedido a la iglesia de San Julián de los Caballeros la imagen del Ecce Homo para que pueda recibir culto durante todo el año. Hasta la firma del convenio con la parroquia, la talla tan solo podía ser venerada en la iglesia del convento durante su novena, la fiesta del Ecce Homo o en Semana Santa.

Mejor suerte corrió el convento de la Purísima Concepción y San Cayetano que, en mayo del pasado año recibió con los brazos abiertos a dos hermanas Mercedarias Descalzas, naturales de Kenia y procedentes de la localidad gaditana de Arcos de la Frontera. El ingreso de las dos religiosas que, desde entonces, conviven con las cuatro que mantenían viva la esencia del convento de la Purísima Concepción y San Cayetano, evitó un más que probable cierre en el año en el que se cumplían 375 años de su fundación.

En la ciudad Toro perviven otros monasterios como el de Santa Sofía, habitado desde su construcción en el siglo XIV por monjas Canónigas Norbertinas Premonstratenses. En los últimos años el monasterio ha sido objeto de distintas intervenciones y obras de reforma para preservar su torre o el patio de "La Cisterna". El de San José fue fundado en el siglo XVI por Santa Teresa de Jesús y sus moradoras son religiosas de la orden de las Carmelitas Descalzas. El único convento en el que conviven religiosos en Toro es el de los Mercedarios Descalzos.