Aprobar una oposición en tiempo récord

La zamorana Marina Riesco afirma que la fuerza de voluntad es clave para cumplir con el plan de estudios: "Tuve que renunciar a muchas cosas"

Marina Riesco, zamorana registradora de la propiedad.

Marina Riesco, zamorana registradora de la propiedad. / Cedida

Con tan solo 30 años, la zamorana Marina Riesco puede presumir de haber conseguido aprobar la oposición al cuerpo de registradores en tiempo récord: 15 meses cuando la media es de unos 6 o 7 años. Una proeza que Marina ya intentó al terminar sus estudios de Derecho y Administración de Empresas en Madrid, pero entonces no era el momento. "Al poco tiempo de empezar decidí darle un cambio de rumbo a mis planes y ponerme a trabajar en un despacho de abogados. La oposición me parecía demasiado exigente y sacrificada. Quería casarme, comenzar mi trayectoria en el mundo laboral y así lo hice", relata.

Tras tener a su hijo y reincorporarse de la baja de maternidad, la idea volvió con fuerza a su cabeza. "Empecé a replantearme seriamente la oposición porque los horarios que llevaba en el despacho dejaban muy poco margen a la conciliación familiar. La decisión fue muy difícil, máxime teniendo un trabajo estable en el que encajaba y nos permitía vivir cómodamente", recuerda Marina.

Promesa a su padre

Una decisión en la que tuvo un gran peso su padre, ya fallecido. "Mi padre siempre nos repetía a mi hermana y a mí que lo importante en la vida es convencerse de que lo que se empieza, se acaba. Esa frase me rondaba la cabeza a menudo y al final tuve el valor de retomar aquello que tanto miedo me daba por el posible fracaso que conllevaba, pero que a la vez ansiaba. Así que decidí volver a la carga, esta vez con una convicción absoluta y una perspectiva muy diferente".

Esa convicción fue uno de los ingredientes de su éxito pero también el apoyo de su familia. "Tenía claro que quería llegar a ser registradora y puse todo mi empeño en conseguir que fuese lo antes posible, no tanto por mí, sino por mi familia. He tenido la gran suerte de que mi marido me apoyase incondicionalmente desde el instante en que le conté que quería ponerme a estudiar aun sabiendo el sacrificio que ello iba a implicar para todos durante un tiempo completamente indefinido", expresa.

Un camino "de locura"

Con la decisión tomada, Marina comenzó un recorrido que define en parte como una "locura" con un bebé de poco más de 7 meses pero con la confianza de poder organizarse. "Me acostumbré a estudiar lo más rápido posible para sacar tiempo cada día y poder estar con mi bebé. Aun así, lógicamente, no era todo el tiempo que un bebé tan pequeño requiere de su madre, y eso algunas veces generaba cierto sentimiento de culpabilidad. Por suerte contaba con la gran ayuda de mi marido, mi madre y mis suegros", dice.

Además, contó con otro gran apoyo fundamental para ella: su preparadora Elena y su hermana, que un año antes había aprobado la oposición a notarías.

Todo ello, reconoce, fue el combo perfecto para lograr sacar la oposición en 15 meses. "El hecho de haber aprobado en tan poco tiempo creo que es por la intensidad con la que estudiaba, una media de 10 horas al día 6 días a la semana (a veces 6 y medio). La convocatoria estaba muy cerca desde que empecé y, por tanto, no me podía permitir tener un sólo día malo, cada hora de cada día era importante y había que tomárselo muy en serio", recuerda.

Al pie de la letra

Un exigente plan de estudio que siguió al pie de la letra. "No podía fallar ninguna semana para conseguir llegar a cada examen con todos y cada uno de los temas bien llevados", explica.

La fuerza de voluntad fue clave en el plan pensado meticulosamente para que "fuese duro pero no imposible". "A veces me asustaba, pero mi preparadora me aseguró que, si lo cumplía, aprobaría. Así que ese era mi máximo objetivo. Cumplir cada día y cada semana sin excepción. Mi miedo era que no aguantase ese ritmo tan agresivo hasta el final, que gripase antes de tiempo. Está claro que la voluntad es la fuerza motriz más poderosa que existe. Ahora miro atrás y creo que me sería difícil repetirlo", comenta.

Marina Riesco, zamorana registradora de la propiedad.

Marina Riesco, zamorana registradora de la propiedad. / Cedida

En esos meses en los que los imprevistos no se barajaban, las renuncias también fueron frecuentes para la opositora. "Tuve que renunciar a muchas cosas, me perdí una boda muy especial, la de mi prima hermana, así como la de varias amigas íntimas e infinidad de planes familiares y amistosos. Ha sido una etapa dura, pero a la vez bonita. Luchar por algo con tanto ímpetu te hace más fuerte, te hace más vivo, te despierta. Aunque hubo momentos complicados lo recordaré siempre con cariño y agradecimiento", declara.

Un camino que describe como "oscuro y solitario" por lo que aconseja a quienes estén ahora en esa situación a que estén tremendamente convencidos de ir a por ellos.

Sacrificio y resiliencia

"Cada opositor es un mundo, pero, en mi opinión todos deben reunir diversos factores imprescindibles que son: la capacidad de sacrificio, la resiliencia ante las adversidades, la habilidad de memorizar una cantidad asombrosa de temario, la perseverancia y el sentido común unido a la capacidad de razonamiento jurídico para el caso práctico del tercer examen. Hay que convencerse de que durante los años de oposición, lo más importante es la oposición", opina.

Por ello, anima a aquellos que estén desmotivados y pensando en tirar la toalla a que no olviden que olviden que "cuanto más grande es la dificultad mayor es la gloria. Sólo por el pequeño instante en que recibes la noticia del aprobado merece la pena todo lo anterior, por duro que sea".

Nunca rendirse

Y reitera: "que no se rindan, que efectivamente el sacrificio es inmenso pero la recompensa le hace justicia por difícil que parezca creerlo. Ahora que estoy al otro lado y he empezado a ejercer la profesión de Registradora de la Propiedad, puedo afirmar que merece la pena. Que nada es en vano".

Marina tomó posesión el pasado 31 de octubre, cinco meses después de aprobar. Además, ha podido elegir el destino que quería para no tener que mudarse.

"Ha sido una gran suerte sobre todo teniendo en cuenta nuestra situación actual, en la que estoy embarazada del segundo bebé que nacerá en abril", concluye Marina.

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