El amor por Zamora del padre de la Flamencología: Blas Vega

A nadie puede caberle duda alguna que el madrileño, nacido el 17 de febrero de 1942, ha sido el investigador, escritor, difusor, promotor, productor discográfico, director artístico, más relevante del mundo del flamenco, donde construye su colosal obra bibliográfica y discográfica. Pero también mostraba otras dote, por ejemplo en el conocimiento de la Generación del 27, en la canción española, literatura erótica, mundo de los toros en su relación con el flamenco, y en el folklore patrio, de hecho produjo y coordinó la imprescindible obra recopilada por Manuel García Matos titulada “Magna Antología del Folklore Musical de España” y, sobre todo, bibliófilo -su biblioteca particular cuenta con cerca de 25.000 volúmenes y el más importante archivo – museo privado de flamenco-. Precisamente en esta última afición a sustentado su medio de vida como librero en la mítica Librería del Prado, al comienzo de La Plaza Santa Ana de Madrid, actualmente regentada por sus hijos Maria José y José Manuel Blas Ruiz.

José, Pepe, en los ámbitos más íntimos, es el referente más importante y trascendente de la historia del flamenco en sus doscientos largos años de vida. Sin duda el padre de la Flamencología. Mañana lunes, día 24, se cumplirá una década sin su presencia entre nosotros, sin embargo, su obra y su recuerdo, están más vivas que nunca en todos los ámbitos de lo jondo.

Blas Vega, ha sido laureado con numerosas distinciones debidas a su ingente y exquisita labor investigadora. Sea suficiente citar el Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología, máximo galardón otorgado en el mundo del flamenco y que también adorna a la Peña “Amigos del Cante” de Zamora desde 1978. Taranto de Oro de Almería, Premio Demófilo de Córdoba, Beca de la IV Semana de Estudios Flamencos de Málaga, Premio del Diario Línea de Murcia, y Trofeo a la Investigación de la Asociación de Críticos de Arte Flamenco. Miembro de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces, del Consejo Asesor del Centro de Estudios de Música Andaluza y de Flamenco, además de la Fundación Andaluza de Flamenco. Dirigió la Sociedad de Amigos del Cante Flamenco de Madrid y codirigió la revista especializada La Caña. Ha formado parte del jurado de concursos de cante, baile y toque por todo el país, entre ellos los internacionales de Córdoba y La Unión.

Todo ello habiendo nacido, vivido y desarrollando su fecunda obra en la capital de España.

Primera presencia en Zamora

La primera presencia en nuestra ciudad se produce en noviembre de 2006, impartiendo una conferencia magistral en El Club La Opinión, presentado por la coordinadora Carmen Ferreras. El título fue “Medio siglo de flamenco”, enunciado que a la postre, le sirvió de base y preámbulo para su último libro sobre flamenco: “50 años de flamencología”. Previamente había ofrecido una rueda de prensa, de la que también se guarda documentación audio visual. A los pocos meses volvió, en junio del 2007, para participar en un coloquio coordinado por Celedonio Pérez Sánchez, junto con Federico Vázquez, Alfonso Eduardo Pérez Orozco y Diego Martín Cabeza, publicado a doble página, también, en La Opinión El Correo de Zamora, al mismo tiempo que concedió una amplia entrevista a Alejandro Lobo para T.V. Zamora. Finalmente, el Festival Flamenco de Zamora de ese año, le brindó un modesto pero emotivo homenaje.

Visitas a Zamora

Siguió visitando Zamora y Morales del vino con motivo de sus Festivales hasta que, el 18 de julio de 2009, como consecuencia de una inflexión en su delicada salud y aprovechando la celebración del V Festival Flamenco de La Tierra del Vino, se le tributa un histórico homenaje, según él mismo, el más importante que recibió en vida. La terna formada por el ayuntamiento de Morales del Vino, “Amigos del Cante” y La Opinión aunaron esfuerzos para organizar en apenas tres semanas todos los actos. Así, la corporación decide denominar el patio donde se han celebrado todos los Festivales como “Patio del Flamencólogo José Blas Vega”, La Peña recaba adhesiones por escrito del mundo del flamenco a nivel nacional, produciéndose en alto número, pese la premura y las fechas. Finalmente La Opinión le dedica tres páginas al acontecimiento, donde se recogen dichas adhesiones, artículos de opinión y todo tipo de respaldos institucionales.

Siguió visitando Zamora con posterioridad, hasta el desgraciado desenlace ocurrido el 24 de octubre de 2012.

El patio que lleva su nombre

Todos estos hechos determinaron que el egregio Blas Vega tomara la decisión de reposar eternamente en el patio que lleva su nombre, “debajo del arbolito”, una de las acacias centenarias que habitan el patio. Ante esta trascendente petición, que suponía poner a Morales del Vino en la historia de la cultura con mayúsculas y, por extensión a Zamora entera, se agilizaron los trámites para el traslado de las cenizas, concretándolo el 1 de diciembre de ese fatídico año, ejecutándose con la suntuosidad necesaria. No faltaron autoridades, aficionados y gentes de la cultura, en muchos casos venidos desde lejos para estar presentes en lance tan señalado.

Zamora: en recuerdo

El 25 de octubre de 2013 se organizan los primeros actos en su recuerdo, ofrenda floral, mesa redonda ilustrando su obra y su persona y la inauguración de una exposición sobre su bibliografía y discografía, esta última abierta hasta el 11 de noviembre, todo ello en El Centro Cultural de La Fundación Caja Rural.

En los años siguientes, La Peña Cultural Flamenca “Amigos del Cante” crea y organiza, en torno al 24 de octubre, El Festival Flamenco Aficionado con el significativo título de “Zamora canta a José Blas Vega” celebrados hasta los límites de la pandemia. Se da la circunstancia que la única grabación efectuada y publicada legalmente en la historia del flamenco zamorano aficionado se realiza en uno de esos Festivales. En la actualidad se está trabajando por la organización de un Ciclo, siempre en esas fechas con el mismo eslogan y el mismo objetivo: homenajear al insigne flamencólogo, manteniendo la llama viva de su presencia en Zamora.