Balonmano

El camino de María Prieto O'Mullony hasta el Mundial: De Zamora a Dinamarca con las Guerreras

La zamorana, siempre en la órbita de la selección, ha dejado atrás sus lesiones y cumplirá todo un sueño

María O'Mullony lanza a portería en el duelo España-Argentina

María O'Mullony lanza a portería en el duelo España-Argentina / RFEBM

María Prieto O’Mullony (Zamora, 1997) consiguió el pasado domingo dar el último paso hacia esa meta que todo deportista de élite sueña y ambiciona: participar en un Campeonato del Mundo representando a su país. Un hito que no muchos zamoranos han alcanzado y que ella está ya muy cerca de lograr tras ser citada por Ambros Martín para disputar la cita que arrancará el miércoles en Dinamarca y Suecia. Un éxito que es fruto de su espíritu combativo, recuperando su mejor nivel tras épocas duras y difíciles que la alejaron de la selección.

Muchos años han pasado desde que Omu diera sus primeros pasos dentro del 40x20. Una pista que le haría dejar atrás otras disciplinas deportivas que practicaba de pequeña para brillar con luz propia junto a una generación irrepetible de jugadoras zamoranas. Un conjunto con el que creció para convertirse en una joven promesa del balonmano nacional, destacando primero con Castilla y León en el CESA y, después, con las categorías inferiores de las “Guerreras”.

El apellido O’Mullony comenzó a sonar con fuerza a nivel nacional en 2011, cuando recibió su primera llamada de la RFEBM, debutando un año después con España en un triple amistoso frente a Finlandia en Soria. El inicio de un idilio con la selección nacional que se prolongó en categorías inferiores con más de una treintena de participaciones para la zamorana.

María Prieto lanza a portería en uno de los partidos de su debut internacional frente a Finlandia en Soria.

María Prieto lanza a portería en uno de los partidos de su debut internacional frente a Finlandia en Soria. / RFEBM

La zamorana creció y fue quemando etapas con el cañón que tiene por brazo izquierdo como estandarte. Debutó en la élite nacional con el Cleba León, se asentó en la Liga Guerreras Ibedrola como jugadora del Caja Rural Aula Valladolid y, finalmente, se erigió en la máxima goleadora de la máxima división española en la temporada 2017-2018 para terminar alcanzando la selección absoluta tras participar en los combinados de base españoles con asiduidad.

En la cima sin poder disfrutar

Omu participó con España en los Juegos de Mediterráneo de 2018 conquistando la medalla de oro poco antes de mudarse a territorio vasco para formar parte del Súper Bera Bera. Pero, en el que parecía el punto álgido de su carrera, las lesiones truncaron su evolución.

Una grave lesión de rodilla, una problemática dolencia de espalda y un inesperado problema en el hombro hicieron que los siguientes años no fueran los soñados para ella. A pesar de los tres títulos de liga, Omu había perdido el “tren” de la selección, muchos meses de juego y, también, la sonrisa.

El balonmano le debía una gran alegría a la zamorana y esta acabó llegando. Eso sí, porque la propia María Prieto O’Mullony así lo quiso. De todas las ofertas que disponía, Omu eligió aceptar la propuesta del Caja Rural Aula Valladolid. Y su decisión fue la acertada.

El regreso a Valladolid y resurgir de Omu

Volvió a Huerta del Rey y, sintiéndose como en casa, la lateral zurda no tardó en recuperar la sonrisa bajo la tutela de Peñas. En pocos días, volvía a disfrutar del balonmano y se reencontraba con la niña que disfrutaba de cada aventura en el 40x20 como cuando vestía la elástica del Balonmano Zamora. La gran competidora que ha sido siempre se reconciliaba con la jugadora que dejó de ser, resurgiendo cuál ave fénix la mejor versión de la lateral. Incluso, dando lugar a una Omu aún más completa.

El cambio, notorio, no pasó desapercibido para Ambros Martín quien, en su primera convocatoria como seleccionador nacional, no dudó en incluir a O’Mullony. Una apuesta que la jugadora, como siempre, devolvió con trabajo, esfuerzo y goles. Una aportación que, más de 12 años después de aquel timorato estreno internacional en el pabellón de San Andrés y tras mucho tiempo sin pensar en la selección, lleva a la zamorana a un Mundial. Esa cita en la que siempre quiso estar, ese torneo en el que volverá a hacer lo que mejor sabe: no rendirse jamás.

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