Entrevista | María Luisa Merlo Actriz

"Tienes que humanizar a los personajes para defenderlos bien sobre el escenario"

"Ni a la alta comedia ni al teatro se les hace puñetero caso, pero el público sigue acudiendo a ver las obras programadas"

María Luisa Merlo

María Luisa Merlo / Cedida

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La actriz María Luisa Merlo forma parte del elenco de la función "Mentiras inteligentes". La disparatada e hilarante comedia podrá verse en el Teatro Ramos Carrión de Zamora este sábado, día 9 de diciembre, a las 20.00 horas.

–Regresa a Zamora de la mano de la obra "Mentiras inteligentes".

–Es una comedia buenísima que tiene una gran conexión con el público desde el principio. Yo lo pasó muy bien haciéndola.

–¿Qué tiene de especial para que se divierta tanto?

–Es tan sencillo como que lo que a mí me gusta hacer es alta comedia. En la alta comedia hace reír la situación, no provoca la risa el que tu hagas el tonto sobre el escenario. Esa situación es la que funciona y genera momentos muy divertidos, pero, sin embargo, los personajes tienen alma, tienen cosas por dentro, que las van soltando a lo largo de la función. Con esta obra provocar la risa inmediatamente nada más empezar mis compañeros Juan Jesús Valverde y Jesús Cisneros.

–¿Qué tiene de especial la madre a la que usted encarna?

–Es la que manda en la familia (risas). La función es muy inteligente donde ella, mi personaje, va poniendo a todos en su sitio de una forma directa. Ella de sibilina no tiene nada porque el público tiene que entender y entrar en la función.

–Por su experiencia ¿ha cambiado la forma de reaccionar por parte del público ante la alta comedia?

–Yo percibo que ahora son más espontáneos, antes quizás el público se aguantaba la risa, pero ahora no sucede así. La gente se sienta en la butaca con ganas que pasarlo bien y la pandemia no ha influido en esta predisposición.

–¿Qué le hace subirse todavía a los escenarios?

–Soy tercera generación de actores y madre de una cuarta generación. Me subí por primera vez a un escenario siendo bailarina porque estudié ballet para llevarle la contraria a la familia. Debuté en Verona e hice una gira por toda Europa como bailarina. Posteriormente, debuté como primera bailarina en un espectáculo en Madrid en el Eslava dirigida por Luis Escobar Kirkpatrick. Ahí me empezaron a ver las gentes del cine. Los directores poco a poco me fueron llamando y empecé a dejar el baile por la interpretación.

El reparto de la comedia Juan Jesús Valverde, María Luisa Merlo, Ana Escribano y Jesús Cisneros.

El reparto de la comedia Juan Jesús Valverde, María Luisa Merlo, Ana Escribano y Jesús Cisneros. / Cedida

–¿Qué le impulsó a apostar por la interpretación?

–Me fue poco a poco atrapando. Recibí clases en Londres y desde entonces no he parado de estudiar y elegí maneras de trabajar estupendas.

–Procede de una saga de actores, pero de ellos ¿recibió algún consejo en sus inicios?

–A don Ismael (su padre) no le gustaba que yo fuera actriz, quería que siguiera siendo bailarina. En esa época España estaba aislada. Recuero que me dijo que había cambiado el idioma universal que era el ballet por algo que solo se entendía de Algeciras a Irún (risas). El teatro español y el cine español no estaban en el mundo. Nunca me arrepentí de colgar las zapatillas porque afortunadamente me ha ido muy bien. En la obra que estamos haciendo hay una frase muy buena "las personas inteligentes encuentran la felicidad con las cartas que le han tocado" y a mí con las que me han tocado, lo que he hecho es manejarlas lo mejor que he podido.

–La libertad que recibió de sus mayores ¿se la dio a sus hijos?

–Totalmente, poco les ayudé porque tenían mucho talento. No obstante, recibieron clases.

–El apellido Merlo ¿le ha pesado?

–No, me servía para ser exigente conmigo misma. También he tenido la suerte de trabajar con gente que me ha ayudado mucho como Adolfo Marsillach o la familia Larrañaga-Ladrón de Guevara porque con Carlos hicimos muchas cosas juntos. Nos convertimos en una pareja importante que hizo muchos Estudios 1, donde yo aprendí muchísimo la forma de hacer teatro porque había directores muy buenos.

–¿Cómo aborda cada personaje?

–Yo lo que hago con los textos es hacerle una entrevista al personaje como si yo fuera un psicólogo. Es una manera muy agradable de hacer humano un personaje.

–¿Qué tiene que tener un personaje para que opte por interpretarlo?

–Tiene que tener lo que tiene el que hago ahora, hacer reír, pero sin hacer el tonto. Que sea humano, que te creas de verdad que es un ser humano. Creo que hay que humanizar a los personajes para defenderlos bien en escena. Cada vez soy más exigente conmigo misma porque cuando va pasando el tiempo tienes que buscar algo que te motiva. El teatro me motiva mucho y ahora soy empresaria con Jesús Cisneros, compañero en esta aventura empresarial y actoral. Llevamos seis años funcionando juntos.

–Ustedes dos comparten escenario con Juan Jesús Valverde y Ana Escribano.

–Efectivamente. Dos grandes actores él es mi marido y con ella la gente se parte de risa.

–Ella fue la última mujer de su exmarido, Carlos Larrañaga.

–Cuando Ana llegó a su vida llevábamos un porrón de años separados. Empezamos a querernos más cuando dejamos de aguantarnos y pasamos a ser los mejores amigos del mundo. Ana y yo compartimos escenario y somos amigas fuera de él. Estoy encantada y ella es la madre de la hermana de mis hijos.

–Desde su punto de vista ¿corren buenos tiempos para la alta comedia?

–A la alta comedia y al teatro en general no se les hace ni puñetero caso. Pones la televisión y nunca se habla de teatro. No obstante, el público está llenando las funciones que se programan. La gente acude porque se van enterando de la calidad de los montajes porque las televisiones dan cabida a personajes que "venden". El público asiste porque existe una cultura realmente muy arraigada.

Suscríbete para seguir leyendo