Adiós a los trabajos sólo de hombres: las transportistas, ganaderas e ingenieras emergen en Zamora

Las mujeres que trabajan en puestos tradicionalmente masculinizados defienden que la valía se acaba imponiendo sobre las reticencias o los miedos iniciales

Adiós a los trabajos sólo de hombres las transportistas, ganaderas e ingenieras emergen en Zamora

Adiós a los trabajos sólo de hombres las transportistas, ganaderas e ingenieras emergen en Zamora

A Sonia le daban miedo los camiones pero, once años después de ponerse al volante de uno, conducirlos se ha convertido "en una droga" para ella. "Empecé haciendo internacional, estuve cinco o seis años por Europa y ahora trabajo la zona de España y Portugal", explica la única transportista afincada en Zamora. Su caso es especial porque su sector se encuentra entre los más masculinizados del mercado laboral: "Es muy duro para una mujer", señala la conductora, que cada día pone cuidado en ver dónde duerme, en comprobar quién tiene al lado y en no encender la luz de su cabina antes de correr la cortina. "No sabes quién está a tu lado", advierte.

Sonia Machio, en su camión

Sonia Machio, en su camión / Cedida

Esa es una de las partes duras de un trabajo que, a pesar de todo, es una pasión para esta mujer nacida en Mérida, que reside en Zamora desde hace cuatro años y que dejó los viajes continentales para pasar más tiempo con su hija. También la cuestión de los cuidados suele recaer más en ellas y las aleja de un sector en el que lo común es "estar fuera de casa de lunes a viernes". Sonia Machio sigue adelante gracias a que su madre le sirve de apoyo en las jornadas lejos del hogar. "He llorado muchísimo al ver a padres con hijos y no poder estar yo con la mía", reconoce.

Hablan las protagonistas.

Hablan las protagonistas.

"Más allá de eso, en general, he tenido buenas experiencias. La gente te ayuda y en países como Holanda o Bélgica hay muchas mujeres en esto. En general, creo que la mujer es más fina trabajando y que este acabará siendo un gremio para nosotras", subraya esta trabajadora de Transbóveda SL, que apenas apunta un episodio desagradable con compañeros: "Había que hacer una maniobra difícil y escuché comentarios de que era una chica y que tenía que ir a fregar y a barrer, pero la hice sin rozar el camión y tuve que ayudar a otro de ellos", zanja la conductora.

Una taxista

También en el sector del transporte, pero en este caso en el taxi, Felisa Domínguez fue la tercera mujer que levantó la bandera en Zamora: "Muchas señoras incluso se alegraban y los compañeros se comportaron bien", cuenta esta profesional, que narra una experiencia positiva para quien pueda venir detrás: "Les diría que no tengan miedo. Incluso, las mujeres que trabajan aquí por la noche están contentas", señala.

Esto ya no es sólo cosa de hombres

Esto ya no es sólo cosa de hombres / Manuel Herrera

Más allá del volante, hay otras mujeres que forman parte de esa minoría femenina dentro de sus respectivos sectores y que perciben a diario cómo, en general, la valía se acaba imponiendo sobre las reticencias o los miedos iniciales. Entre ellas, está Nuria Mateos. A sus 27 años, esta ingeniera informática trabaja para una famosa empresa farmacéutica alemana tras dejar su impronta previamente en la máxima categoría del baloncesto nacional.

"Parece que siempre tienes que demostrar algo más"

"Parece que siempre tienes que demostrar más"

En su experiencia en el deporte, Mateos no se encontró obstáculos por razón de género. Ni siquiera cuando dejó la canasta para pasarse al rubgy. En lo laboral, sin embargo, "parece que siempre tienes que demostrar algo más", explica esta zamorana, que reconoce también que tuvo un cierto miedo a la hora de escoger su itinerario académico: "Da la sensación de que está más visto que los hombres pasen todo el día con los ordenadores y, a veces, podemos pensar que no somos capaces", apunta esta ingeniera, que despejó rápidamente cualquier duda en el ejercicio de su profesión y que ahora anima a las chicas que duden a dar un paso adelante: "Tienen que estudiar lo que quieran", resume.

En la misma línea se manifiesta Julia Fernández, responsable de la empresa Astegener, dedicada a la Ingeniería Industrial, y además alcaldesa de Calzadilla de Tera: "Creo que las carreras técnicas no resultan atractivas para muchas mujeres, pero eso no quiere decir que tengamos dificultades para encontrar trabajo", advierte la profesional, que cuenta con otras dos empleadas a su cargo y que tampoco ha encontrado frenos en el ejercicio de su papel político.

El caso del sector primario

En el sector primario, también se encuentran profesiones tradicionalmente vinculadas al mando del hombre. Así ocurría con la ganadería, aunque la incorporación de mujeres como Almudena Rodríguez va dibujando otro panorama. En Argañín, 350 ovejas de raza castellana en extensivo dependen del trabajo de esta pastora que reconoce que la titularidad de la explotación siempre perteneció a ellos, a pesar de que el esfuerzo fuera conjunto.

"Eso ha sido un handicap", admite Rodríguez, que señala que todavía se encuentra con algunos "micromachismos", como las miradas en busca del hombre cuando se negocia el precio de los corderos o a la hora de adquirir tractores u otra maquinaria. "Más allá de eso, no hay ningún problema", apunta la ganadera, que celebra que haya mujeres al frente de las explotaciones y que pone el foco más en los problemas del sector como tal. "Eso está ahí, pero es importante que nosotras dejemos de vernos en segundo plano", concluye.

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