Entrevista | Luis García Jambrina Escritor

Luis García Jambrina, escritor: "Miguel de Unamuno está muy vigente, es todo un referente político y moral"

"Ha sido complicado alcanzar el equilibrio de hablar del personaje con respeto a la verdad, pero con una absoluta libertad"

El escritor Luis García Jambrina junto a la escultura de Unamuno en Salamanca.

El escritor Luis García Jambrina junto a la escultura de Unamuno en Salamanca. / Ical

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El escritor zamorano Luis García Jambrina acaba de publicar una nueva novela "El primer caso de Miguel de Unamuno".

¿Cuál fue su primer contacto con Miguel de Unamuno?

–Mi afición por Unamuno empezó cuando vivía en Zamora. Con unos 17 años lo descubrí de la mano de Agustín García Calvo, quien hacia 1977 regresó a Zamora y efectuó muchas charlas. En una de ellas fue al Claudio Moyano y le oí hablar muy bien de Unamuno, había hecho un prólogo para un libro sobre él y me chocó. Además, el primer trabajo que tuve cuando acabé la carrera de Filología fue en la Casa Museo de Unamuno. Durante un año estuve yendo todas las mañanas junto a otros becarios a hacer el inventario de los papeles de Unamuno.

–¿Qué supuso para usted participar en la catalogación?

–Para mí fue una maravilla ir a la Casa Museo, que era su casa en la época que narra la novela, y trabajar con papeles que no había visto casi nadie. Para mí fue una maravilla y de esa manera conocí al humano de carne y hueso, al hombre. Había cartas y textos impresionantes que reflejaban que no era una persona de las quedarse en su despacho, sino que estaba siempre metido en barullos. Ya trabajando en la Universidad de Salamanca fui, en diferentes ocasiones, el representante de Literatura en la Casa Museo, dirigida por la zamorana Ana Chaguaceda, de modo que hacía funciones de asesor y coordinación de los números de la revista. Luego he hecho alguna edición de "La tía Tula". Desde hace tres años soy el director de la revista que publica la Universidad de Salamanca "Cuadernos de la cátedra Miguel de Unamuno".

–Por lo tanto, es un personaje que le ha acompañado toda la vida.

–Efectivamente y ese contacto regular a lo largo del tiempo, lo que me ha dado es una familiaridad con la vida y la obra de Unamuno y con el hombre, que es lo que intento mostrar en la novela, teniendo en cuenta que Unamuno fue una persona muy singular que se volcó en la escritura porque él sabía que la única forma de inmortalidad posible era permanecer en la memoria de la gente y en la obra. Unamuno está muy vivo y muy vigente en la época actual porque es muy necesario. Unamuno es un referente político y moral o ético.

–¿Qué le mueve a afirmar que es muy necesario volver a él y está muy vigente actualmente?

–Por su carácter insobornable, era independiente y siempre decía la verdad, independientemente de que molestara y de que le trajera consecuencias, como se las trajo en más de una ocasión. Por ese carácter independiente, por esa búsqueda de la verdad y por su compromiso político, como que se plasma en la novela que parte de un hecho real.

El zamorano Luis García Jambrina

El zamorano Luis García Jambrina / Ical

–Desde esa admiración con la que habla de él, ¿cómo deja a un lado la vertiente más intelectual del personaje y toma al hombre para uno de sus thrillers históricos?

–Hace casi 20 años escribí un cuento titulado "El último café" donde narraba las últimas horas de Unamuno. Lo publiqué en 2005, se basaba en recuerdos reales de una mujer que había sido vecina de Unamuno. A partir de los recuerdos de esa señora, que estaba convencida de que a Unamuno lo había matado y que a mí me los cuenta una nieta, construyo el relato. Siempre quise hacer una novela, pero no me atrevía. Han tenido que pasar varias décadas y escribir once novelas y dos libros de cuentos para atreverme.

–¿Hubo algún detonante?

–El paso fundamental fue el haber escrito con Manuel Menchón "La doble muerte de Unamuno" ahí me sentí más seguro para lanzarme a escribir una serie de novelas porque el personaje de Unamuno es inagotable, tiene tantas facetas y vivió tantas situaciones... Estuvo implicado en toda la vida social y política del primer tercio del XX hasta 1936. En ese libro investigábamos casi policialmente la muerte de Unamuno. Un día hablando con una persona, en una terraza en un bar de Madrid, se me ocurrió darle la vuelta a esto y plantear si Unamuno en vez de ser el objeto de la investigación fuera el sujeto de la investigación, fuera un investigador obligado por las circunstancias.

–Esta primera entrega se basa en hecho reales. ¿De dónde toma el caso que sitúa en la provincia de Salamanca?

–Cuando decido hacer esta serie de novelas sobre Unamuno, el primer objetivo era de dónde arrancar. Decido situarlo en una época de Unamuno menos conocida, en la época en la que era rector a principios del siglo XX. Buscando otras cosas, me topo con el caso Boada que fue muy mediático en su tiempo. Me pareció muy interesante que todo un pueblo quisiera emigrar a Argentina y que le pidieran ayuda para el pasaje al presidente argentino y lo planteo como arranque. Ramiro de Maeztu escribió en la prensa un texto atacando a este pueblo, Unamuno lo lee y se va a Boada a saber por qué esa gente quiere emigrar. Lo que hago es trasladar un crimen que existió en la provincia de Salamanca 25 años antes. Yo, que conozco tantas investigaciones sobre Unamuno, me he ido topando con mucha información y me he encontrado con posibles casos que tengo ya apuntados para otras novelas.

Luis García Jambrina

Luis García Jambrina / Ical

–¿Cuántas tiene previsto hacer?

–Cinco, esta y otras cuatro. Una por década. Empezamos en los primeros años del siglo XX, la segunda será en los años 10, luego años 20 y los 30 con un epílogo final que sería en el año 1936 en la Salamanca ocupada por Franco.

–En esta primera novela efectúa una radiografía de la sociedad de la España rural y agraria. ¿Irá dando visibilidad a los cambios que vivió España?

–Eso es. La idea es, en cada momento, mostrar cómo ha ido cambiado la vida de Unamuno y la situación política y social de España. La mayoría las situaré en Salamanca y provincia, aunque en alguna lo sacaré fuera. La primera novela refleja el problema agrario y la despoblación que siguen vigentes. En esa época empezó a vaciarse los pueblos y se ha ido agravando la situación.

–¿Viajará Unamuno a Zamora?

–Intentaré tirar para Zamora. Habrá derivaciones hacia la provincia de Zamora porque Unamuno iba mucho a la provincia de Zamora. En esta primera novela hago una referencia a un crimen que sucedió en Fermoselle.

–Otorga visibilidad al tren en un momento en el que se pide la reapertura de la Vía de la Plata.

–Lo he hecho adrede. Yo soy muy viajero, pero no tengo coche por lo que viajo mucho en tren, al igual que hacía García Calvo. De alguna manera reivindico la importancia del tren, la supresión de vías férreas también fue uno de los factores que hizo que el campo se despoblara.

–Junto a Unamuno tiene importancia Teresa, una mujer fuerte, con carácter, y con peso específico en el texto. En anteriores novelas usted ha creado a personajes femeninos con estas mismas características ¿por qué?

–No tienen nada que ver con la moda de en toda película y novela meter un personaje femenino como sea. En este caso, en mis dos últimas novelas, tiene que ver con cuestiones personales. Teresa, en esta novela, es fruto de mi relación con una mujer con la que acaba de romper cuando escribí esta novela sobre Unamuno y de alguna manera quise hacerle un homenaje a esta persona a través de este personaje. Incluso creo que lo creé para seguir de alguna manera estando unido a esta persona. La base es esta persona, aunque hay cosas inventadas, y encima tenemos el libro de Unamuno "Teresa", de poemas románticos y me imagino que tras ese libro hay una experiencia real de Unamuno, quien fue monógamo. A Teresa inicialmente no le iba a dar mucho relieve, pero conforme iba escribiendo el personaje acabó imponiéndose y se convirtió en otra protagonista de la novela.

García Jambrina

García Jambrina / Cedida

–Otro personaje relevante es un abogado.

–Manuel Rivera es un personaje inventado y es el ayudante. Me inspiro en Watson y hago muchos guiños a las novelas de Sherlock Holmes. También quería que esta pareja tuviera algo de don Quijote y Sancho Panza, porque Unamuno se identificaba mucho con don Quijote. De alguna manera en la novela están presentes los grandes personajes de la literatura universal, por un lado, don Quijote, en la culta, y Holmes, en la popular.

–Conoce mucho al intelectual y al hombre ¿cuál fue la mayor dificultad de la escritura del libro?

–Tratar el personaje con absoluta libertad, pero intentar ser fiel a la realidad del hombre. En el caso de la parte amorosa de la novela quería que Unamuno se enamorara y estuviera a punto de perder los papeles, lo quería poner en una dificultad y que siguiera siendo el Unamuno que todos conocemos. Quería hablar de Unamuno con respeto a la verdad, pero con absoluta libertad y llegar a ese equilibro fue complicado. Es un Unamuno muy completo, muy de carne y hueso y muy fiel a la verdad que conocemos a través de las cartas, de los artículos y las declaraciones de propio Unamuno. Lo hablo de tú a tú, pero poniéndolo en dificultades.

–¿Volverá al personaje del pesquisidor Fernando de Rojas?

–Tengo todavía que escribir una nueva entrada del manuscrito de Rojas, que lo tengo por la mitad, y quizá luego otra. Con Rojas me he hecho novelista.

–¿Combinará los dos investigadores?

–Sí, creo que por un tiempo alternaré las dos series. Con Unamuno me siento tan cómodo… es la novela que he escrito en menos tiempo, en tan solo cinco meses tenía confeccionado el primer borrador.

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