Sequía en Zamora | Los ganaderos de extensivo en apuros: "Nos hemos quedado sin primavera"

La falta de agua agosta los pastos de Sayago mientras los productores temen el desabastecimiento de pienso y forrajes | La quesería de Fariza, amenazada por un parón ante la carestía de alimentación y los altos precios

Un rebaño de ovejas en un sembrado seco de Fariza

Un rebaño de ovejas en un sembrado seco de Fariza / Emilio Fraile

Es como si el año hubiera devorado dos meses. Los ganaderos sayagueses de producción extensiva llevan tiempo comprobando que las labores agrícolas se adelantan poco a poco, que el cereal grana antes, los pastos se agostan cuando aún no ha entrado el verano, que las charcas y riberas aguantan mucho menos la humedad.

Llueve menos y las temperaturas de primavera son propias del estío. ¿Primavera? "Parece que hemos perdido la estación, pasamos del invierno al verano" reflexiona Ángeles Santos, ganadera y productora ecológica de queso con una explotación familiar en Fariza.

Ningún año como éste para confirmar lo que los agricultores y ganaderos vienen percibiendo: "El cambio climático lo tenemos aquí. Ya no es que hablemos de un año o dos malos y luego unos cuantos buenos, esto es una sequía estructural. Llevamos mucho tiempo. Este invierno no fue malo, pero es necesario que llueva en primavera. Es importante que se llenen los manantiales en invierno, pero para las tierras no hay nada como el agua de abril y mayo".

Ángeles Santos habla por teléfono desde un campo seco de Fariza

Ángeles Santos habla por teléfono desde un campo seco de Fariza / Emilio Fraile

El problema se agrava para una ganadería cuya base de alimentación es el pastoreo. Muchas zonas están secas, lo que obliga a suplementar la nutrición del ganado en el mes de mayo, cuando en condiciones normales se hace en julio, "con lo que eso supone en costes" precisa la ganadera sayaguesa. Con todo, ese no es el principal escollo. "Al final comprar pienso o forraje es dinero, te endeudas más; el problema es el desabastecimiento. Puede que este año no haya comida y no podamos comprarla".

Es lo que vienen advirtiendo los ganaderos y cooperativas: la falta de alimento para el ganado. Son dos años de malas cosechas, la guerra de Ucrania y para rematar, la extrema sequía de esta campaña reducirá las producciones a la mínima expresión. Sin cereal no hay piensos. Sin agua no hay hierba ni forraje. Esa situación tiene verdaderamente alarmados a los ganaderos. Hasta el punto de que la quesería de Ángeles Santos y su familia puede que por primera vez en 27 años tenga que parar temporalmente y dejar de hacer queso porque se está planteando dejar de ordeñar a las ovejas hasta que la situación se enderece.

Ángeles y Miguel Santos con Antonio Pascual

Ángeles y Miguel Santos con Antonio Pascual / Emilio Fraile

"Si siguen las cosas así, tendremos que ponerlas a comer paja, pero dejar de ordeñar. Las ovejas, como no se alimenten bien no dan leche, no producen" asegura esta joven ganadera. El impacto es total para esta familia donde los padres y sus tres hijos cierran el ciclo productivo. Desde la vida de la oveja churra, pasando por su ordeño, con cuya leche elaboran el queso con sus propias manos, como se ha hecho siempre.

VÍDEO | Parto de un cordero en una explotación de Fariza, Zamora

E. F.

"El cambio climático está aquí, es una realidad y creo que no estamos haciendo lo suficiente para atajarlo" reflexiona contundente la ganadera más joven que forma parte de la Comisión Ejecutiva Nacional de COAG. "Hay que plantearse una mejor gestión de agua y de los recursos, invertir en lo que de verdad es sostenible. Nosotros, que realmente hacemos una producción sostenible con la ganadería extensiva, una agricultura familiar, pequeñas explotaciones, al final somos los primeros que nos vemos afectados por el cambio climático. Es una penalización injusta que no le corresponde al primer eslabón de la cadena". Ángeles Santos, en la línea de su sindicato agrario, apuesta por "una estrategia a largo plazo; los parches no sirven".

"La pandemia pasa, la guerra pasa, pero el cambio climático no pasa. Es lo más grave" advierte Alonso Santos, el padre de esta familia ganadera de Fariza que quiere seguir en el pueblo y seguir produciendo, a pesar de los varapalos constantes. La progresiva despoblación, servicios básicos limitados, la quimera de las nuevas tecnologías y ahora un "tiempo loco" que desbarata todos los planes y amenaza la viabilidad de las explotaciones y el medio de vida de las familias que apuestan por el campo, el ganado y el pueblo.

Antonio Pascual con Alonso Santos, ganaderos de extensivo de Fariza

Antonio Pascual con Alonso Santos, ganaderos de extensivo de Fariza / Emilio Fraile

"Lo raro es que la gente se quiera quedar en los pueblos" reflexiona Ángeles, quien después de formarse y realizar sus estudios universitarios, volvió al negocio familiar para mantenerlo, potenciarlo y modernizarlo.

"Nosotros queremos vivir aquí siempre" reivindica mientras su hermano Miguel asoma con las ovejas camino de una tierra de centeno completamente perdida. El paisaje ofrece un contraste de sembrados y pastos agostados frente al verdor de las zonas de ribera que todavía aguantan la humedad.

"Está todo seco, como si fuera el mes de julio" comenta el joven ganadero. "Los dos mejores meses del año se los ha saltado el calendario. Ahora tenía que haber hierba por todos los sitios, verde, agua y mira" explica Miguel mientras hunde la bota en una tierra polvorienta y reseca. "Antes se segaba el forraje a primeros de julio y ahora en mayo ya se está recogiendo".

Antonio Pascual con las vacas de raza charolesa

Antonio Pascual con las vacas de raza charolesa / Emilio Fraile

"Hasta después de la fiesta de los pendones antes nunca se había segado forraje" certifica Antonio Pascual, productor de vacas charolesas puras. Desde la perspectiva de sus 62 años y en el campo desde niño, Antonio Pascual, no había visto un panorama con tanta incertidumbre. "Ahora teníamos que estar aprovechando los pastos a tope, pero no hay. Tenemos una ribera muy buena que normalmente está corriendo hasta finales de junio y ahora va casi seca, quedan pozas y algún trozo pero nada que ver con lo que hemos visto siempre".

El problema de este año es que "no servirá tirar de la cartera" para alimentar al ganado. No hay comida, la paja está subiendo y algunas parcelas ni se siegan. Quedarán ahí para aprovechar a diente" augura el ganadero de vacuno.

Ángeles observa las ovejas pastoreando en los campos secos en Fariza

Ángeles observa las ovejas pastoreando en los campos secos en Fariza / Emilio Fraile

Ángeles se rebela contra quienes "nos meten a todos en el mismo saco. Muchas veces tienes que hacer el esfuerzo de explicar cuál es nuestra labor y cómo repercute mi ganadería en el medio natural, aportando a la naturaleza, abonando, manteniendo razas, respetando el paisaje. Nosotros tenemos producción ecológica y los problemas de abastecimiento son aún mayores".

Aún queda todo mayo. ¿Si llueve esto tiene arreglo?. "La tierra de Sayago es muy agradecida, pueden recuperarse pastos, pero el cereal no, los forrajes los damos por perdidos" lamentan.

Miguel Santos ayuda a una oveja que está pariendo

Miguel Santos ayuda a una oveja que está pariendo / Emilio Fraile

¿Dónde ven la luz? "Siempre te queda esa pequeña esperanza de que esto va a mejorar, aunque este año es complicado porque la cosecha se ha ido. Ponemos nuestras esperanzas en septiembre, en que empiece bien el otoño, lloviendo. Que se pueda sembrar bien y haya buenos pastos de centeno. En que podamos superar este bache y hacer el queso con la calidad que siempre hemos dado".

También hay luz en la vida que se abre camino en esta explotación ovina de Sayago con nuevos animales. Siguen naciendo los corderos que un día se harán mayores con la esperanza de que puedan pastorear en primavera y aprovechar la inigualable alimentación natural, hoy en el filo.

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