Mercado de Abastos de Zamora: El referente comercial que renace con 120 años

La historia del exponente de la Arquitectura del Hierro en la ciudad escribe un nuevo capítulo

Es un edificio referente de la Arquitectura del Hierro en la ciudad que ha permanecido imperturbable ligado a la actividad comercial de Zamora desde principios del siglo XX... Y aún le queda mucho carrete por delante. Coincidiendo con las 120 velas que soplará dentro de unos meses, el Mercado de Abastos se someterá a un complejo lavado de cara para seguir de testigo del paso del tiempo al menos durante otros 120 años. Por el momento ya ha escrito 43.830 páginas diarias en la historia de Zamora como punto de encuentro y abrigo de carniceros, pescaderos, fruteros y panaderos de la ciudad.

A punto de despedir temporalmente su cometido, casi coincidiendo con las efemérides de su inauguración, el Mercado de Abastos sueña ya con la gran remodelación que le dará robustez para mantenerse en pie al menos hasta mediados del siglo XXII.

O al menos ese es el deseo que se marcan ahora las autoridades municipales con la que es la reforma más ambiciosa acometida hasta el momento en un emplazamiento que ha medido el pulso del comercio local de alimentación desde principios del siglo XX. A lo largo de este tiempo se ha convertido en un referente de los negocios de proximidad.

Y eso que el Mercado de Abastos nació modestamente, con un presupuesto que se multiplicará por cinco mil en la reforma que se inicia en los próximos meses. De hecho, la escasa cuantía económica para su construcción, 185.000 pesetas de entonces (un total de 1.111 euros en el conversor a la moneda actual) fue determinante para la elección de ese emplazamiento frente a las otras dos opciones barajadas, según expone el doctor en Historia del Arte Álvaro Ávila de la Torre en una investigación sobre "La arquitectura del hierro en Zamora. La construcción del Mercado de Abastos" publicada por el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo.

Es decir, que la pela, como coloquialmente se denominada a la moneda de entonces, es la que determinó que se estableciera allí, sobre los restos de una antigua iglesia románica, y no en San Gil –la plaza que hoy en día se denomina del Maestro Haedo– ni en la entonces llamada plaza de Momos, hoy plaza de Zorrilla.

El arquitecto benaventano Segundo Viloria, exponente del eclecticismo en Zamora, proyectó un edificio inaugurado en mayo de 1904 y proyectado por la Sociedad Mercado de Abastos, según recoge la crónica de EL CORREO DE ZAMORA de la época, que destaca que ese Mercado, inicialmente denominado del Salvador por el templo que se ubicó allí anteriormente, iba a ser "un nuevo e importante elemento de prosperidad". En esa inauguración no faltaron "pastas, licores y cigarros" para los asistentes, mientras que la banda castrense del Regimiento de Toledo tocó para la puesta de largo "escogidas piezas de su extenso repertorio".

Mercado de Abastos: El referente comercial que renace con 120 años

Mercado de Abastos: El referente comercial que renace con 120 años / Alberto Ferreras

Las crónicas de la época reconocen que "muchas fueron las felicitaciones que recibió el Señor Viloria, arquitecto y director de la obra del Mercado, y a todas ellas unimos la nuestra, cordialísima y sincera, por el acierto con que ha dirigido y que ha dejado satisfechos a todos", señala en su reseña un periodista de la época.

Claro que como los "plumillas" somos dados a la polémica, un mes después reflejaba las críticas de los comerciantes porque los puestos resultaban "pequeños para la mayor parte de los industriales" mientras que la renta era excesivamente cara.

Ese alto precio se traducía, en el caso de los puestos abiertos, en sesenta céntimos de peseta diarios, poco más de 15 pesetas al mes si se tiene en cuenta que los domingos cerraban, es decir, una renta mensual que al cambio se paga con una moneda de diez céntimos de euro.

Mercado de Abastos: El referente comercial que renace con 120 años

Mercado de Abastos: El referente comercial que renace con 120 años / Alberto Ferreras

Otras críticas tras la inauguración se centraron en la parte baja del Mercado, donde no se instaló inicialmente ningún puesto de venta y únicamente se utilizó de almacén de mercancías porque en el sótano hacía frío, el techo era bajo y la iluminación escasa. Hubo colectivos, como el de las lecheras, que se vieron obligadas a tener que establecerse en el nuevo Mercado y pagar por ello diez céntimos de peseta al día. "Claro es que esos diez céntimos son pagados con creces por los consumidores, porque el agua lo hace todo, pero el Mercado cobra por unos puestos que no se ocupan", advertía con ácida crítica la crónica de principios de junio de 1904 del diario tradicionalista zamorano.

Pero lo cierto es que el Mercado de Abastos supuso toda una revolución para el comercio de la época y prueba de ello es que fue visto con preocupación por la competencia, que temía la fuga de clientes hacia el nuevo centro comercial de alimentación.

Cuando no se había cumplido ni un mes de la inauguración, comerciantes, industriales y propietarios de otras zonas de la ciudad se dirigieron al alcalde a través de una carta publicada en la prensa en la que advertían de "los considerables y enormes perjuicios" que causaba el Mercado, que eran "manifiestos y notorios" y que no podían compensarse con "el escaso beneficio que reporta un Mercado en pequeños núcleos de población".

Quienes rechazaban ese nuevo modelo comercial que concentraba en un emplazamiento las ventas alertaron de que el Mercado de Abastos iba a "precipitar la ruina de muchas familias en no lejano día", pero lo cierto es que poco a poco se fue consolidando como un polo comercial de prosperidad en la ciudad.

Mercado de Abastos: El referente comercial que renace con 120 años

Mercado de Abastos: El referente comercial que renace con 120 años / Alberto Ferreras

"La construcción del Mercado marca un hito en la historia constructiva en la ciudad, constituyendo un ejemplo importante de la Arquitectura del Hierro y uno de los más relevantes edificios públicos de cierta envergadura que se levantan en Zamora en los albores del siglo XX", subraya Álvaro Ávila en su estudio sobre el nacimiento del Mercado de Abastos, que se convirtió en "un espacio de referencia para la vida comercial".

La ficha municipal del edificio, recogida por María Ascensión Rodríguez en el cuaderno de investigación del IEZ "La arquitectura de ladrillo y su construcción en la ciudad de Zamora (1888-1931)" describe las características del inmueble, los materiales constructivos y detalles del presupuesto de las obras.

También permite subirse a una máquina del tiempo con parada en las distintas intervenciones a las que se sometió a lo largo de sus 120 años de historia.

Las reformas en la historia del Mercado

Uno de los grandes cambios se proyectó en 1936, cuando el arquitecto municipal Enrique Crespo Álvarez diseñó la marquesina en la que actualmente se ubican los puestos de los hortelanos pero ocupando solo parte del lateral, aunque cinco años más tarde ese mismo arquitecto la amplió para que ocupara toda la fachada exterior, tal y como está planteada ahora.

Habría que esperar a dos décadas más para que en el año 1962 se iniciase otra reforma de calado, que incluyó el saneamiento del edificio con obras de pavimentación, reestructuración de los puestos centrales, pinturas en la cubierta metálica y la construcción de servicios higiénicos. Igualmente relevante fue la intervención de 1976, con la renovación de las redes de saneamiento y de fontanería, la incorporación de extractores de aire o la renovación de la carpintería.

Posteriormente se han acometido algunas actuaciones, pero todas ellas menos complejas, ninguna comparable con la que se iniciará en abril guiada por los arquitectos Porfirio Domínguez y Fernando Girón.

La gran remodelación

Se trata de una gran remodelación de seis millones de euros que afecta tanto al interior como al exterior y los accesos al emplazamiento comercial. Dentro se proyectan 24 puestos en la parte superior y otros once en la planta baja, donde también se dejará espacio para instalaciones complementarias, almacenes y un área de servicios. Una de las novedades, acorde con las tendencias en otras ciudades, será la habilitación de un bar en el interior del Mercado. También se construirá un altillo en la planta superior para realizar catas, degustaciones, presentaciones y otros eventos relacionados con la actividad de los industriales.

En armonía con otras actuaciones llevadas a cabo en las calles del entorno, la plaza del Mercado ganará espacio para los peatones a cambio de sacrificar la circulación de los coches alrededor de su perímetro y suprimir los aparcamientos existentes.

Pero eso forma parte ya de otro capítulo en la historia del mercado que comenzará a escribirse cuando se produzca el traslado de los industriales a la carpa provisional que se habilita en la plaza de la Marina. Entonces comenzará a contar el plazo de año y medio de ejecución de las obras con el fin de que antes de concluir el año 2025 se disponga ya un espacio comercial digno del siglo XXI tras una rehabilitación que dejará el Mercado tan niquelado como cuando se inauguró allá por el 11 de mayo de 1904.

Suscríbete para seguir leyendo