Concluye la Semana Santa de Zamora con más suspensiones por lluvia de la historia

Los más mayores del lugar no recuerdan una Semana Santa como la que acaba de concluir. Y es que la celebración de 2024 pasará a la historia por ser el año con más suspensiones de procesiones de Semana Santa del último medio siglo, debido a la lluvia, nada menos que siete: Vía Crucis, Silencio, Esperanza, Vera Cruz, Nuestra Madre, Soledad y Resurrección. Además otros tres desfiles se vieron obligados a optar por recorridos cortos (Capas, Yacente y Jesús Nazareno) o interrumpir la carrera de forma abrupta (Santo Entierro).

La lluvia es añadido habitual de la Semana Santa y no es raro que caiga precipitación (algún copo de nieve se ha llegado a ver alguna nañana de Jueves Santo e incluso alguna tarde de Viernes Santo), incluso más de lo que lo ha hecho este año, pero nunca el agua había hecho tanto daño a los desfiles como en este 2024.

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Las causas son variadas. En primer lugar, claro, que ha llovido mucho: 36 litros de lluvia de Martes a Domingo, repartidos además durante todos estos días de la semana y sin dejar apenas ventanas que pudieran aprovechar las procesiones con seguridad. Es el tercer año que más agua ha caído durante una Semana Santa en el último medio siglo, si exceptuamos el año 2013 y 2012, que se llevan la palma con, respectivamente, 78 y 39,4 litros, según los datos extraídos del trabajo "La lluvia en las procesiones de Semana Santa de Zamora y los deterioros que causa en el patrimonio artistico de las cofradías", de Francisco Javier Casaseca García, publicado por el Instituto de Estudios Zamoranos en su anuario 2016.

Otra razón por la cual el agua que cae ahora tiene especial incidencia en las procesiones es que se tiene mucho más cuidado con la protección del patrimonio (los pasos) y también con todas las personas que participan en las procesiones, para evitar exposiciones a la lluvia que puedan afectar a la salud o incluso posibles accidentes ya que ahora los desfiles son más organizados y complejos. Antaño la prioridad era que saliera la procesión y no se tenía tanta conciencia del daño que el agua podía hacer en las imágenes. De hecho ahora mismo, gracias en parte a la precisión más afinada de las predicciones, es raro que pueda salir una procesión arriesgándose a que llueva.

Malos ejemplos

Pero antaño eran muchas las que se mojaban. Un ejemplo lo cita el propio Casaseca en su trabajo: "Un ejemplo reciente y llamativo ocurrio el Viernes Santo de 2012: la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias organizó la procesion de manera especial con motivo del 600 aniversario de su fundacion, en la que participaban además de los pasos habituales, otros cedidos puntualmente para la ocasión. A pesar de la evidente amenaza de lluvia, se decidió salir en procesión con un recorrido más corto que el habitual. Llovió de manera continua y se mojaron todos los pasos y enseres que desfilaban. Hubo daños en esculturas, mesas, textiles, etc. que hubo que intervenir para su restauración".

Otro ejemplo pasó también a la Vera Cruz, cuando decidió salir pese a la amenaza de lluvia en 2011.

Y, en el lado opuesto se sitúa en Santo Entierro, que decidió suspender la procesión en 2013, año en el que cancelaron también Borriquita, Vía Crucis, Jesús Nazareno, y resultó que después salió una tarde espléndida, lo que concitó las críticas de los hermanos y fieles.

El mismo estudio analiza la frecuencia de las precipitaciones y resulta que más de la cuarta parte de los Lunes y Viernes Santos hay posiblidades de que llueva. Y uno de cada cinco Domingos de Resurrección y los Jueves Santos llueve en Zamora, porcentaje un poco menor al que registran las jornadas del Sábado Santo y Domingo de Ramos. Martes y Miércoles se convierten en los días donde tradicionalmente hay menos posiblidades de que llueva.

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