El sepulcro de Ordóñez de Villaquirán recuperará su esplendor original en esta iglesia de Zamora

La obra de arte pétreo del siglo XVI, ubicada en San Juan, será restaurada por el Obispado tras contar con el permiso de Patrimonio

El sepulcro situado en la entrada de San Juan. | N. S.

El sepulcro situado en la entrada de San Juan. | N. S. / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El sepulcro de Ordóñez de Villaquirán, realizado a principios del siglo XVI, recuperará su esplendor.

La Diócesis de Zamora llevará a cabo su restauración, una vez que el proceso cuenta con la autorización de la comisión territorial de Patrimonio en su reunión del mes de febrero, celebrada el martes en la capital. Este ejemplo de arte pétreo, se encuentra desde el siglo XX ubicado en la entrada de la iglesia de San Juan.

Se trata de un sepulcro con la figura un militar yacente con los adornos de su apellido que estuvo anteriormente situado en "el ábside de la epístola, cerca del altar mayor" del templo románico.

El cambio de ubicación tuvo lugar con la rehabilitación de la iglesia acometida durante las últimas décadas del pasado siglo XX con las que esta céntrica parroquia zamorana experimentó una profunda transformación, precisa el delegado diocesano de Patrimonio, Miguel Ángel Hernández Fuentes.

El estado de conservación de la obra resulta deficiente. Los principales daños que presenta son "consecuencia del proceso natural de envejecimiento de los materiales que componen la obra" y las condiciones "ambientales inadecuadas, especialmente los elevados niveles, oscilaciones e interacciones de la humedad relativa y temperatura, así como a los contaminantes ambientales", especifican fuentes diocesanas.

El caballero yacente

El caballero yacente / Cedida

Mejora

El interés histórico de este arcosolio y el deterioro de su estado movieron a la delegación de Patrimonio a solicitar la autorización a las autoridades para poder proceder a su reparación, un proceso que costeará la parroquia junto con aportaciones procedentes del proyecto de promoción turística Milla Románica. La mejora durará unos tres meses y se desarrollará intentando interferir lo menos posible en el funcionamiento de la iglesia.

El objetivo principal de la actuación pasa por "la conservación de la autenticidad histórica y estética de la obra", atendiendo, en todo momento, el criterio de "mínima intervención y los documentos internacionales en materia de restauración", indican desde la Diócesis de Zamora.

Además, se prevé eliminar el cemento que tiene a su alrededor, situando en su lugar "mortero de cal que es transpirable".

Detalle de la empuñadura y los ribetes de color dorado

Detalle de la empuñadura y los ribetes de color dorado / Cedida

Anteriores intervenciones

El sepulcro, realizado en el siglo XVI, tuvo una fuerte intervención en el siglo XVIII, "una época a la que podrían haber sido realizados los ribetes dorados", estima Miguel Ángel Hernández.

En su visita a Zamora, realizada durante los primeros años del siglo XX, el historiador Manuel Gómez Moreno se topó con el sepulcro y "lo menciona en su reseña de la iglesia de San Juan y figura entre las escasas obras escultóricas que cita en su catálogo", precisa el sacerdote.

Arcosolio

El deseo de recibir sufragios por sus almas, pero también el afán de notoriedad social y de superioridad política de ciertos linajes zamoranos ejercían sobre el resto de la población condujo a algunos miembros de la elite local a enterrarse en el interior de los templos y a dejar memoria de sí con una inscripción. Algunos tan solo colocaron una lápida funeraria, en ocasiones muy austera y adornada con un sencillo epitafio, en otras acompañada de algún símbolo de su familia y algo más adornada.

Otros, como es el caso de don Juan Ordóñez de Villaquirán, levantaron un sepulcro en el que la figura yacente u orante del difunto ocupa un lugar destacado, junto a los símbolos heráldicos de su familia y de alguna inscripción. Un texto que recuerda la identidad del difunto y de los cargos ejercidos a lo largo de su vida que puede ir acompañada, en ocasiones, por algún texto bíblico o alguna pintura, apuntan fuentes diocesanas.

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