José María Manuel García-Osuna | Médico e historiador, autor de “Ramiro II el Grande”

“Zamora era la capital política del Reino de León y la joya de la corona”

“A este territorio se le conocía en la Alta Edad Media como el señorío de las mujeres, no eran un mero adorno”

José María Manuel García-Osuna Rodríguez, con su último libro. | Cedida

José María Manuel García-Osuna Rodríguez, con su último libro. | Cedida / B. Blanco García

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Leonés de nacimiento, pero muy vinculado a Zamora, siendo miembro de asociaciones como el Florián de Ocampo, Proculto o Ledo del Pozo, José María Manuel García-Osuna Rodríguez lanza su último libro, siempre vinculado a personajes históricos del reino de León. En este caso le ha tocado el turno al monarca Ramiro II.

–¿Qué interés tiene la figura de este rey para la historia?

–Es el gran rey de León y el personaje más importante de la primera mitad del siglo X en Europa. Se citan sus hechos de armas hasta en la ciudad italiana de Cremona. Es el tercer hijo de Alfonso III el Magno, un rey vinculadísimo a Zamora porque vive constantemente allí y la llena de termas. Exigió a sus hijos, García I, Ordoño II y Fruela II que lo enterraran en Zamora, aunque finalmente lo llevaron a Oviedo, porque tenían miedo de que los musulmanes profanaran su tumba. Ramiro II es el tercer hijo de Ordoño II y Alfonso IV el Monje intentó usurparle el trono tras dejarlo él por una depresión después de enviudar. Ramiro II no lo permite y lo derrota, sacándole los ojos y cortándole el pelo, lo que se solía hacer en esa época, y lo vuelve a meter en un monasterio unos meses hasta su muerte.

–Era un hombre con carácter.

–Es un personaje con una enorme fuerza, un rey esencial. En el prólogo, mi amigo, el profesor Hermenegildo López González, lo califica como “el invicto”, porque no pierde ninguna batalla. Por eso el subtítulo del libro es “el invicto de Simancas”. Es un rey que tiene una importante vinculación con Zamora porque, guste o no guste, Zamora era la capital política del reino de León, formaba parte del centro, donde se celebraban las Cortes del Reino de León. Alguna vez también se hicieron en Toro, con Alfonso X el Sabio, pero nunca en León o Salamanca. Zamora es, digamos, la joya de la corona del Reino de León.

–¿Cómo era para sus enemigos?

–Los musulmanes llaman a Ramiro II el grande, pero con un calificativo que alude a un insulto que en el tumbo de la Catedral de Santiago, en el documento de los reyes, aparece. Es que tenía la nariz muy larga, como su abuelo Alfonso III el Magno, por lo tanto, a los dos los llaman el narizotas o el narigudo. Era una forma de descalificarlo. También lo llamaban el tirano o el perro nazareno, es decir, el perro cristiano.

–Hace poco también presentó otro libro, esta vez sobre la figura de Urraca I de León, una de las mujeres más fuertes de su época.

–Urraca I es una mujer impresionante que, por cierto, muere el 8 de marzo y yo llevo tiempo reivindicando que las mujeres de Asturias, León, el Bierzo, Zamora, Salamanca y Galicia la reivindiquen como uno de sus iconos porque al fin y al cabo esa es su corona. Según las crónicas, era guapísima y muy inteligente. Nace en un seno donde las mujeres deciden.

–¿En qué sentido?

–En la Alta Edad Media se le llama al Reino de León “señorío de mujeres”, no eran mero adorno. En Zamora doña Urraca, la hermana de Alfonso VI, tenía una fuerza enorme. Elvira también la tiene, como su madre Constanza. Y no digamos nada de Sancha, la bisabuela de Urraca, que es una mujer que decide y firma como reina de León. Por lo tanto, doña Urraca se educa en un entorno donde las mujeres son educadas en la misma categoría que los hombres, no hay ninguna discriminación, salvo es que no les enseñan a dar mandobles, lo que, personalmente, me parece positivo. Se confirma como la primera reina titular de Europa, puesto que su hermano varón muere, y firma como emperatriz o emperadora de León y reina de todas las Españas, como Urraca, el rey, para que Alfonso el Batallador, su marido no sea considerado el rey.

–¿De quién hereda ese nombre?

–Viene de su tía, la infanta de Zamora, lo que supone que la vinculación de Alfonso VI, su padre, con su hermana, es muy importante, hasta tal punto que le pone el nombre de su hermana, lo que no era muy normal, porque se solía poner el nombre de la abuela paterna o materna. Es una familia donde las mujeres mandan y tienen la personalidad afectada, correcta y define al reino de León como señorío de mujeres. Y la diferencia de este reino con Castilla es abismal.

–Ha escrito libros de Alfonso VIII, Fernando el Católico, Alfonso X el Sabio, Alfonso VII antes que estos dos últimos, ¿supone un arduo trabajo de investigación?

–Yo tengo 7.500 libros de historia en mi casa y de ellos unas dos mil fuentes, así que no necesito buscar fuera. Hago crítica y reseña literaria y las editoriales me envían libros. Aparte de médico, mi otra profesión es la historia y mejor que la medicina porque los pacientes no me piden ningún tipo de analítica, soy yo el que les hago otro tipo de análisis (risas). Mi próximo libro, “La batalla de las Navas de Tolosa” ya está en imprenta.