Sucesos en Zamora

Partir de cero y sin deudas: crecen un 80% las quiebras individuales en Zamora

La reforma de la Ley de Segunda Oportunidad multiplica por cuatro el número de demandas en el Juzgado Mercantil

Los concursos de acreedores de personas físicas ponen fin a hipotecas por vivienda, créditos impagados o tarjetas revólving

Desempleados, las personas más vulnerables, esperan su cita en la Oficina de Empleo.

Desempleados, las personas más vulnerables, esperan su cita en la Oficina de Empleo. / Juan Carlos Hidalgo/Efe

Las personas ahogadas por deudas con una economía muy ajustada como consecuencia de la crisis económica acuden cada vez con mayor frecuencia al concurso de acreedores de personas físicas, es decir, se dan en quiebra ante el Juzgado Mercantil de Zamora, opción que se ha visto incrementada en un 80% el año 2023 respecto del 2022.

Esta vía implica la exoneración del pasivo, del pago de la deuda, que está asegurada si realmente resulta imposible hay un desequilibrio entre ingresos y gastos familiares o individuales.

Un porcentaje que se explica por la reforma de la Ley de Segunda Oportunidad que ha está facilitando la agilización del laborioso trámite que venía frenando a la ciudadanía a arriesgarse a ir por esta vía civil que termina por condonar todas las deudas de la persona que lo impulsa ante el juez.

De hecho, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Zamora que tramita todos estas causas, al tener las competencias en causas mercantiles, está resolviendo este tipo de pleitos en un año, un tiempo récord cuando se habla de la vía judicial en cualquiera de sus vertientes, indican abogados consultados por este diario, convencidos de que los casos aumentarán aún más.

Así lo demuestra que desde enero hasta marzo, se hayan registrado los mismos casos que en 2022, cuando 19 personas han iniciado este procedimiento. Solo en 2023, este juzgado tramitó 66 casos de toda la provincia.

Este camino ha recorrido ya más de un centenar de zamoranos y zamoranas desde que entrara en vigor la posibilidad de no tener que nombrar administradores concursales, un gasto que venía recayendo sobre el deudor desde que se aprobara la Ley en 2015 y al que ahora no está obligado. Puede nombrarse solo a petición de un acreedor en el plazo de quince días desde que se abre el concurso, pero "será este quien deberá sufragar el coste", puntualizan los juristas consultados.

La dación en pago de la vivienda

Cumplido ese trámite, el deudor tiene diez días para pedir la exoneración de esas cargas económicas que le impiden salir adelante. Si existe un piso hipotecado, el concursado solicita al juez que se haga una dación de la vivienda en pago al bando o entidad de ahorro. Así, se libera de ese gasto mensual con el que no puede cumplir por sus escasos ingresos.

No hay que olvidar que las personas que se ven abocados a este tipo de situaciones "suelen ser familias o gente sin recursos, que viven de la ayuda de 400 euros, que han terminado sin tener ingresos propios, cobran el subsidio por desempleo, no suelen tener nada, ningún bien del que tirar, salvo algún vehículo de matrícula muy antigua que ya no tiene valor" como para enjugar alguna deuda.

Clara solución para sanear la economía personal

Esta nueva disposición de la norma ha convertido este opción legal para el saneamiento de la economía familiar o individual en una clara solución para aquellos que están atrapados por tarjetas revólving, créditos personales o hipotecarios por cuantías que ya no están al alcance de su solvencia económica.

Aunque, por lo general, "han terminado asfixiados por las deudas a consecuencia de las hipotecas, les han hundido", máxime después de la subida del valor del dinero y, por tanto, de intereses que han llevado a incrementar las cuotas mensuales, como poco, en cien euros en aquellas que tenían cláusulas suelo que se vieron liberadas de ese gravamen y cuyos pisos no superaban los 90.000 euros, de acuerdo con datos de personas afectadas por los vaivenes de la economía.

Pero la reforma legal ha contribuido también a "agilizar mucho el procedimiento judicial", abunda la misma fuente, puesto que, "aunque son causas complicadas, este tipo de concursos son ahora, tras la reforma, más cortos" , explica otro abogado consultado.

Un trámite sencillo y con abogado de oficio

El trámite es sencillo, "se solicita por escrito un concurso de acreedores de persona física porque carecen de bienes suficientes para pagar sus deudas" para lo que deben nombrar un abogado y procurador que pueden pedir a través del servicio de justicia gratuita, de oficio, al carecer de ingresos suficientes.

El Juzgado realiza una relación de acreedores y, si no hay bienes para poder vender por subasta pública, que se publica en Registro Público Concursal y en el BOE, "si el pasivo y el activo de la familia o la persona está muy descompensado", logra dejar atrás esa angustiosa situación, sin piso que pagar y sin deudas para partir de cero, abundan las mismas fuentes.

"Estábamos ahogados, angustiados"

Es el caso de un matrimonio zamorano que recuerda cómo "nos vinos ahogados, en un auténtico pozo, un infierno". La angustia por tenerse que ajustar el cinturón al máximo, hacer números y privarse al máximo para llegar a final de mes casi logra romper la pareja. Había que elegir, muchos meses, entre pagar la letra del piso, la hipoteca y comer y cumplir con los gastos de luz, agua y teléfono.

"Muchas veces teníamos que devolver recibos para poder hacer la compra semanal, no ya mensual, porque no podíamos permitirnos el ir a primeros de mes y hacer la compra de una atacada. No sabíamos de qué tendríamos que prescindir", indica la mujer, que solicita preservar su identidad.

Esta situación no es poco común en Zamora, donde el empleo escasea, con una tasa de paro superior al 15% según la Encuesta de Población Activa. El número de estas personas en situación de supervivencia se fue incrementando a medida que la crisis económica fue frenando las subidas salariales del convenio anual en el trabajo del padre de esta familia, que acabó en la cola del paro, mientras la mujer completaba la economía familiar "con trabajos en negro, limpiando en casas", explica.

Su marido aún tiene que "hacer chapuzas sin poder darme de alta porque no puedo pagar autónomos y sacar adelante a mis dos hijos", mantener a la familia a flote. Cuando la situación ya era insalvable, "mi mujer y yo estábamos desesperados porque el embargo de la casa no nos iba a librar de pagar el préstamo de la hipoteca". Un abogado les habló del concurso de acreedores. El trámite requiere que se presente el certificado de los antecedentes penales, el de empadronamiento y los tres últimos recibos de la declaración de la Renta.

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