El presidente de los Cubicularios, Antonio Dávila, jura su cargo ante el obispo

El prelado Fernando Valera recordó a los nuevos directivos de la Cofradía que "no valen las medias tintas" y recomendó entendimiento, voluntad y afectividad hacia los demás

El nuevo presidente de la Cofradía de Caballeros y Damas Cubicularios de San lldefonso y San Atilano, Antonio Dávila y Rueda, ha jurado su cargo para los próximos cuatro años ante el obispo de Zamora, Fernando Valera, al que nombraron presidente de honor en la capilla de la sede del Obispado. Arrodillados ante la imagen del Cristo, los integrantes del nuevo equipo que trabajará con Dávila y Rueda, del consejo capitular nombrado el 24 de enero de 2024, juraron ante la Biblia cumplir con los estutos de la Cofradía Carlos Feito y Martín Vizán, como canciller; Enrique Calvo Sampedro, como tesorero; Carmen María Fernéndez Mayo, como hospitalaria; conde de Oraín, Francisco Gustavo Cuesta de Reyna, como clavero; César Amador Isidro García, como magistral ilustre; y Raúl Antúnez-Conde Hidalgo, como ceremoniero.

La música procedente del desfile de formaciones musicales del Certamen de Bandas de Francisco Carricajo a su paso bajo el Obispado ha puesto la anécdota a este solemne acto religioso que ha presidido el prelado zamorano Fernando Valera, al interrumpir el inicio del discurso que iba a ofrecer a los caballeros y las damas presentes, acompañados por el subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco García, y el teniente coronel de la Guardia Civil, Héctor David Pulido, unas palabras que finalmente pudo pronunciar.

Valera ha citado las palabras de San Pablo en sus Cartas a los Romanos, aquella que dice que "con el corazón se cree" para recordar a quienes le rodeaban esta mañana que "no valen las medias tintas, estar en ese ir buscando la autoreferencialidad contra la que el papa constantemente nos habló", ha manifestado el prelado, que ha instado a "ir haciendo realidad que ver con el corazón, mirar al otro en lo que necesita y lo que tiene, es la tarea de nuestra Iglesia, de nuestro modo de ser y de estar en la sociedad".

El obispo terminó leyendo una cita del papa Benedicto en la que incidía en que "el corazón es el centro del hombre", como recoge la Biblia, "donde se entrelazan sus dimensiones, el cuerpo y el espíritu; la interioridad de la persona y su apertura al mundo y a los otros; el entendimiento, la voluntad, la afectividad", y desde esa unión el ser humano se abre a la verdad y al amor, "dejamos que nos toquen y nos transformen en lo más hondo", como lo hace la fe. A partir de ese mensaje, ha recalcado que los católicos "somos transmisores de esa fe, esa esperanza y ese amor, de esa caridad".

Suscríbete para seguir leyendo