El campo zamorano, ante el desafío de la sequía: "Estamos con la soga al cuello"

Juan Manuel Martín, agricultor de Villabuena del Puente, pone voz a la desesperación de un sector castigado de lleno por la falta de agua

Juan Manuel Martín muestra los estragos del calor y la falta de agua en una parcela sembrada de cebada en Villabuena del Puente

Juan Manuel Martín muestra los estragos del calor y la falta de agua en una parcela sembrada de cebada en Villabuena del Puente / JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

"Estamos con la soga al cuello". Los agricultores no se andan con medias tintas a la hora de expresar el momento de incertidumbre que viven.

Después de dos años muy apurados, con los costes de producción disparados y afrontando "la sementera más cara de la historia", la falta de agua y unas temperaturas propias de junio desbaratan la campaña de un sector estratégico, productor de los alimentos que llegan a la mesa.

Juan Manuel Martín, agricultor de Villabuena del Puente, un pueblo de la comarca de La Guareña donde hay 45 profesionales en activo, pone voz a los estragos de la sequía en el mundo del campo.

2.- Riego de parcelas con aspersores en el término de Villabuena del Puente. 3.- Juan Manuel Martín muestra una planta de guisantes perdida en plena floración. 4.- Miguel González, agricultor de toda la vida ya en retirada. 5.- Un tractor circula por un camino. |

Riego de parcelas con aspersores en el término de Villabuena del Puente / José Luis Fernández

"¿Ves esa parcela de cebada?, pues si no llueve ya, la semana que viene está segada. No compensa meter la cosechadora".

El diagnóstico sirve para prácticamente todo el secano del término. "Esta tierra era un barbecho, tenía una cebada buena, se le ha echado el abono a tiempo, el herbicida, preparada en condiciones y no sé si la segaremos". Al otro lado del camino, un guisantal y lo mismo. "Como vivimos de ello, intentas hacer las cosas lo mejor posible, pero te viene un año sin agua en estas tierras de secano y a tomar vientos".

Si no llueve ya, hay parcelas que la semana que viene estás segadas. No compensa meter la cosechadora

A sus 48 años y con 23 como agricultor a título principal, Juan Manuel no duda en hablar del "peor año del campo. El pasado mira que fue malo, pero llovió algo en abril y mayo, aunque el calor de mayo lo acabó todo de rematar. Al menos pudimos segar. Este año, desde enero han caído 14 ó 15 litros, en marzo y abril nada de nada, aquí va a ser el desastre. Solo hay que ver cómo están los cultivos. Con un poco que hubiera caído esta primavera, el campo se hubiera sujetado" expresa el cultivador mientras otea un horizonte de tierras de cereal y leguminosas ajadas por los estragos del termómetro y la falta de agua.

"Estamos con la soga al cuello"

Un tractor circula por un camino en el término de Villabuena del Puente / José Luis Fernández

Miguel González, agricultor de toda la vida ya jubilado, certifica desde su experiencia la incertidumbre que acecha al sector. "Esto no tiene nada que ver con lo de antes". Aquello de "abril, aguas mil" parece pasado a la historia.

Los suelos de La Guareña, más arenosos y débiles, en condiciones normales no dan las cosechas de otras comarcas de la provincia, pero los costes de producción son los mismos. "Los fertilizantes, la semilla, los herbicidas están por las nubes, llegan a triplicar el coste. Sin andábamos justos cuando todo esto estaba más barato, pues imagínate ahora" cuenta Juan Manuel Martín. Los cultivos de secano (trigo, cebada, avena…), que necesitan la lluvia para desarrollarse, están prácticamente sentenciados.

Para que se arreglara un poco necesitaríamos 25 ó 30 litros este mes y otros tantos en mayo, y que no caliente tanto

Mirar el mapa del tiempo es crear aún más desasosiego. La borrasca del fin de semana ha dejado cuatro litros escasos en la zona. "Para que se arreglara un poco necesitaríamos 25 ó 30 litros este mes y otros tantos en mayo, y unas temperaturas benevolentes, que no caliente tanto".

Anhelos que no tienen pinta de cumplirse, con temperaturas récord y el clima extremo instalado en Europa. De entrada, esta semana próxima se anuncian temperaturas propias de junio después de pasar el segundo marzo más cálido y con menos lluvias del siglo XXI. "El campo estaba muy bien presentado, pero ahora está todo muy afligido por la sequía. El tiempo nos está anunciando que la semana que viene va a ser tremenda. Está claro que este año vamos a perder bastante dinero y ya venimos arrastrando las pérdidas" advierten agricultores de este pueblo de La Guareña zamorana.

"El problema es que un negocio que depende del cielo, no lo controlas" intercede Fernando García, otro joven cultivador de Villabuena del Puente que anda haciendo labores. "Me apasiona el campo, pero se vive con mucha incertidumbre, exponiendo un dinero que no tienes" concluye.

"Estamos con la soga al cuello"

Juan Manuel Martín muestra una planta de guisantes perdida en plena floración / José Luis Fernández

Siendo un año tan nefasto para el campo, lo verdaderamente inquietante para el sector es la tendencia. El convencimiento de que "esto ha venido para quedarse". Menos agua y la tierra más caliente. "El cambio climático está ahí. Lo que está claro es que en estas condiciones en este territorio va a ser muy difícil continuar con el secano". Ya son muchas las voces que hablan de un replanteamiento hacia cultivos más resistentes.

El campo estaba muy bien presentado, pero ahora está todo muy afligido y encima la semana que viene va a ser tremenda

También un replanteamiento de la PAC que flexibilice las medidas de condicionalidad y se adapte a la nueva realidad climática. Las organizaciones agrarias consideran que es el momento de que se implique la Unión Europea en un problema que se repite en España y toda la cuenca mediterránea. "En Bruselas no deja de haber gente que está en la oficina, no vienen al campo para nada y cuando no pisas haces normas alejadas de la realidad. Pero hay que cumplir".

Mientras tanto, las tierras de regadío empiezan a recibir agua, no se sabe hasta cuándo ni cómo. Con el riego a cuentagotas y el gasóleo caro, el regadío se paga a precio de oro. "¿Qué hacemos con las tierras?" se pregunta un cultivador.

"Estamos con la soga al cuello"

Miguel González / José Luis Fernández

Los agricultores a título principal no quieren oír hablar de placas solares en tierras de cultivo, pero en estas condiciones, surgen voces del propio sector que "comprenden" a quienes están en retirada y optan por alquilarlas. "Parece que no queremos ver las consecuencias de que se deje de sembrar. ¿Qué comemos, cantos?" advierte Juan Manuel Martín.

¿El futuro? "Tampoco vamos a ser tan catastróficos. Tendrá que llover" se intenta autoconvencer este cultivador. Mirando al horizonte vuelve sobre su discurso. "En Villabuena este año no hacen negocio las cosechadoras. Y si llueve algo en mayo se segarán los cuatro corros más verdes".

Riego de una parcela

Riego de una parcela en la comarca de La Guareña / JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

La borrasca pasa de largo

La sequía asfixia el campo. Las esperanzas que se habían puesto en la anunciada borrasca del fin de semana se han esfumado. Han bajado las temperaturas, lo cual es un alivio para el campo, pero las tan esperadas precipitaciones apenas han mojado la tierra. La nubosidad se irá retirando progresivamente para dar paso a una subida de temperaturas temida por los agricultores y ganaderos.

Las organizaciones agrarias dan por agotadas las esperanzas de que la cosecha se salve. La situación es preocupante, es necesario que llueva cuanto antes tanto para el cereal ya sembrado como para esta por sembrar. En las zonas de regadío se ha comenzado a regar el cereal. En cuanto a los embalses, el sistema Pisuerga que se encuentra en un estado crítico, "estando al 33% de su capacidad, por lo que se van a producir restricciones en el riego casi con toda la seguridad no pudiendo plantarse cultivos que exigen una alta cantidad de agua (remolacha, maíz…)" vaticina la COAG.

La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) advierte de que la sequía "es un problema global que no solo afecta a la agricultura y ganadería sino a la sociedad en su conjunto. No estamos hablando que los efectos de la sequía pueden afectar a la rentabilidad y por tanto a la supervivencia de miles de explotaciones de agricultores y ganaderos. Afecta también a la capacidad de producción de alimentos presente y futura. Por tanto, estamos hablando de un problema de primerísimo orden que debe tener un tratamiento integral".

Asaja habla de unas "dimensiones tremendas" de la sequía. "La situación es clara y preocupante y está afectando gravemente a los cultivos españoles, especialmente a los cereales de invierno, que han perdido ya el 50% de la cosecha. Si no llueve en los próximos 15 días, la reducción de la cosecha será del 80%. Las oleaginosas también se ven gravemente afectadas, ya que prácticamente todas las superficies sembradas no serán viables sin una lluvia abundante".

Ni siquiera el sabio refranero puede con el incontestable giro del clima. "Por San Marcos se llenan los charcos". Pero la borrasca pasó de largo ante el desespero del campo.

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