De Kenia a Toro: el largo viaje de dos religiosas Mercedarias

El traslado de las hermanas procedentes del convento de la Orden en Arcos de la Frontera evita el cierre del que resiste en Toro

Una vecina saluda a hermanas Mercedarias que participaron en la misa debienvenida de las dos religiosas. | M. J. C.

Una vecina saluda a hermanas Mercedarias que participaron en la misa debienvenida de las dos religiosas. | M. J. C. / María Jesús Cachazo

En una época marcada por la crisis de vocaciones religiosas, Toro ha recibido con los brazos abiertos a dos hermanas Mercedarias Descalzas, naturales de Kenia y procedentes de la localidad gaditana de Arcos de la Frontera, que convivirán con las cuatro monjas que mantenían viva la esencia del convento de la Purísima Concepción y San Cayetano, traslado que evitará el posible cierre del monasterio toresano.

Arropadas por religiosas y hermanos de su orden que se trasladaron a Toro para su despedida, y por monjas de otros conventos toresanos o del Amor de Dios, así como por numerosos vecinos, las dos nuevas Mercedarias de la comunidad pudieron comprobar la hospitalidad de una ciudad que no es ajena a la falta de vocaciones religiosas y que, en 2019, provocó el cierre del monasterio de Santa Clara y el traslado de las cuatro monjas que lo habitaban a otro de la misma orden en la capital zamorana.

El ingreso de dos Mercedarias en el convento de la Purísima Concepción y San Cayetano evitará que corra la misma suerte que el de Santa Clara.

Por este motivo, el obispo de Zamora, Fernando Valera, presidió en la iglesia del convento una emotiva eucaristía que sirvió, no solo para recibir a las nuevas hermanas de la comunidad, sino también para "dar las gracias" por su llegada a Toro, porque "nos ayudan a mirar al futuro".

El obispo también precisó que "lo más importante" del monasterio de la Purísima Concepción y San Cayetano de Toro "es el amor que habita en él" y agradeció a las Mercedarias su "oración e intercesión", así como su fidelidad a la vida contemplativa, uno de los "fundamentos" de la Iglesia.

En el cierre de su homilía, Valera reiteró la bienvenida a las dos hermanas que se han incorporado al monasterio toresano, porque contribuirán a que la comunidad religiosa que lo habita "siga siendo ese testimonio de amor en medio del mundo", comunidad a la que también deseó que "Dios os regale santas y abundantes vocaciones".

Una vez finalizada la eucaristía, el obispo, los sacerdotes que concelebraron la misa, hermanas Mercedarias, religiosas de otras comunidades, autoridades y vecinos de Toro compartieron un refresco en el patio interior del convento, una "joya" patrimonial que forma parte de uno de los edificios palaciegos mejor conservados de la ciudad.

Ese primer encuentro sirvió para intercambiar impresiones y recibir a las dos hermanas que se unen a una comunidad necesitada de ayuda para mantener su legado y su obra en Toro.

En el acto de bienvenida, la madre superiora, Sor María Luisa de Jesús, explicó que las dos religiosas procedentes de la comunidad de las Mercedarias de Arcos de la Frontera convivirán con las cuatro monjas que "quedaban" en el convento toresano.

Ante la falta de vocaciones religiosas, como matizó, se planteó la conveniencia de "reforzar" la comunidad de Mercedarias de Toro y confía en que el ingreso de dos nuevas hermanas sirva de "revulsivo" para, en un futuro, ampliarla. Por último, la madre superiora agradeció el cariño que, una vez más, Toro demostró a las Mercedarias y recordó que, en 2023, se cumplen 375 años de la fundación del monasterio.

El convento está enclavado en un antiguo edificio palaciego del siglo XVI que perteneció a Juan de Ulloa. Tras la reconstrucción impulsada por su viuda, fue donado a la Orden Mercedaria en el siglo XVIII, y sus religiosas lo han mantenido prácticamente intacto, pese a algunas reformas recientes.

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