El campo zamorano incorpora la perspectiva de género con la PAC

Las profesionales se beneficiarán de la nueva política, enfocada a apoyar su papel como “vertebradoras” del mundo rural

Imagen de archivo de mujeres que trabajan en el campo. | C. C.

Imagen de archivo de mujeres que trabajan en el campo. | C. C. / Irene Barahona

La nueva Política Agraria Común que está en vigor desde el pasado 1 de enero ha incorporado por primera vez el enfoque de género dentro de su plan de acción, especialmente comprometido con la incorporación de las mujeres al sector primario en Zamora.

La PAC 2023-2027 ha incorporado el enfoque de género que pasa a ser parte del objetivo específico 8 del Plan Estratégico, que busca promover el empleo, el crecimiento, la inclusión social y el desarrollo local gracias a esta política agraria que en Zamora afecta a casi 9.000 beneficiarios.

Para mejorar la realidad del campo, el Plan Estratégico de España reconoce la incorporación de la mujer como un eje estratégico que necesita de un mayor apoyo, dada la situación actual de desigualdad entre hombres y mujeres en el mundo rural, apunta el informe del Plan Estratégico, donde se señalan la desfeminización, la brecha de género y una menor tasa de empleo de mujeres como los principales retos a afrontar en el mundo rural.

La PAC puede ser una herramienta para mejorar esta situación, ya que en el caso de explotaciones dirigidas por mujeres se ha detectado “una menor dimensión física y económica”, según datos aportados desde el Gobierno, desde donde señalan la necesidad de apoyar de una manera “diferenciada” a las mujeres para que puedan gestionar explotaciones agrarias rentables.

Este compromiso se traduce en el aumento del 15% en el pago complementario a la Ayuda Básica a la Renta para jóvenes beneficiarios que sean mujeres.

Del informe que recoge las necesidades en el mundo rural elaborado por el Gobierno, se desprende que la mujer es un actor necesario para vertebrar el mundo rural, así como su incorporación a la actividad agraria como trabajadora y titular, y más importante aún: su incorporación en los órganos de decisión vinculados al sector agrario y del medio rural.

Un medio masculinizado

La población en el medio rural se caracteriza por un mayor grado de masculinización que en el conjunto de la población, y se acentúa en los municipios rurales más pequeños. Tal y como se ha analizado en el Plan Estratégico de la PAC y bajo datos de 2018, el medio rural presenta una tasa de masculinidad un 7,5% superior a la del conjunto de la población. Esta masculinización se acentúa en los tramos de edad a partir de los 30 años. Ellas, si se quedan, suelen hacerlo en trabajos del sector servicios, según señala el informe, en una media que alcanza el 78%. Las mujeres dedicadas a la actividad agraria no llegan ni de lejos al 20%.

En Castilla y León, en concreto, el 22,5% de los asalariados en la empresa agraria fueron mujeres en 2018, pero cobraron mucho menos: de media en la comunidad ellas percibieron 7.975 euros anuales, mientras que ellos ganaron 11.311 euros.

En el caso de ostentar la propiedad, ellas también son las que menos presencia tienen. La encuesta de la estructura de las explotaciones agrícolas de 2016 refleja que tan solo el 32% de los titulares de explotación son mujeres.

Ellas se van antes

Ellas solo son mayoría en un aspecto en el mundo rural: es a la hora de envejecer. Este fenómeno se denomina “feminización del envejecimiento”, y es predominante en todo el medio rural del país.

Las mujeres jóvenes no solo abandonan el mundo rural, sino también la actividad agraria. Según el registro de explotaciones con una Producción Estándar Total (PET) los hombres jóvenes (menores de 40 años) son los que presentan una dimensión mayor que el resto con una media de 50,9 hectáreas.

Por su parte, las mujeres tienen explotaciones con menor dimensión, especialmente las mujeres jóvenes, con tan solo 29,3 hectáreas. Son las mujeres mayores de 64 años las que tienen mayor extensión. Por el contrario, en el caso de los hombres es en este mismo grupo de edad donde la media de explotación es menor.

Ellas se van, ellos se quedan. Y las cifras explican que las explotaciones de mujeres tienen una dimensión económica casi un 40% menor que la media nacional

El informe señala además que en caso de que la mujer sí trabaje en el campo, existe una feminización de las jornadas laborales que tienden a la parcialidad y la temporalidad. Esto se explica por el papel de la mujer dedicada al cuidado de los familiares y el trabajo en el hogar, que aún asume de manera principal.

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