El misterio de las piedras apiladas en Valorio

Hasta una treintena de cantos amontonados puedes encontrarte si paseas por los caminos secundarios del bosque de Zamora, ¿por qué?

Piedras apiladas en un camino de Valorio, en Zamora capital.

Piedras apiladas en un camino de Valorio, en Zamora capital. / C. G.

P. O.

Montones de piedras de diferentes tamaños apiladas unas encima de otras: hasta una treintena podrás encontrarte en los caminos secundarios del bosque de Valorio, en Zamora capital. Se trata de figuras antropomórficas cuyo significado no es único y que despierta el misterio de todos aquellos paseantes o corredores que se las encuentran.

¿Una moda?

Zamora no es la única ciudad donde te las podrás encontrar. Son cada vez más comunes en todas las ciudades de España hasta el punto de convertirse en una moda de las que muchos instagramers se hacen eco. Las redes sociales están plagadas de estos montones de piedras con todo tipo de interpretaciones.

Piedras en Valorio.

Piedras en Valorio. / C. G.

Carácter religioso: peregrinos

Colocar piedras unas encima de otras es una costumbre que tiene un carácter religioso en relación directa con el Camino de Santiago. Se trata de marcajes que hacen los caminantes en aquellos senderos no oficiales para comunicarse entre ellos y guiarles en el camino más interesante, sencillo y, sobre todo, seguro. En los pueblos, todavía se utilizan para marcar caminos o delimitar propiedades sin ningún valor legal pero sí efectivo entre aquellas generaciones que provienen de épocas en las que hasta las alambradas eran un lujo.

Meditación

Las piedras son utilizadas en masajes y otras técnicas de relajación. En yoga y meditación representan el equilibrio interior y son muy comunes en chamanes para realizar sus rituales.

Piedras en Valorio.

Piedras en Valorio. / C. G.

"Fulanito estuvo aquí"

Firmar sin manchar. Es una manera de de decir "Fulatino estuvo aquí" sin necesidad de grabar con una navaja un tronco de árbol o de rascar un banco del mobiliario urbano.

Problemas ecológicos

Aunque parece una práctica inocente, en realidad no lo es hasta el punto de arruinar ecosistemas costeros de zonas donde esta moda está muy propagada, por ejemplo, en Baleares o Canarias. Cuando las piedras o rocas se mueven de su lugar natural, destruyen el lugar de muchas especies autóctonas vegetales y animales.