Conoció el balonmano como una actividad extraescolar, hoy compite en la máxima categoría del balonmano femenino. María Prieto O’Mullony es una de las grandes referentes para aquellas niñas de Zamora que sueñan con poder llegar a la élite. A pesar de que las lesiones no han respetado su prometedora carrera, la mentalidad de la zamorana tiene otros planes. Unos años difíciles con una sola meta: no rendirse.

–Vayamos a su infancia, ¿recuerda cuáles fueron sus inicios en el balonmano?

–Sí, yo empecé en el CEIP La Viña con mis amigos. Recuerdo que lo cogí actividad extraescolar y la compaginaba con otras. Me quedé con el balonmano porque me lo pasaba muy bien, era malísima entonces pero mira, al final elegí bien (ríe).

–Ya ha dado comienzo la pretemporada ¿Cómo ha sido la vuelta a la pista después de tantos meses de lesión?

–Bien, estoy muy animada. Voy recuperando ritmo, que es lo más importante, y estoy muy contenta de volver con el grupo. Ha sido duro, me ha costado más mental que físicamente; volver a tener otra lesión fue difícil de asimilar, pero ahora me encuentro muy bien.

–¿Ya recuperada totalmente de la lesión?

–Sí, justo la semana antes de empezar la pretemporada, que empezamos el 29 de julio, me dieron el alta deportiva, entonces yo ya empecé con total normalidad a trabajar con el equipo. Ahora mismo no tengo dolor y eso es clave, el resto lo iré poco a poco cogiendo conforme me vaya soltando en la pista.

–¿Con qué sensaciones se encuentra ahora mismo?

–La verdad es que estoy mejor de lo que me esperaba, físicamente he seguido preparándome a pesar de la lesión para llegar fuerte. Ahora que he vuelto a ponerme en contacto con el balonmano las sensaciones son muy buenas. Obviamente, la soltura ya la iré cogiendo porque son seis meses sin jugar, pero por ahora he vuelto mucho más fuerte.

–En un momento tan duro como es una lesión ¿En quién se apoya una deportista?

–Principalmente en mi familia, ellos han sido mi gran apoyo junto con mis amigas y mi club. Por supuesto también “Ammma”, el centro donde he realizado la preparación física, pues tanto Ander como Jose son las personas que más me han aguantado en mis peores y mejores momentos.

–También en su Zamora natal...

–Sí, cuando he podido escaparme he ido allí. Es difícil porque toda la preparación la he tenido en Donosti, pero ahora en verano he ido varios fines de semana. Volver a tu casa en un respiro, un soplo de aire fresco. Desconectas de todo lo que es la recuperación y el balonmano, es algo que también lo necesitaba en lo personal.

–¿Cómo se afronta un momento así desde el punto de vista psicológico?

–Depende mucho de la lesión. En mi caso, encadené tres lesiones importantes seguidas y claro, no te tomas igual la primera que la última. La primera vez es todo más fácil y más llevadero porque lo coges con más ganas y lo afrontas de otra manera. La tercera me costó mucho asimilarlo, al final lo único que puedes hacer es refugiarte en la gente que te quiere y saber pedir ayuda. Y sobre todo, tener una disciplina que te lleve a la recuperación. Mentalmente ha sido duro, ahora pienso en los primeros días de la lesión y recuerdo que me levantaba llorando porque no quería ir a la rehabilitación.

–¿Qué ha significado esta lesión teniendo en cuenta que existían posibilidades de acudir a los Juegos Olímpicos?

–Sin duda, ha sido mi lesión más dura. Ya no físicamente porque es el brazo con el que lanzo, es mi arma de trabajo, también porque ha sido difícil asumir de nuevo que tenía que recuperarme de otra lesión. Los primeros meses fueron duros, no era capaz de asimilar que estaba lesionada otra vez, pero poco a poco y con ayuda he conseguido salir adelante. No pienso en lo que podía haber pasado si hubiese estado bien... Claro que me habría gustado estar cuando mi equipo ganó la liga o en la Copa de la Reina. Al final, son cosas importantes que yo he tenido que vivir desde otra parte que no es la pista, aunque estuviera ahí con mi equipo. Se ve de forma diferente, al igual que piensas podría estar en Tokio.

–¿Cómo vivió los Juegos Olímpicos desde la distancia?

–Nosotras aquí lo hemos vivido de cerca, estaba jugando nuestra compañera Eli y veíamos los partidos todas juntas. Ha sido un poco chasco porque, obviamente, queríamos que volviesen con una medalla, pero seguro que el Mundial que viene, aquí en España, van a sacar medalla.

–¿A qué suena París 2024?

–Si te digo la verdad, no lo pienso. El tiempo y las lesiones me han enseñado a centrarme en el día a día, mi mentalidad para mirar a largo plazo ha cambiado. Si todo va bien y todo sigue así, miraré de cara a la selección. Pero, por ahora, me centro en la pretemporada y en ir soltándome poco a poco.

–Entonces hablemos de objetivos a corto plazo.

–Como decía, encontrarme otra vez con mi nivel, y enfocarme en mi club. Tenemos a la vuelta de la esquina la Supercopa y luego el inicio de liga. El Bera Bera es un equipo que aspira a todo y así tiene que ser. Tenemos el 4 de septiembre la Supercopa y, después, todo lo que tenga que venir lo afrontaremos con mentalidad ganadora. En Europa, tenemos un reto muy difícil con el París 92, pero la sensación es que podemos y vamos a ganar.

–¿Cuál sería un sueño a cumplir en la pista?

–Mi sueño es poder ir a unos Juegos Olímpicos y ganar una medalla. Creo que es algo que todo deportista sueña en su vida y, en mi caso, es algo que lo tengo muy claro desde pequeña.