El Mercado de Abastos de Zamora hace las maletas

Puestos desmantelados con las cámaras ya trasladadas conviven con la actividad comercial en los últimos latidos del edificio de Segundo Viloria

Una frutería situada en la parte de arriba del Mercado de Abastos, cerrada por baja, reabrirá ya en el nuevo emplazamiento. | Ana Burrieza

Una frutería situada en la parte de arriba del Mercado de Abastos, cerrada por baja, reabrirá ya en el nuevo emplazamiento. | Ana Burrieza / Alberto Ferreras

Para cualquier persona ajena al futuro que le espera al centenario Mercado de Abastos de Zamora la imagen con la que se encuentra estos días puede parecerle de decadencia, un deterioro que tiene su justificación por el inminente traslado de los industriales a su nuevo emplazamiento bienal de la plaza de la Marina.

Puestos desmantelados, con las cámaras frigoríficas quitadas, alternan con otros que muestran el género en todo su esplendor como si fueran ajenos a la cuenta atrás que ha comenzado para el traslado del mercado a su ubicación provisional.

Pese a las apariencias, ni industriales ni clientes habituales ignoran ese cambio. Saben bien que el emblemático edificio de hierro de Segundo Viloria está dando sus últimos latidos antes de pasar por el quirófano en una ambiciosa remodelación que se prolongará hasta finales de 2025 y que transformará por completo el que ha sido el espacio de referencia comercial durante 120 años en Zamora.

Puesto central desmantelado en el Mercado de Abastos. | Ana Burrieza

Puesto central desmantelado en el Mercado de Abastos. | Ana Burrieza / Alberto Ferreras

El propio presidente y portavoz de los industriales del Mercado de Abastos, Bernardino Domínguez, reconoce que el aspecto que presenta el edificio comercial de la plaza del Mercado en estos últimos días de apertura no es muy adecuado. "Creo que estar unos días más es alargar la agonía, estamos dando mala imagen", confiesa. Aún así aclara que respeta a los industriales que son partidarios de apurar el cierre hasta el último momento para que sea menor el periodo sin actividad antes de la reapertura en La Marina, prevista para el día 6 o el día 7 de mayo.

La operación de retirada de las últimas cámaras frigoríficas para llevárselas a la carpa de la plaza de la Marina y el acondicionamiento del nuevo espacio conllevan un parón de, en principio, entre una y tres semanas. Que sea más o menos el periodo de cierre depende de los propios industriales, si están dispuestos a aceptar un emplazamiento provisional antes del traslado sabiendo además que las operaciones de desmontaje van a continuar en ese tiempo, subrayan fuentes municipales.

Inicialmente, según aclaran algunos industriales, estaba previsto que este sábado día 27 concluyera la actividad en el edificio de Segundo Viloria, pero un acuerdo con el frigorista este miércoles por la tarde ha permitido retrasar el cierre, al menos una semana más.

Un puesto con la cámara frigorífica retirada junto a otros con actividad, este miércoles en el mercado. | Ana Burrieza

Un puesto con la cámara frigorífica retirada junto a otros con actividad, este miércoles en el mercado. | Ana Burrieza / Alberto Ferreras

El concejal de Promoción Económica, David Gago, señala que la fecha final de cierre depende del reajuste de puestos y de si se entienden entre los propios industriales, lo que marcará que la clausura antes de estrenar el inmueble provisional de La Marina se prolongue siete, quince o veinte días. Hasta la fecha se han llevado cámaras de frío para catorce puestos.

El sábado era la fecha dada por el frigorista para el cierre, pero los industriales han logrado retrasarla

Eso supone dos terceras partes, ya que en el mercado temporal se instalarán 27 industriales pero cuatro son hortelanos que ahora están en la marquesina exterior, dos fruterías y otro una panadería y ninguno de ellos requiere cámaras de frío. Además, las pescaderías tampoco necesitan tanto montaje técnico, ya que lo que habría que trasladar son mostradores y bandejas de frío que se montan más rápidamente que las cámaras, aclara el edil. Gago subraya que "a día de hoy todo el proceso está yendo bien" y resalta igualmente la comunicación y el diálogo fluido con los industriales. Aún así, cuando es tan grande la infraestructura de la mudanza, hasta el último momento siempre puede surgir algún imprevisto.

Entre los comerciantes, la sensación es agridulce, ya que aunque están de acuerdo con la gran reforma y el nuevo aspecto que lucirá tras ella el Mercado de Abastos sienten nostalgia y les da pena irse de un emplazamiento en el que algunos de ellos llevan trabajando desde adolescentes, ¡y ahora ya están en edad de jubilación!

La reapertura de los puestos, ya en La Marina, tendrá lugar el día 6 o el 7 de mayo

Más joven es Pedro Clavo, que pese a ello lleva como pescadero en el puesto de la esquina de la entrada al mercado –donde estuvo antes su padre– 22 años y ya tiene ganas de irse a la nueva ubicación. También una de sus clientas, que confiesa que está contenta porque La Marina le queda más cerca. Él, mientras saca los lomos de un bacalao, admite que "la gente se lo ha tomado bien" y cree que el traslado va a ser bueno para todos.

En el vetusto mercado está todo el pescado vendido.

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