La EHE vacía la feria de Porto de Sanabria, que se celebra sin vacas
Dos yeguas y dos potros, los únicos animales expuestos en una jornada que mantuvo el mercado de puestos ambulantes y los típicos pulpeiros
Cuatro ejemplares de ganado caballar, los únicos animales expuestos este mes en el ferial de Porto. / Araceli Saavedra
El ferial de Porto presentaba este sábado la imagen más desoladora en décadas a causa de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE). Ni los ganaderos portexos ni los ganaderos de otras zonas de la comarca con reses en los pastos de Segundera movieron ni un solo ejemplar de vacuno hasta el recinto. Junto con la feria de octubre, esta de septiembre es de las más importantes del año, comercialmente hablando, por ser de las últimas del calendario pecuario.
Los únicos animales expuestos en el ferial fueron dos yeguas con dos potros, de los que se vendieron una hembra y las dos crías con destino a Asturianos. La otra hembra "no se vende", como señalaba el comprador que a las 12 ya tenía el trato hecho, y "el ganado vale mucho" reconocía el comprador.
Los visitantes que se desplazaron hasta Porto sí se desilusionaron al no ver la estampa de las ganaderías reunidas al pie del Bibey. Los ganaderos como José Antonio Bruña "Perkins" señalaba precisamente la enfermedad, EHE que se está propagando por la provincia.
Aunque la Consejería de Agricultura y Ganadería todavía no ha informado de ningún caso, este ganadero confirmaba que ya hay alguno en la comarca de Sanabria, pero "no se ha comunicado". El miedo guarda la viña, en este caso las vacas. En la feria de agosto "ya hubo problemas" para desplazar los animales desde diferentes puntos de la provincia, como señalaba el ganadero portexo.
Cola en el puesto de una pulpeira. / Araceli Saavedra
La única parte de la vaca que se paseó fue la de los callos, en salsa, por la mesa, y de tentempié. Se mantuvo el mercado de puestos ambulantes que le dieron alegría a vecinos y visitantes y que brindan la oportunidad de salir de "shopping" gracias al esfuerzo de los vendedores que se desplazaron desde algún ciento de kilómetros. Y también de otros cientos de kilómetros llegaron los calderos del pulpo.
Los portexos hacen sus compras en los puestos ambulantes. / Araceli Saavedra
Con un buen ambiente y una temperatura más de verano que otoño, vecinos y "veraneantes" resistirán en su villa natal hasta que el frío asome. Y uno de los nacidos en Porto, Rafael Carracedo Pérez, con 20 años "me llevaron" los padres hasta Don Benito y allí ha estado 60 años. "De verano estoy en Porto y de invierno en Don Benito". Y con su colección de rabeles, con caja rectangular y un diseño, "el que me ha parecido a mí", concurrió a la feria sin olvidar a Amador, el constructor de rabeles más famoso.
Rafael con uno de sus rabeles / Araceli Saavedra
Aún queda por celebrar la feria de octubre en Porto, y es probable es que la estampa sea similar a la del pasado domingo, con un ferial prácticamente vacío, sin vacas, dada la tendencia de evolución de la EHE: cada semana se confirman nuevos casos en la provincia, con más de 4.000 animales con síntomas.
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