La policía busca al conductor huido que estampó su coche contra la valla de La Morana en Zamora

El conductor de un turismo terminó la madrugada del sábado estampado contra la valla de seguridad que sobrevuela el tramo inicial de la Cuesta de La Morana, en el barrio de San Lázaro, y se dio a la fuga. Afortunadamente, no hubo ni fallecidos, solo daños materiales.

Sin embargo, la fuerza del impacto, que echó abajo la barandilla de protección de la calle, lleva a pensar que la persona o personas que ocupaban el vehículo, que quedó en situación de siniestro total, estén heridas y tendrán que acudir a algún servicio de urgencias de Zamora para recibir atención médica. "Es casi imposible que no hayan sufrido lesiones", explicaba ayer el concejal de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de Zamora, el socialista David Gago.

El único rastro del accidente de tráfico que encontró la Policía Municipal cuando llegó al lugar del siniestro, ocurrido hacia las 4.00 horas del sábado 4 de noviembre, fue un turismo vacío y con los sistemas de seguridad de airbag activados, lo que da idea de la fuerza de la colisión que no parece tener justificación en una zona en la que no existe ninguna curva. Fue una llamada anónima al servicio de emergencias 112 la que dio la alarma sobre el accidente de tráfico, sin precisar nada más que "un turismo se ha salido de la calzada en la Cuesta de La Morana" en Zamora capital. La llamada entraba a la centralita a las 4.41 horas.

Localizado el dueño

Los agentes de la Policía Local, que localizaron rápidamente la identidad del propietario del coche, tratan de identificar a la persona que lo conducía y a las personas que podían acompañarle en el momento del siniestro, si es que iba alguien más en el momento de la colisión que pudo ser mortal.

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El impacto tuvo lugar en el tramo comprendido entre el número 2 y el número 4 de La Morana, donde prácticamente se dividen los barrios de San Lázaro y San José Obrero. Unos cuatro metros de la valla metálica y el hormigón que la sujeta se precipitaron hacia el campo de fútbol situado al lado de la piscina cubierta de Los Almendros, un desnivel de casi 10 metros de altura que pudo haberse "tragado" el vehículo. Se trata de la zona no edificada entre los edificios en los que el Ayuntamiento encargó los murales de los pintores Antonio Pedrero y Delhy Tejero.

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