Villarino tras la Sierra, a corazón abierto

Las mujeres se unen a los varones para salvar la tradición y dan vida a los Zamarrones y Caballicos para cumplir el ritual de visitar los hogares

La Raya revivió ayer las ancestrales mascaradas de invierno con el renacer en su esencia más pura de los Zamarrones, los Caballicos y el Pajarico gracias a la iniciativa de los vecinos y emigrantes de Villarino tras la Sierra. La misa en honor a San Esteban abría los actos hacia el mediodía.

Una de las peculiaridades del Villarino es que la iglesia de 1799 está dedicada a Santa María (21 de noviembre), el patrono del pueblo es San Ciriaco (8 de agosto) y la patrona la Virgen de las Candelas (2 de febrero) y una de las cofradías más históricas fue de la San Esteban Protomártir.

Comida familiar de tarde con las manos en la mesa y la mente en la calle hasta que las campanas rompieron el silencio de los campos fronterizos colindantes con Santa Ana, Vale de Frades, Latedo y San Mamed, llamando a niños, jóvenes y mayores a cumplir con la tradición de siglos.

Álex Gago González y Susana Martín Santos dieron vida a los Zamarrones mientras que Daniel Río Díez, Álex Manías Lozano, Lara Manías Lozano, Andrés Alvarez Ratón y José Manuel Olivera De la Vega se fueron alternado como Caballicos.

Santi Morales Díez (último en pagar la "media") fue el encargado de dar vida al Pajarico portando la vara de fresno colgando de él el pardal y la longaniza, junto a la "fardela" para recoger los donativos para la fiesta (convidada). Manuel Diez Martín fue el mayordomo y encargado de ir recogiendo las limosnas para de los familias para San Esteban.

Villarino tras la Sierra, a corazón abierto

Villarino tras la Sierra, a corazón abierto

Villarino cumple con un ritual donde prima entre sus valores propios de las gentes alistanas y trasmontanas como la solidaridad de tener siempre abierta la puertas de casa a los allegados.

La comitiva liderada por Pajarico, Caballicos y Zamarrones recorre todas las calles del pueblos de casa en casa donde se felicitan las Pascuas Navideñas a sus moradores y a su vez estos convidan a café, licores, dulces, nueces, higos, manzanas o naranjas. Cada uno a lo que puede.

Los mozos, una vez finalizado el ritual, fueron los encargados de ir al monte a buscar la leña con la que se encendió en gran la "lumbrinaria" de la Plaza Mayor donde al calor de la lumbre todos, vecinos, emigrantes y allegados degustaron un suculenta y sabrosa convidada a base de carne y chorizos asados a la brasa.

Arzobispado de Compostela

Villarino tras la Sierra, a corazón abierto

Villarino tras la Sierra, a corazón abierto / Ch. S.

Manuel Cid y Monroy fue el encargado de realizar la Visita Pastoral desde el Arzobispado de Compostela a su Vicaría de Aliste en 1791 dejando su sentencia en el manuscrito referente a Trabazos prohibiendo "El intolerable abuso de hacer en el día de San Esteban ciertas fiestas y diversiones irreverentes, ridículas y ocasionadas a muchos pecados y excesos". La supervivencia de las mascaradas estuvo marcada por la lejanía de Compostela con Aliste que facilitó que los alistanos siguieran con sus rituales muchas veces con el consentimiento de los propios curas.

Uno de los manuscritos más antiguos sobre las mascaradas alistanas fue obra del chantré de la Catedral de Zamora Pedro Tiburcio Gutiérrez que el 8 de junio de 1827 rubricaba la circular guardada a buen recaudo en el Archivo Diocesano de Zamora donde prohibía terminantemente la celebración de las obisparras (mascaradas), así como los bailes y las danzas en el interior de las iglesias y en las procesiones o el Sagrado recinto situado en la entrada de los templos donde se recibe a los fallecidos en sus funerales y novios en sus bodas.

De 262 vecinos a solo 58

Villarino tras la Sierra, a corazón abierto

Villarino tras la Sierra, a corazón abierto

La organización de la mascarada corre a cargo de la asociación cultural «Peña Agüe» con la colaboración del Ayuntamiento de Trabazos, cuyo alcalde y presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, estuvo acompañado del vicepresidente y diputado de cultura, Víctor López, quienes aseguraron que «la institución provincial seguirá apoyando nuestras tradiciones y entre ellas a las mascaradas».

Villarino tras la Sierra alcanzó su época de mayor esplendor poblacional en 1910 en que allí vivían 262 vecinos iniciando una bajada que le ha llevado a contar en la actualidad con 58 habitantes de los cuales 29 son hombres y 29 mujeres.

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